Solo Somos tú y yo

10) Esa chica

Dominick

La casualidad y el destino son cosas que yo considero un poco similares.

Desde pequeños o durante nuestro crecimiento hemos oído hablar del destino, poder sobrenatural o plan que guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido.

Por otro lado tenemos la casualidad, que según google se define como una causa o fuerza a la que supuestamente se deben los hechos y circunstancias imprevistos, especialmente la coincidencia de dos sucesos.

Yo no creía en ninguna de ellas hasta el día de hoy.

Primero me encuentro con ella en un balcón, y ahora ella está sentada Justo a mi lado en la barra del bar.

Debo admitir que es una chica muy hermosa.

Cabello castaño oscuro con apariencia de ser negro. cabello tan largo que caía por su espalda en una coleta de caballo hasta más arriba de su cintura.

Su piel era un poco bronceada con un tono más claro. Sus ojos eran marrones, grandes, saltones y redondos, tenían un brillo sin igual, es como si tuviera la misma vía láctea enfrente de mi.

Eran la cosa más preciosa que mis orbes habían visto.

Prestándole más atención pude divisar un pequeño pero notorio tatuaje detrás de su oreja izquierda.

Era una media luna.

—Lindo tatuaje.

—Te fijas mucho, pero gracias —ella volteó su rostro para mirarme— ¿ya terminaste de analizarme o quieres que te de unos minutos más?

—No gracias, me gustaría descubrirte de poco en poco. Eres como una cajita de Pandora, llena de pequeñas sorpresas.

Ella ríe mostrando su lindos y perfectos dientes.

—Si lo dices por mi tatuaje, créeme no has visto nada.

—Que sutil —ella tomó mi vaso de whisky.

—¿Puedo? —preguntó.

—Seguro —Respondí fugazmente.
Ok, si alguien o una persona cualquiera me pregunta que si puede tomar un trago de mi vaso obviamente le diría que no, pero ella no es cualquiera.

Llevo el vaso con el líquido de color oro a sus labios.
Al principio hizo una cara extraña, supongo que fue por el grado de alcohol.

—No estás acostumbrada a beber whisky, ¿o me equivoco? —puso el vaso en su lugar.

—La última vez que bebí whisky fue hace unos años, soy más de beber vodka o tequila — su cara extraña se esfumo, ahora solamente tenía una cara más agradable— pero debo admitir que es más bueno de lo que recordaba.

—Me acostumbre a tomarlo en Londres. Al principio no me gustaba, pero ahora soy capaz de soportarlo.

Tome mi vaso para darle un sorbo.

—Supongo que me hace falta práctica entonces
—una pequeña sonrisa se escapa de sus labios haciendo estremecer mi cuerpo.

—Entonces, ¿Hace cuanto tiempo se conocen tú y Marco? —ella pregunta.

—Desde que nacimos, literalmente —Las personas bailaban y brincaban de lado a lado en la fiesta, una que otra persona estaba sobre algunas mesas de la casa besándose y manoseándose sin importar la multitud— nuestras madres se conocieron en la secundaria y bueno se volvieron mejores amigas.