||La chica de la foto es Lucía||
Y ahí estaba él, con su sudadera y sus baqueros, sujetando una pequeña caja en su mano derecha y con una sonrisa dibujada en su rostro. No me lo pensé dos veces y me lancé a sus brazos, empecé a llorar al volver a sentir sus brazos rodeando mi cuerpo y volver a oler su perfume, al sentir su aliento en mi cuello y ver sus preciosos ojos azules. Dejar de llorar era imposible para mí, pero lloraba con una sonrisa, la sonrisa mas sincera que había mostrado en mi vida.
- T-tu - Dije separándome de el levemente para secarme las lágrimas - ¿Que haces aquí?
- No podía dejarte sola, el día de Navidad. - Dijo volviendo a juntarme con él y a abrazarme aun mas fuerte que antes. - Y ahora sí, Feliz Navidad mi vida. - Dijo dándome un beso en la frente.
- A sido poco tiempo, pero te e echado mucho de menos. - Dije y lo besé en los labios.
Estuvimos mas de quince minutos en la puerta de mi casa, besándonos y abrazandonos, y luego entramos en casa.
- Toma, esto es para tí. - Dijo Alex dándome la caja que llevaba en la mano.
Me senté en el sofá apartando la manta y con la caja en la mano. Alex se sentó a mi lado.
Abrí la pequeña caja dorada, con un lacito en plateado y en ella había unas llaves de colores.
- ¿Que es esto? ¿Unas llaves?- Dije. No entendía para que me regalaba un llavero con 3 llaves.
- Esta es la del buzón. - Dijo cogiendo la mas pequeña. - Esta la del portal. - Y esta vez cogió una de color rosa. - Esta la de la puerta de casa. - Dijo cogiendo la azul. - Y estas son las llaves de la casa en la que vas a vivir, conmigo.
- ¿Que? - Me había perdido. ¿De que habla?
- Mi padre me a dado permiso para comprar un apartamento para vivir contigo. No es muy grande pero suficiente para nosotros dos. Lo pagaré con el trabajo que he conseguido en estos días. - Dijo muy ilusionado.
Me levante del sofá y me asomé a la ventana.
- ¿Y Lucía y Rubén?¿Y Dylan?¿Y mi madre y mi abuela?¿Y mis estudios? - Dije perdiendo la ilusión, ya que me encantaría vivir con él, pero era imposible. Suspiré. - Mi vida esta aquí.
Se levantó del sofá y se acercó a mi abrazandome por detrás.
- Ellos estarán bien, vendremos cada fin de semana a verlos, te lo prometo. - suspiró - Anoche llame a tu madre y le conté mi plan.
-¡¿Que!?- Dije sobresaltada al imaginarme su enfado.
-Escuchame. - Dijo acariciándome el hombro para tranquilizarme. - Dijo que le parecía buena idea, que se notaba que yo era un buen chico y que sabía que estarías mejor conmigo ya que la mayoría del tiempo estas sola en casa ya que ella tiene que cuidar de tu abuela.
Una sonrisa se dibujó en mi cara.
- Y los estudios, hay un instituto a dos manzanas del piso, lo tengo todo pensado -suspiró- quiero que seas feliz a mi lado. -me abrazó mas fuerte. - Ahora la decisión es tuya.
Me giré y lo abracé.
No tenía ninguna duda, era una locura, pero seria junto a él, y merecía la pena.
MARTES
Alex había pasado todo el día en mi casa, estubimos viendo películas, pedimos una pizza, y cosas de lo mas normales. Luego paso la noche en mi casa, pero como los dos nos quedamos dormidos en el sofa, cuando yo me desperte cerca de las tres de la madrugada decidí no despertarlo, y me subí yo a dormir a mi habitación, mientras el dormía en el sofá.
- ¡Bueeenos díaaaas! - Dijo Alex abriendo la puerta de mi habitación y tirándose en mi cama, encima de mi, aplastandome.
- ¡Buenos días! - Dije con mi preciosa voz de dormida y le di un abrazo efusivo, que hizo que los dos nos cayéramos de cama y empezáramos a reírnos como niños pequeños.
Hoy era 26 de Diciembre, el día en el que cambiaría mi vida, y me iría a vivir con Alex, era un paso mas en mi vida, un paso bastante importante.
Al bajar vi que eran ya las dos del medio día. Nos vestimos y fuimos a comer al McDonal's ya que era lo mas rápido.
Volvimos sobre las cuatro y media de la tarde y me ayudó a hacer la maleta, no eché toda mi ropa, pero casi toda, también heche mi bolsa de aseo, toda mi colección de gorros, un peluche que me regaló Lucia al cumplir los 14 y poco más.
- Solo queda una maleta. - Dije señalandole la puerta a Alex y me despedí de mi madre con un abrazo y un beso.
- Te voy ha echar de menos. - Dijo mi madre cogiéndome las manos. - Ten cuidado.
- Tranquila, yo la cuidaré. - Dijo Alex dándome un abrazo por la espalda y yo le contesté con un beso en la mejilla.
Metió la ultima maleta en el maletero del taxi y se subió atrás conmigo.
Pasaron poco mas de tres horas hasta que llegamos a Ciudad Real, las vistas durante el camino fueron bastante aburridas, ya que casi todo el viaje fue por autopista. Al llegar el taxista nos dejó en un portal de un piso del centro, con unas 10 plantas que no estaba mal.
Entramos al ascensor y marcó el 8. «Oh, un octavo, ¡que bien!» Pensé irónica, ya que odio las alturas.
Él abrió la puerta de madera blanca, con una A en dorado, del mismo tono que el pomo.
Al abrir me quede unos segundos mirando desde la puerta. Se entraba directamente a un salón bastante grande, con dos alturas, para separar lo que sería una entrada, y luego el comedor, donde también había dos sofas negros y una tele. El suelo era entero de madera de un marrón claro. Habia una moqueta en la zona de los sofás y del amplio salón salían varias puertas que imaginé que serían el resto de las habitaciones.
- Bienvenida a tu nueva casa. - Dijo Alex cogiéndome en brazos para pasar a la casa, como los recién casados y yo me reí a carcajadas.
- ¡Me encanta! - Dije cuando me bajó.
- No es muy grande, pero esta bastante bien. - Dijo dejando las llaves en una mesa pequeña que había en la entrada. - Lo mejor es que estoy contigo. - Nos besamos.
Cenamos unos burritos que compramos en una tienda que habia cerca del edificio, cenamos en nuestro nuevo salón y poco después nos tumbamos en la cama y Alex se quedó dormido, estaba cansado por el viaje.
Me puse a mirar al techo y pensé en que ahora, todo cambiaría. No vería a mi madre, ni a mis amigos, tampoco a mi abuela, a la que le quedaba poco tiempo de vida, y también cambiaría de instituto, algo que no me hacía mucha gracia, ya que lo de hacer amigos no es lo mio, pero estar con Alex me hacía olvidarme de todo eso y mañana sería un nuevo día, y no queria pensar en eso ahora.
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A cambio de nada.
Teen Fiction¿Que sentido tiene la vida? Pasamos toda la vida buscando la felicidad, una felicidad que nunca consigues del todo, así que si lo piensas, pasamos toda la vida luchando, a cambio de nada. Tengo 15 años, y aquí estoy, luchando, luchando por sacar ade...