Abigäil; VI

343 38 2
                                    

Querida Abigäil:

Te observaba en silencio, como siempre, cuando de repente sucedió.

Levantaste la vista de tu cuaderno y me miraste. Sonreí. Sonreiste.

Fueron los mejores cinco segundos de mi vida.

-Leid.

Abigäil .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora