Tiempo, castigos, rosas

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  Draco se bajó del auto con parsimonia, ajustó su abrigo y se tomó dos minutos para admirar su reflejo en el vidrio.

  Al entrar en la cafetería, no tuvo que luchar mucho para encontrar a quien buscaba.

Harry era todo hombros anchos y músculos, no era tan alto como él, pero ocupaba el doble de espacio. Se rió internamente por la imagen de ese hombre enorme con un ramo de flores en la mano y un gesto de angustia.

-¡Draco! -Abandonó su asiento apenas le puso los ojos encima- Tienes que escucharme, perdón, no, espera, no, tengo que pedirle perdón a Scorpi, tienes que dejarme verlo, Albus se disculpara, lo hará, ya lo hablamos, prometo que...

  Draco lo tomó de las mejillas firmemente, sin dejarle opción de apartar la mirada.

-Cálmate.

-Estoy al borde de un ataque.

-Lo sé.

-No quiero que esto se acabe.

-Lo sé.

-Albus está en problemas -Y antes de que pudiera responder un tercer "Lo sé" agregó- Y no lo digo solo porque es tu hijo la víctima, él... Él no puede hacer estas cosas... Draco yo no lo sabía, lo juro, yo...

  -Siéntate -Ordenó al tomar asiento frente a donde, minutos antes, estaba él. Harry obedeció más rápido que un cachorro- Primero que nada, quiero disculparme por citarte aquí en sábado. Sé que deberías estar con los niños.

-Los deje con agua, comida y Netflix. Deberían sobrevivir por al menos dos horas -Se encogió de hombros- Igual no debería tardar más de eso, no quiero encontrar mi casa incendiada si puedo evitarlo.

Draco sonrió, acariciando con dos dedos uno de los pétalos de las rosas rosadas del ramo.

-Trajiste flores -Murmuró, no muy seguro de si se lo decía a Harry o a él mismo.

-No sabía cual es el protocolo para pedir perdón por los arranques agresivos de tu hijo -Empujó el ramo hacia su lado de la mesa- Y el tipo de la tienda dice que estas son flores de disculpa, algo sobre compromiso y arrepentimiento.

  Draco dejó de sonreír, poniéndose rígido sobre el asiento. Intentó ponerle una buena cara a Harry, pero era tarde, el hombre ya había notado el cambio súbito en su ánimo.

-Lamento mucho lo de Albus. Y hablaba en serio cuando dije que tendrá que pedir disculpas. Ginny ha estado ocultándome un par de cosas -Estrujó su ojos por debajo de las gafas- No tenía idea de que la situación creció tanto como para... Para que él... Joder, soy un terrible padre.

  El rubio decidió ignorar la mala palabra, tenían cosas más importantes de que hablar ahora.

-No lo eres. Yo sé de malos padres -Tomó una de sus manos y la apretó- Y tú no eres uno de ellos. Solo estás... Distraído. Es todo. A los adolescentes no se les puede descuidar ni un segundo, son peores que bebés.
 
-Sé que estás furioso con Al.

-No lo estoy.

-Hace tres días me dijiste que contratarías a un chico de diecisiete para que le diera la paliza que tú, legalmente, no podías.

-Eso fue antes de saber que era tu hijo -Resopló y apoyó los codos sobre la mesa, acercándose al rostro contrario- Debe haber un artículo en el manual de relaciones que prohíbe que mandes a golpear al hijo de tu novio.

  Harry no se rió de la broma, es más, su mueca de preocupación y descontento ni siquiera se tambaleó.

-¿Por qué estás tan tranquilo?.

-Porque te conozco -Removió el cabello que le caía por la frente, pasando los dedos por la extraña cicatriz en su frente. Nunca le preguntó cómo se la hizo, aunque la curiosidad lo consumiera cada vez que la veía- Confió en que lo solucionarás.

-¿Y si no? -Gimió estresado- ¿Y si nada que haga o diga funciona? ¿Y si lastima a Scorpius otra vez? ¿O alguien más? ¿A sí mismo? ¿Y si...

-Tienes que calmarte -No entendía como alguien podía verse tan sexy y aterrado al mismo tiempo- Albus es un adolescente. Esta hormonal, enfurecido, y piensa que a nadie le importa. Solo debes demostrarle que no es así.

-Lo haces ver tan fácil -El ojiverde trazó sus muñecas con el dedo, rozando el pulgar sobre el punto de pulso- Eres tan bueno en esto.

-Tú no lo sabes. Pero alguna vez en mi vida, fui Albus.

  Harry lo miró con esos ojos de cordero degollado, esa mirada que te da alguien que está convencido de que eres quien pega las estrellas en el cielo.

-Dale tiempo -Besó sus nudillos- Y recuérdale que si le hace daño a mi hijo una vez más, no sobrevivirá para contarlo.

-Le daré el recado -Harry suspiró, se veía más tranquilo ahora, aunque seguía molesto, de alguna forma Draco podía sentirlo- ¿Scorpi...

-Necesita tiempo. Esta muy enojado, necesita a alguien a quien culpar. Lastimosamente te tocó a ti.

-¿Crees que alguna vez me perdone?.

-Claro que si. Es un chico listo y racional. Solo necesita tiempo -Recogió las rosas y las olfateó, evitando conscientemente soltar un suspiro maravillado- Pero por ahora no te pases por el departamento. Necesito que sepa que no le impondré tu presencia.

-Esta bien. Acepto el castigo.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora