CAPÍTULO 15

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Jueves 25 de julio

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Jueves 25 de julio.

Florencia/Italia.

Shara.

Caminaba por el parque que no estaba muy lejos del vecindario y pude contemplar cómo algunos niños correteaban y otras personas paseaban perros, me centre en un lugar que estaba un poco alejado de todos, me sente debajo de un árbol y saque un libro y comencé a leerlo tranquilamente dejando que el cálido viento se llevara todos mis pensamientos.

A lo lejos vi como varios autos negros se estacionaban, observe detenida la escena pero desvié mi mirada y continúe con mi libro que era mucho más interesantes, segundo después veo como unos zapatos relucientes negros se posicionan delante mio.

—Hola, muñeca.—Mire arriba y pude visualizar al idiota de alexander con su estúpida sonrisa y un ramo de flores.

lo ignore por completo y seguí con mi lectura.

—¿Que acaso ya no me quieres?.—Se agachó e intentó tocar mi mejilla pero fui mas rapida y me aleje, me Levanté y empecé a alejarme de el creí que me dejaría en paz pero en vez de eso me siguio y me tomó del brazo.

—Oye, ¿Qué sucede?.—Preguntó.

—No sucede nada Ferrari, todo esta perfecto solo que no quiero ver tu estúpida cara.—dije con amargura.

—¿Es por que no te llame?.—Preguntó acercándose.—Estaba ocupado ¿Si?.

—¿Sabes que? no me importa al fin y al cabo no eramos nada, pero sabes lo que me molesta.-Hice una pausa y me acerque a él amenazadoramente.—Que jugaras conmigo de esa forma.

—No se de que me hablas, shara.—Comento serio.

—¿A no?.—Saqué mi teléfono y le envíen los videos y las fotos. —A ver si se te refresca la memoria.—Sacó su teléfono y pude ver como su cara se tensó.

—Shara dejame explicarte, no es lo que parece.

—No, alexander, no hay nada que explicar, deje que te acercaras a mí porque pensé que cambiarías mi vida pero veo que me equivoque totalmente.—Lo mire por ultima vez y me fui dejándolo ahí parado como un idiota y con sus malditas flores.

Camine rápido a casa y al entrar y cerrar la puerta me derrumbe al instante y no pude detener mis lágrimas me dolía el pecho de tanto aguantar, ni siquiera se por que lloraba por él, las lágrimas solo salían y el dolor no cesaba, mama entro por la puerta principal y al verme tiró su bolso y corrió hasta donde yo estaba.

—Mi niña, mirame.—Me decía pero sentía tanta vergüenza que no quería ni levantar la vista.—Hey mirame, ¿que paso?, ya dime mi amor.

No dije nada y comencé a sollozar más fuerte, ella se quedó sentada en el piso hasta que mis lágrimas dejaron de brotar.

CADENAS DE PLACER. [#1] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora