Capítulo 14 - Final

149 24 12
                                    


PDV Krist Perawat

Estaba rodeado de oscuridad. Sentía todo mi cuerpo entumecido y no sabía por qué pero no podía mover ninguna de mis extremidades. Intenté abrir mis ojos pero no pude, así que supuse que tenía una especie de benda. Una voz femenina rezonaba cada vez con más fuerza en el lugar.

Se percibían olores extraños, como a tierra mojada mezclado con químicos. Además, podía sentir mi piel cubierta de polvo.

-Te lo advierto, tienes que venir sólo tú. Te he enviado la ubicación por mensaje.

Poco a poco fui recordando lo que había sucedido. Eres un maldito confiado Krist, ¿cómo pudiste dejarte engañar por esa tonta? Eso pasa cuando te confías por estar regocijándote en el triunfo.

-¡Que sí! ¿cuántas veces te lo tengo que decir? Ojalá algún día te hubieras preocupado tanto por mí.

Al parecer la llamada terminó. Escuché a la chica sollozar y maldecir algunas veces. Quién hubiera pensado que esa mosca muerta podría mostrar este lado. Por eso me confié. Se veía tan insignificante que pensé que sólo lloraría por unos días y aceptaría su derrota. Ahora tengo que soportar esto y lo peor es que no sé con qué pretenderá chantajear a Singto ahora. Debo apresurarme a descubrir lo que...

-¡Ah! -la maldita arrancó algo de mi boca. Podía sentir mis labios y mi piel blanca tornarse rojas he hinchados. -¿¡Qué rayos te sucede!?

-Perdone usted su majestad. -escuché su voz irónica justo a mi lado.

-¿Por qué estoy así? Quita esta cosa de mis ojos. -como iba recuperando mis fuerzas después del efecto de la droga que me dio, empecé a balancearme hacia los lados para tratar de safarme.

-No.

-¿Qué es lo que quieres? -debo concentrarme, no dejarme vencer por la desesperación ni la sed intensa.

-Lo que te dije, Nong Krist, sólo quiero hablar un poco. -su voz empezó a cambiar, se notaba temblorosa pero no parecía que fuera por estar llorando, sino por estar invadida de una furia incontrolable. Lo entendía porque me ha pasado más de una vez y justamente había sido ella la causante.

-¿De qué quieres hablar? P'Sing se va a molestar mucho por esto. -no quise perder el momento de poderselo restregar y a la vez provocarla para que por fin develara sus intenciones.

-¿P'Sing? -hizo una pausa después de preguntar con un tono extraño- ¿Te refieres al cantante del que llevas enamorado desde que eras un adolescente?

-...-Sentí que todo mi cuerpo se enfrió. La sonrisa que había puesto para presumir hace un momento ahora parecía acalambrada. ¿Qué? ¿Cómo? Antes, había estado deseando que P'Sing llegara lo más rápido posible pero ahora...

-¿No dices nada? Por cierto, tu amable madre te manda saludos. Eres un desconsiderado, tanto tiempo de ausencia y no la has visitado una sola vez. Aunque claro, entiendo que tenías una prioridad principal.

No quiero que él lo sepa. No ahora....

Una luz fuerte llegó repentinamente. Ella me había retirado lo que tenía encima. Poco a poco de entre todo el fondo blanco comenzaron a aparecer columnas de metal que se extendían hasta perderse. El piso de concreto está repleto de tierra y con algunos charcos. Por la intensidad de la luz mis ojos lagrimearon.

-¿Lloras? Pensé que alguien como tú no tenía sentimientos. No me imagino, en serio, vivir con ese tipo de obsesión enferma. -Yo no estaba llorando, pero ella sí comenzó a sollozar. -Nuestras vidas eran tan perfectas antes de que tú llegaras. Te aprovechaste de la inocencia de Singto y de sus problemas con la empresa. Todo era demasiado raro, así que le pedí a un amigo de la empresa que me consiguiera tu documentación. Fue muy sencillo saber tu pueblo de origen... El viaje fue largo pero una vez allí, donde todos se conocían, fue muy sencillo que pudieran hablarme de ese "chico raro" que después se volvió el orgullo de la región por la prestigiosa beca que consiguió.

Soy tu más grande admirador - Peraya / Krist SingtoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora