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A partir de ese día las cosas pasaban muy rápido y los días duraban demasiado, habían momentos en los que sentía que toda mí vida pasaba frente a mi y otros en los cuales sentía que todo estaba en pausa a mi alrededor, pero la cruda realidad es que la vida seguía y el tiempo pasaba al igual que siempre.

A partir de aquel día tío Korn prometió encargarse de nosotros, cosa que no me interesaba en lo más mínimo, solo quería que Macao estuviera bien, pero incluso el notaba que algo en mi había muerto. A los días de la partida de Pete porsche tomó el anillo de la segunda familia, cosa que no me pudo importar menos; en este momento mi único objetivo era descubrir quien fue el hijo de puta que se atrevió a arrebatarme a Pete.

En grandes rasgos el funeral fue algo rápido, sólo estuvo la primer familia, algunos de mis hombres, Macao y yo; no le informamos a los abuelos de Pete ya que no sabríamos si resistirían de nuevo una noticia así, solo que esta vez Pete no se encontraba secuestrado; yo me haría cargo de sus abuelos y les seguiría enviando dinero a nombre de Pete.

El funeral fue algo tranquilo, espere a que todos se fueran para poder acercarme a aquella caja en la cual reposaba quién fue el amor de mi vida. Al irme acercando pude ver que había alguien más, era Tankhun el cual no estuvo presente en el funeral, solo tenía una mano encima de la caja y una mirada perdida.

-¿Sabes Pete? Me enoje bastante cuando Kinn me dio la noticia de tu partida y por mucho que llore, grite y patalee nada te trajo de regreso, no hubo momento en que no anhelara que entraras por la puerta de mi habitación a decirme que todo fue una broma, lamentablemente no lo fue. No puedo decirte que todo seguirá igual ya que te mentiría porque no lo hará, Pete tu fuiste algo más que un guardaespaldas para mi, fuiste aquel hombro en el que pude llorar cada noche que recuerdos del pasado me golpeaban, fuiste aquel que a pesar de todas mis idioteces nunca me tacho de loco, incluso fuiste el único que siguió mi estúpida idea de tatuarse - escuche como soltó una pequeña risa sin gracia - sorpresivamente te quedó genial el tatuaje aunque creías que era mala idea, no puedo negar que tengo mucho resentimiento hacia muchas personas, Kinn quién prometió que nada te pasaría, Porsche y Vegas quienes huyeron sin decirles nada y yo creía que por su estupidez comenzó todo, en un inicio no te miento, los culpe por lo que te paso, pero caí en cuenta que no sería algo que a ti te gustaría que yo hiciera, tan solo por el echo de que amabas al bastado de mi primo; en este momento me siento muy conectado con Vegas ¿sabes? Porque ambos perdimos a una parte importante de nosotros, siento que no puedo soltar mas lágrimas de lo que ya lo he hecho pero al momento de recordar todo lo que pasamos es como si el mar saliera por mis ojos Pete, te extrañare hoy y siempre y te prometo que cuidare de Macao y Vegas aunque estos no quieran, porque se que es algo que tu harías y que quede claro que tu muerte no fue en vano.

Tankhun solo abrazo la caja sin embargo no lloraba, me fui acercando lentamente hasta que el noto mi presencia.

-Desde hace rato note tu presencia Vegas - volteo su mirada hacia mí, no obstante su cuerpo seguía en la misma posición - se que escuchaste todo y está bien, no me avergüenza que los demás sepan mis emociones.

-No vengo a molestar Tankhun no te preocupes, solo quería despedirme de él - gire mi mirada hacia la caja donde ahora reposaba el cuerpo de Pete.

-Incluso así se ve lindo el hijo de puta ¿cierto? - soltó un ligero suspiro - ¿Sabes Vegas? Cuando Kinn me dio la noticia yo me desmorone en ese momento y mi cuerpo se negaba a aceptarlo, después me sentí tan furioso con todos ustedes, los deteste y desee que tomarán el lugar de Pete, sin embargo, lo pensé un tiempo y me di cuenta que estaba siendo muy egoísta ya que solo me estaba enfocando en mi dolor, Kinn perdió a uno de sus mejores hombres, Porsche perdió a su mejor amigo y bueno tu, tu lo perdiste todo Vegas y no hablo solo por el amor que se tenían, lo digo porque aunque no lo parezca ambos tenemos en común que perdimos a aquello que ataba nuestra cordura a la tierra, aquel al que un mal día lo podía transformar en el mejor día de tu vida en cuestión de segundos; no se si sepas pero antes de que Pete llegara a esta casa yo no hablaba con nadie, hasta que el puso un pie aquí y con aquella estúpida sonrisa logró que cualquier miedo o angustia que yo tuviera se fuera al estar con él, yo no quería a Pete de forma romántica como algunos creen, porque ni eso abarcaría el cariño que yo le tenía, pero creo que sin necesidad de ser algo romántico yo tenía a mi alma gemela, aunque es cierto eso que dicen que las almas gemelas se encuentran para enseñarte algo y después partir, Pete me enseñó tantas cosas que ni tiempo tendría de contarlas, al igual que ustedes, tal vez estaban destinados a coincidir más no a quedarse juntos, suena ilógico lo sé, pero a este punto nada tiene lógica Vegas, todos moriremos algún día solo que unos serán más recordados que otros, pero hasta que yo parta ni tu ni Macao quedarán solos bastardo y si hay algo que te puedo decir es que no tuviste la culpa de su muerte Vegas.

No supe en qué momento comenzamos a llorar ambos y pasó lo que nunca espere, Tankhun y yo nos abrazamos y cada quien empezó a soltar todo el peso que traía encima, porque por mi primera vez las palabras “comprendo tu dolor” tenían sentido para ambos y por fin le creía a alguien aquel “no fue tu culpa” por unos instantes esa presión en el pecho disminuyó, duramos un rato abrazados viendo a Pete en aquel ataud, parecía dormido, parecía un ángel; los guardaespaldas de la primer familia salieron para llevarse a Tankhun ya que su padre le hablaba, sin embargo antes de marcharse se acercó a mí oído y susurro:

-La muerte de Pete fue planeada y descubriremos quien fue el bastardo que se atrevió a quitarle la vida - dicho esto entró a la casa.

Desde ese día me planee que no descansará hasta lograr cobrar venganza.

Mientras el tiempo pasaba decidí seguir la idea estúpida de Tankhun de hacer cartas a Pete tratando así de sentir que el podía estar cerca de mí y cada de 19 de mes iba a aquel piso del estacionamiento en donde se encontraba el pequeño cuarto de intendencia a dejar las cartas con alguna flor de aquellas que le gustaban o un pequeño plato de arroz con curri el cual terminaba siendo devorado por los roedores, cosa que me importaba poco ya que me quería hacer creer a mi mismo que era él quien llegaba y se comia aquel plato mientras leía las cartas, esta de sobra aclarar que en ese cuarto nadie volvió a entrar, nadie más que yo o incluso Macao cuando me acompañaba a dejarte las cartas.
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The last breath  {VegasxPete} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora