*Narra Adrián*
Besé a Romina porque no quería que me preguntara sobre mis cortes, no me apetecía hablar de mi pasado... ya llevaba un mes sin cortarme pero las cicatrices aún eran muy visibles...
Además, hace tiempo quería besarla, poder sentir sus labios contra los míos; como tantas veces imaginé, ella se notaba inexperta e insegura.
Cuando se separó de mi, avergonzada, tomé suavemente su rostro y la acerqué nuevamente a mi.
Adrián: Linda... sólo déjate llevar, trata de imitar lo que haga yo - susurré antes de volver a besarla.
Logré mi cometido, mi amiga se olvidó de mis heridas; me puse la polera cuando ella fue al baño y estuvimos conversando de cosas triviales toda la tarde.
Cuando ya anochecía tomé la mano de Romina y la miré fijamente a los ojos.
Adrián: Romi... Sabes que puedes confiar en mi... ¿Verdad?
Romina: Claro que si... ¿Por qué?
Adrián: Necesito que me expliques con lujo de detalles cómo es tu relación con tu familia... qué ocurre cuando yo no estoy en tu casa...