First feeling.

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Otro hermoso día transcurría en la vida de Ahn Eun-ji, el clima era perfecto y el paisaje a través de la ventana de aquel negocio era inexplicable, claro, con "el clima era perfecto" nos referimos a la perspectiva de aquella joven, quien amaba los días de lluvias incesables y paisajes lleno de azules fuertes y grisáceos, para terminar de ser perfecto tenía un largo tiempo de descanso ya que debido a la lluvia nadie se atrevía a llegar a un café de gatos, ¿Qué loco preferiría ir ahí en vez de a su cómoda casa? claro que la lluvia fue inesperada hasta para ella, pero era algo simplemente gratificante, el olor a humedad llegaba a sus fosas nasales incluso con la puerta del negocio cerrada, su tranquilidad en ese instante era enorme, dejó su taza de café de lado para pararse e ir por un postre, lujo que casi nunca se daba a sí misma en su trabajo, pero el día lo amerita.

— Amo tanto los días como estos, ¿tú también los amas, Suzy? —habló esta ves a una linda gatita naranja que restregaba su rostro con la pierna de la contraria.

Lo que deseaba que no terminara tuvo qué, un cliente había entrado al local llenando el suelo limpio de un poco de agua.

— Ojalá mi disfrute hubiera durado más — dijo para si misma sin mirar al cliente — Buenas tardes, ¿Le puedo ayudar?. —

Fue ahí cuando el olor a humedad dejo de ser percibido por aquella joven, si, seguía ahí, pero ya no era tan fuerte como antes, el olor que ahora llevaba la mayor atención de ella era ese olor a perfume masculino, aquel olor del que tenía la sensación de haber olido antes, y como vio la cara supo que sus instintos no se equivocaban.

— Si, ¿me daría por favor un café simple y un pie de queso? —contestó cortante aquel chico sin mirar a la contraria.

— Claro, ¿tarjeta o efectivo? — pregunto ella sin prestarle tanta atención a su descubrimiento anterior. —

Después de pagar el chico tomo asiento y ella fue en donde su café para retirarlo y limpiar.

El pedido no tardo mucho en salir, Eun-ji fue a dejar el café y su postre al respectivo cliente. Para su poca suerte y gran torpeza, la chica tropezó en cuanto dio media vuelta, el día iba tan bien para ella como para que le hicieran una mala jugada.

— ¿Te encuentras bien? — preguntó aquel chico en cuanto vio a la joven tropezar, ella volteó a ver al contrario sintiendo pena, pero sus miradas solo quedaron conectadas la una a la otra, era como si los ojos de los contrarios fueran la cosa más interesante que hayan visto en sus cortas vidas, ninguno musitó alguna otra palabra, no podían.

Eun-ji prestó aún más atención a las facciones de aquel chico quitando por fin la mirada, viendo ahora su sedoso y mojado cabello, de alguna forma hacía que su cara se viera más fuerte y resaltara aún más sus facciones, una punzada pasó por su pecho cuando volvió a ver los ojos de aquel chico, que extraño sentimiento le estaba recorriendo con tal desconocido no tan desconocido, tres veces, tres veces se habían encontrado en menos de medio mes, Seoul no era lo suficientemente grande como para que se estuvieran encontrando en todas partes, sin más, salió de su trance a tiempo parándose de golpe haciendo que también el chico saliera del trance, el ambiente se había vuelto algo incómodo, tenso, con solo decir que si no fuera por la lluvia ese chico ya habría salido corriendo.

— Lo siento — ella hizo una corta reverencia para terminar ese incómodo ambiente y se fue sin más al despacho de empleados.

¿Era tan común toparse repetidas veces con alguien totalmente desconocido en una ciudad tan grande? Quizá lo era, quizá no, las dos personas solo se limitaron a dejar de pensar en ello y catalogar la situación como una "casualidad".
Pasó el rato y la lluvia logró bajar su intensidad, eso era la señal de que aquel joven ya se tenía que retirar.

— Gracias. — dijo este en cuanto estuvo cerca del mostrador, haciendo una modesta reverencia antes de marcharse.

— Tenga una linda noche. — respondió la contraria imitando al joven.—

Ella quedó intacta por unos minutos más después de que este se haya retirado, no había un por qué, era como si alguien con superpoderes la hubiera congelado en esa misma posición, tenía tantas preguntas, quizá no era tan raro toparse más de 2 veces con una persona en la misma ciudad, pero si lo pensamos mejor, tampoco era de lo más normal, de tanto tiempo viviendo ahí ninguno de los dos se había encontrado o topado con el otro, hasta esa tarde en la librería, dirán ¿Cómo aseguran que no se habrán visto antes? Había alguien que estaba completamente segura de no haberlo visto antes, Ahn Eun-Ji, ese olor a perfume masculino; Que aun teniendo un olor extremadamente bueno y agudo, por raro que parezca nunca lo olió antes, eso era algo que lo confirmaba, pero no resolvía las preguntas ni la situación, por que claro, lo que menos se les ocurría pensar era en el destino... Ninguno de ellos se admiraba por creer en tal cosa, no les pasaba por la cabeza que fuera algo así.

— ¿Volviendo tarde a casa de nuevo? —

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— ¿Volviendo tarde a casa de nuevo? —

— Sabes que trabajó, hoon, no esperes que llegue temprano tampoco. — dijo la joven con un tono de voz pesado, mientras trataba de abrir la puerta de su departamento.

— ¿Sabes? Hay una película buenísima en el Cine, ¿Tienes tiempo libre el fin de semana? — preguntó su amigo, esperando que la respuesta fuera positiva.

— Si, ¿pagarás lo mío? —

—Lo pensaré, ¿me servirá tu compañía? —

— ¿Qué? Eso me ofende, jovencito, mi compañía es la mejor de todas, no podrías vivir sin mi. —

—Claro que puedo vivir sin ti, Eunnie, la situación es al revés. —su notoria expresión de haber estado ofendido se asomó por el rostro de aquel muchacho.

— Bien, entonces me iré a dormir y no iré contigo al cine el fin de semana, al final, no me necesitas ¿verdad?. —

—Touché. —

 —

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┆W𝕚𝕝𝕕𝕖𝕤𝕥 𝕕𝕣𝕖𝕒𝕞𝕤 ! ꙳✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora