Helado de chocolate

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Su padre detuvo la camioneta, sonriéndole de forma alentadora, como cada vez que lo dejaba en Hogwarts.

Le devolvió la sonrisa, comenzando a bajarse del auto. Frenó al divisar a lo lejos a tres hermanos abandonando una conocida camioneta.

No estaba seguro de que lo impulsó, si fue porque era un día súper magnífico o por la noticia de que al fin tendría el más preciado recuerdo de su madre nuevamente con él. Pero tomó una decisión.

-Oye pá.

-¿Sí? No me digas que olvidaste algo, Scorp. Es tarde para el trabajo y si tengo que devolverme hasta Chelsea te juro que...

-¿Por qué no invitas a Harry a cenar hoy a casa? Y por invitar, me refiero a que él lleva la comida.

Su padre se recompuso velozmente de la sorpresa, volviendo su expresión a una más serena, aunque aún vacilante.

-¿Estás seguro? -Tamborileó los dedos en el volante. Gesto que le confirmó a Scorpius que hacía lo correcto.

-Totalmente -Se bajó del vehículo, asomándose por la ventana abierta- Pero que le quede claro que solo lo aceptamos de regreso porque se volvió aburrido cenar comida rápida todas las noches.

-Desconozco como hemos sobrevivido por nuestra cuenta tanto tiempo -Soltó un suspiro dramático y le guiñó un ojo- Lo llamaré.

Scorpius le devolvió el gesto y corrió en dirección de su pelinegra amiga.

Recientemente, Brie se había cortado el cabello al estilo Pansy Parkinson en su época de secundaria, así que cuando despegó los ojos de su teléfono para encararlo, el efecto "Bad Bitch" resultó aterrador.

-Llegas tarde.

-Aun faltan diez minutos para la primera clase -Rebatió checando su reloj de muñeca.

-Se llega veinte minutos antes para tener tiempo de socializar -Sacó un labial de su carísima cartera y lo obligó a sostener su espejo de bolsillo mientras retocaba su maquillaje.

Adoraba a su chica vanidosa. ¿Había mencionado que era un maravilloso día?.

-Creo que...

-Shhhh, no voltees. No sabes quien viene detrás de ti -Scorpius resistió el impulso primitivo de darse la vuelta. Complaciendo el mandato de su mejor amiga.

Esperó hasta que una figura de su misma altura se detuvo junto a él.

-Malfoy.

-Potter.

Albus llevaba los brazos totalmente ocupados entre carpetas y libros de texto. Scorpius esta vez no pudo huir de su instinto primario.

-¿Te ayudo? -Ofreció extendiendo los brazos en su dirección.

-Oh, tranquilo. Igual te lo quedarás -Hizo malabares con sus propias pertenencias, al ser brutalmente desplazadas por la nueva carga.

-¿Qué es todo esto? -Preguntó con curiosidad. Encogió sus hombros ante la mirada inquisitiva de Brie, el tampoco entendía nada.

-Los deberes de James -Albus sacudió sus manos desdeñosamente.

-¿De la semana?.

-De las próximas tres semanas.

-¿Como conseguiste sus actividades de las próximas semanas? -Su curiosidad pasó a ser una muda admiración.

-Los profesores suelen ser muy sueltos de lengua usualmente. Solo debes empujar un poco -Explicó, haciendo una señal de empuje con sus manos.

-Bueno... Debo decir que estoy asombrado -No podía creer que Albus hubiera acabado con tres semanas de tareas en tan solo tres días. Y para colmo, tuviera la desfachatez de verse fresco como una lechuga. Definitivamente, Dios tenía favoritismo por los hijos del diablo- Sin embargo, aún no comprendo que me los traigas a mi ¿Por qué no dárselos a James directamente?.

-Tuvimos un pequeño intercambio de opiniones -Se encogió de hombros quitándole importancia- Nunca a sido bueno aceptando críticas constructivas.

Sonaba más falso que político en épocas de elecciones, pero aún así decidió no indagar más. Era su súper magnífico día después de todo. Lo menos que necesitaba era preocuparse por dramas fraternales.

-Vale. Esta bien, yo se los llevaré.

Albus asintió con la cabeza, pero antes de que pudiera marcharse, Brie decidió romper su voto temporal de silencio.

-¿Qué está sucediendo aquí? ¿Ahora son amigos o qué?.

Oh, cierto. Se olvidó de contarle a Brie sobre su ajuste de cuentas con Albus y la tregua a la que llegaron.

-No. No amigos -Debió sentirse ofendido por lo rápido que saltó el pelinegro para aclararlo. Pero solo le causo gracia- Solo... Alzamos las banderas blancas por un tiempo.

-Ya veo... -La chica analizó a Albus de arriba a abajo antes de concluir- Bueno, ya que son amigos...

-No somos...

-Ya que son amigos -Recalcó, sin permitir contradicciones- Supongo que es justo que te invite a mi fiesta este fin de semana.

-No tienes que hacer...

-No lo hice antes porque eras el cabron que golpeaba a mi mejor amigo -Deslizó sus uñas rojas por el teclado de su celular- Pero como ahora eres el cabrón que hace la tarea del pupilo de mi mejor amigo, supongo que estamos en paz.

Envío lo que sea que estaba escribiendo y el teléfono en el bolsillo de Albus vibró con una notificación.

-Ya tienes una invitación.

-Pero yo no quiero...

Brie lo silenció con un dedo en sus labios y un gran "Shhh". Scorp podía imaginar claramente cómo Albus se debatía si era mejor empujarla lejos o directamente arrancarle el dedo de un mordisco.

-No te pregunté si querías -Recogió sus cosas y se marchó lejos, sin esperarlo ni mirar atrás.

-Supongo que debo ir a clases.

-Sí, sí, como sea, cuenta saldada y todo eso -Albus parpadeó, saliendo de su estupor lentamente antes de abandonarlo también.

Lo vió escabullirse rápidamente entre el borrón de alumnos. Intentó ubicar a su amiga a la distancia pero lo interrumpió un suave toque en su hombro.

-James -Fue consciente de que su voz ya no sonaba tan ansiosa como antes al dirigirse a él.

-Scorp, oye, ehh, quería...

-¿Estás bien?.

  Se alarmó un poco ante el semblante ajeno. Verlo con ojeras enormes y los ojos irritados no era para nada la apariencia a la que estaba acostumbrado a admirar.

-Sí, sí, sí, solo no dormir bien -James sujetó con una décima más de fuerza su antebrazo y lo jaló hasta apartarlo de oídos chismosos- Tengo algo que preguntarte.

  Scorpius se entretuvo tanto con el hecho de que su corazón no se saltó un latido por el contacto, que no notó su mentira.

-Puedes preguntarme lo que sea -Sonrió dulcemente, como hacía su padre cuando intentaba darle confianza.

-Tú y yo somos amigos ¿Verdad?.

-Que pregunta tan tonta, James. Obvio que somos amigos -Se rió un poco, pero murió su diversión al ver que James no lo imitabas- ¿De verdad estás bien?.

-¿Lo prometes?.

-¿Prometer qué?.

-Que somos amigos. Promételo.

-¿De que va esto? -Ahora si estaba totalmente confundido.

-Por favor... -Scorpius se conmovió ante la imagen de niño perdido que reflejaba, así que dejó sus preguntas para luego.

-Sí, lo prometo -Y no fue hasta ese momento que toda la tensión en James desapareció.

-Gracias, Scorp.

Pelear, besar y... ¿Como es que iba? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora