6. Memorias

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Manos fuertes y cálidas le rodean la cintura y juegan con el moño de su delantal rosa, ese que sabe, tanto, le gusta desde muchos años atrás

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Manos fuertes y cálidas le rodean la cintura y juegan con el moño de su delantal rosa, ese que sabe, tanto, le gusta desde muchos años atrás.

Rozan sus narices en un gesto cariñoso e íntimo, olvidando por unos segundos que tienen compañía.

—Que guapo se ve, señor Jumpol...

—No lo hagan aquí, por el amor de Dios... —protesta el mayor de los hermanos Jumpol, mirando incómodamente al suelo.

La pareja se mira con complicidad, asintiendo y con una boba sonrisa en los labios, Off avanza a la sala, con Poy y Tommy colgados de sus piernas y diciéndose "¡Hola!" cada vez que se cruzan en el caminar de su padre.

Finalmente todos entran y Mark puede cerrar la puerta.

—Ahora sí, atásquense.

Como por arte de magia, después de decir su padre la frase de oro de todas las noches, los pequeños corren a abrazarlo y llenarle la cara de besos. Está hincado en medio del recibidor y con sus brazos abarcando todo lo que puede de esos tres chiquillos besucones, porque Chimon se mantiene al margen, no muy lejos de la escena, pero su padre lo llama y se une al abrazo, aunque eso no sea de chicos cool.

Gun sonríe mirando a su familia, con un suspiro enamorado interrumpido por una manita curiosa y pequeñita sobre su mejilla.

—Ya, ya... Bebé Win también quiere amor ¿Eh?

—Dame a ese bodoque. —Dice Off, y lo recibe con los brazos abiertos, sosteniendo al menor de todos sus hijos con devoción y amor—. Hey, hola campeón... —Win sacude su manita, afianzado al dedo índice de su padre—. ¿Le diste muchos problemas a tu papi hoy?... —sonríe— No, seguro que no, tú eres un ángel...

Gun toma de la mano a sus hijos para llevarlos al comedor, donde espera la cena. En el camino, Poy mira insistentemente hacia atrás donde se encuentra el álbum.

—Papi... las fotos...

Gun lo piensa, pero realmente no necesita hacerlo demasiado y le pica la naricita a su hijo, pidiéndole que aguarde ahí tranquilo mientras él corre en busca del álbum. Los ojitos de Poy brillan al verlo y aplaude entre brinquitos, corriendo a su silla alta para sentarse y ver muchas fotos más.

—¿Qué tienes ahí? —Off lo abraza desde atrás, dejando la barbilla en el hombro de su esposo.

—Nuestro álbum, mi amor. Los chicos y yo lo veíamos antes de que cierto, horrible poste sin señal, apareciera e interrumpiera.

Meciendo al más bajo de un lado a otro y con un puchero en los labios, Off resopla en el cuello ajeno.

—Eres tan malo conmigo, Gunnie...

Gun le besa los labios rápidamente, sin separarse demasiado antes de susurrarle:

—Te encanto y lo sabes. —y camina, a pasos coquetos y mirando sobre su hombro al hombre que babea a su espalda.

Avioncito de papel - HP4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora