EPÍLOGO

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*NARRA APOLO*

Bueno... llegó el día.

¿De qué? Pues de pedirle matrimonio a mi queridísima T/N.

Espero que no suene ridículo teniendo en cuenta que sólo tenemos veintidós y veintitrés años. Ya llevamos 6 años juntos... como pasa el tiempo...

Bueno, ¿y cómo he hecho para comprarle el anillo? Una locura.

Primero, justo el día que iba a ir al centro comercial, T/N me dijo:

- Cadiño, como tú te vas a hacer esa consulta, yo voy a ir al centro comercial, ¿te parece bien?

No, pues claro que no me parecía bien, no tenía ninguna consulta.

Sí, ya soy psicólogo. Bueno ese no es el caso.

Le había dicho que aunque no sonara profesional, haría terapias gratis en casos extremos. Claro le dije que por sus circunstancias tenía que hacer una, obviamente no le dije la razón porque no podemos contarla aunque más de una vez le he pedido opinión por si he dicho algo mal a algún paciente.

Ella siempre me ha dicho: "Mi amor, si has llegado hasta aquí, obviamente tus consejos son buenos, muy buenos, créeme".

Siguiendo con el tema, me puse nervioso y ella lo notó, pues como siempre.

- ¿Me ocultas algo?

- ¿Yo? Pues claro que no, cariño, ¿cómo podría yo ocultarte algo a ti?

- Hmmm, sospechoso, bueno, pues me voy ya que he quedado con mi amiga, ¡adiós!

- Adiós, te amo.

- Yo también te amo - dijo sonriendo.

Cuando escuche la puerta, inmediatamente quise llamar a alguien, obviamente una chica, opté por su hermana aunque también pensé en Claudia.

- LOLOOOO - dijo ella a través del teléfono.

- Raquel tengo un problema, bastante serio.

- Mi hermana va al centro comercial, ¿verdad?

- Sí, ¿cómo lo has sabido?

- Porque voy con ella.

- ¿Y POR QUÉ LE DIJISTE QUE SÍ?

- Me obligó, literalmente, bueno, tranquilo, ya habrá más días.

- Pero yo quiero que sea el mismo día que le pedí ser mi novia... - susurré, cosa que obviamente escuchó.

Ella suspiró - Apolo, aún queda una semana, ve mañana.

- ¿Y qué excusa le pongo?

- Yo me encargo, pasará el día conmigo.

- Vale, gracias.

- De nada - casi pude verla sonriendo.

Llegó el día siguiente e hicimos lo que planeamos.

- ¿Seguro que no te importa, Apolo?

- Que noo mi amor, pásatelo bien con tu hermana, yo tengo que hacer un informe.

- Vale...

Lo del informe no era mentira, pero ya lo tenía a medio hacer, lo haría en cuanto llegara.

Cuando llegué al centro comercial, fui directamente a la joyería.

- Hola, ¿en qué le pudo ayudar?

- Sí, hola, busco anillos de bodas por favor.

- ¿No es usted un poco joven para casarse?

Le miré mal - ¿no es usted un poco viejo para estar trabajando?

Él también me miró mal, y a regañadientes me enseñó los anillos.

Estuve diez minutos buscando uno perfecto y, en cuanto lo ví, sabía que era el indicado.

- Este, quiero este anillo.

- Señor, ese anillo es muy caro, el objeto más caro de la tienda...

- No me importa, lo quiero.

- Bueno... no sé si se lo podrá permitir.

- Que sííí, cóbremelo ya.

- Vale, serían quince mil euros.

- ¿Eso es caro? Sin problema - dicho eso se quedó un poco pasmado, pagué y me fui.

Cuando llegué a casa, ya estaba t/n allí.

- Amor, ¿dónde estabas?

No lo decía en un tono sobreprotector ni mucho menos, solo tenía curiosidad.

¡¿Y AHORA QUÉ LE DECÍA YO?!

- Emmm, Claudia me llamó porque el abuelo... quería ir al parque un rato.

Le pareció sospechoso pero no dijo nada más.

Bueno, y ahora sí que sí, volvemos al presente.

Le acabo de decir a t/n que se cambie, ya que llevaba el pijama, que vamos a salir.

Yo estoy un poco nervioso, pero me puse la misma ropa con la que le pedí el noviazgo.
No estoy loco oír acordarme de tantas cosas, solo... soy muy observador.

Ella curiosamente al verme también se puso la misma ropa que aquel día.

Cuando llegamos, no paraba de mirar la hora nervioso, y obviamente t/n lo notó.

- Ey, ¿estás bien? Estás muy nervioso.

- Sí sí, estoy bien - No, no estaba bien, faltaba tan solo un minuto para pedirle matrimonio.

- Oye... curiosamente es el mismo día que nos dimos el primer beso y que me pediste ser pareja, ¿es alguna clase de patrón o algo así?

Yo solo reí nervioso, ya que tenía razón, y cuando vi que el reloj cambiaba al siguiente minuto, me puse demasiado nervioso.

- t-t/n.

- ¿Sí?

Y en cuanto me miro me arrodillé, ella que ya sabía por dónde iban los tiros, empezó a ponerse nerviosa.

Saqué el anillo y se lo enseñé.

- ¿Te gustaría estar a mi lado toda la vida siendo mi esposa?

A ella se le saltaron unas lágrimas y al fin dijo:

- Si quiero.

Y así, es como el amor vuelve a hacer de las suyas.

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AHHHHHHHH LLORO.

Ya se termina esto aquí 😭😭.

Espero que os haya gustado la historia.

Bueno, esperamos vernos pronto en otro libro:

Blanca <3

El amor vuelve a hacer de las suyas (Apolo Hidalgo y t/n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora