CAPÍTULO 11.

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||En la foto salen Dylan y Celia||

He dormido en la azotea de mi casa, lo se porque me acabo de despertar aquí, abrazada a Dylan, y es extraño, porque hace muchísimo frío e incluso creo que esta chispeando, ¿porque habremos dormido aquí?

Ni siquiera tengo fuerzas para abrir los ojos, creo que la resaca puede conmigo y se esta tan bien durmiendo abrazada a Dylan.

A pasado de chispear a llover y ya no es agradable.

-Dylan, ¿estas despierto?- Le pregunto sin moverme.

-Sí.- Dice acariciandome la cara cariñosamente.

-Esta lloviendo.

-Eso parece. - Dice él y los dos reímos por lo absurda que esta siendo la conversación.

-Deberíamos levantarnos, nos vamos a mojar.- Digo sin moverme.

-¿Y?- Dice y aunque no lo veo, se que esta sonriendo.- Además ya estamos empapados.

No respondo, y es que no tengo ganas de levantarme, a pesar de que estoy tumbada en el suelo, empapada y hace muchísimo frío, me encanta estar así con Dylan.

Noto que su pecho sube y baja con mas fuerza. Me incorporo para verlo y efectivamente esta dormido. Tiene el pelo mojado, mas de lo que creía y la camiseta blanca se le transparenta por la lluvia, no sabía que tenía tatuajes, pero de todos modos no puedo distinguirlos bien a través de la tela de la camiseta, esta tan mono así, dormido.

Yo también estoy empapada y tengo frío.

Vuelvo a tumbarme abrazada a él, así se esta mas caliente. No entiendo muy bien que pasa entre nosotros pero ahora mismo me da igual, no voy a pensar en nada ahora.

Sin darme cuenta me quedo dormida otra vez.

- Chicos, que hacéis, os estáis mojando. - Dice Lucia desde la puerta de la azotea. Lleva puesta la camiseta de Rubén y un moño.

No se cuanto hace desde que nos dormimos la segunda vez.

Los dos nos levantamos bastante deprisa, y nos sonreímos, Lucia no le da importancia pero se que luego me hará un interrogatorio.

-¿Que hora es?- Le pregunto a Lucia mientras los tres bajamos las escaleras.

-Casi las 6.

-¿Tan pronto?

-De la tarde Celia. - Los tres nos reímos.

- Si, eso tiene mas sentido. - Dice Dylan.

Entramos a la cocina y nos sentamos en los taburetes.

-¿Y Ruben?- Pregunta Dylan.

-Acaba de irse, tenía que ir con su padre a ayudarle en el trabajo o algo así - Dice Lucía.

-Ah sí, es verdad. - Dice Dylan.

-Tengo hambre. - Digo yo, y aunque no viene a cuento es verdad.

- Ir a cambiaros, mientras haré el desayuno, o la comida, o la merienda, como prefirais llamarle. - Dice y los tres nos hechamos a reír.

Subimos a mi habitación y busco algo de ropa para ponerme.

-¿Y yo que me pongo?-Dice Dylan.

-Ahora podemos buscar algo de mi padre, quizá halla algo de tu talla.

-Como quieras.

Después de que haya cogido unas toallas, unas mayas negras y una sudadera de flores vamos a la habitación de mis padres, mi madre tiene aun guardada toda la ropa de mi padre en su parte del armario, nunca a tenido valor de guardarla, y mucho menos tirarla.

A cambio de nada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora