08) Un vuelo con demasiadas emociones

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Narrador omnisciente

Pasajeros con destino a Canadá, Toronto por favor abordar el vuelo 05...  

El sonido de la operadora hizo que me sobresaltara en mi asiento. Mi celular marcaba las 1:30 de la madrugada y calculando la distancia entre Londres y Toronto, estaría en mi país a las 7:00 y algo de la mañana, contando con los trámites qué hay que hacer después de bajar del avión.

No sabia que tipo de sentimientos tenía ahora, tal vez era miedo, emoción o nostalgia. Por una parte me sentía bien al volver a casa, digo dos años fuera de tu zona de comfort no es algo divertido.

Extrañaba a mis mejores amigos, ellos son casi como mis hermanos, salir a divertirme con ellos era algo inexplicable.

Nos divertíamos tanto que recuerdo que una vez uno de ellos se cayó dentro de un bote de basura de tan ebrio que estaba, mientras que los demás nos reíamos por el efecto del alcohol, ademas fue una escena muy divertida como para no reírse.

Tome mis maletas diciéndole adiós a la capital que fue mi hogar durante un par de años. Aquí hice amigos no voy a negarlo, pero de alguna forma no era lo mismo.

Tome mis audífonos y mi abrigo para ir abordando el avión, mis padres insistieron en que usara el Jet familiar pero sinceramente no quiero nada que venga de ellos ahora mismo.

Llene mis papeles y cedí mis maletas a la aerolínea para después ir subiendo al avión.

Mi asiento estaba ubicado del lado izquierdo del avión justamente en la ventana, aparentemente nadie iba a ir a mi lado aunque sabia yo que eso era imposible, solo espero que enserio sea alguien tranquilo ya que desde la mañana tengo un dolor de cabeza que me está matando.

Una señorita que aparentemente tenía unos 28 a 30 años estaba parada frente a mi asiento, creo que buscaba el número correspondiente a su ticket, deduje que los asientos que estaban al lado mío eran los suyos al verla intentar acomodar sus cosas, pero lo que no deduje fue que venía acompañada y para mi suerte de un infante.

—Cariño! Ven es por aquí —grito haciendo un gesto con su mano a alguien para indicar su ubicación.

—Lo siento si lo molesto con el ruido, es que llevo rato buscando los asientos para mi esposo y mi hija — la mujer me miraba con pena pero de cierta forma disculpándose con sus ojos.

—No se preocupe, estoy bien —me dirigí a ella dándole a entender que no tenía porque disculparse conmigo— Necesita que le ayude en algo— me levante un poco de mi asiento para asistir a dicha  mujer rubia con ojos grises.

—Oh no quiero molestar tranquilo, quédate en tu lugar no hay problema, yo puedo sola esta bien
—movía la palma de sus manos de izquierda a derecha, estas indicaban negación.

—No es ningún problema ayudarla —tome su maleta de mano en las mías— en lo que yo pongo esto en su lugar vaya buscando a su hija y esposo — le ordene con amabilidad a la extraña.

—Muchas Gracias en verdad joven —agradeció con una sonrisa cálida— vuelvo enseguida.

La señora se fue en busca de su familia por los mini pasillos del avión, no es que estos estuvieran llenos de personas pero aún así era un poco incómodo pasar entre ellos.

Coloque su maleta de mano, que en este caso era una mochila de color rosa con algunos detalles turquesas en el cubículo correspondiente junto a la mía.

Mientras acomodaba bien las mochilas para que en ningún momento se fueran a caer durante el viaje, Una chica la cual parecía tener mi edad o mas de ella, No me quitaba los ojos de encima. Me miraba de una forma muy lujuriosa y candente, En pocas palabras, creo que me estaba desnudando con los ojos.

Solo Somos tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora