𝗧𝗲 𝗮𝗺𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝘁𝘂́ 𝗮 𝗺𝗶́ 𝗻𝗼.... ¿𝗖𝗶𝗲𝗿𝘁𝗼?

Gᥲᥣᥣᥱtᥲs.

Bien dicen que la curiosidad mató al gato, y una vez más se confirmaba lo que dicha frase planteaba.

Jeongin se había quedado inmóvil al descubrir quién era la misteriosa persona que había ingresado a la biblioteca. Permaneció unos cuantos segundos observando a la distancia a aquel chico rubio que en sus manos sostenía un libro de cocina, este mismo pudo ver la silueta de Jeongin de reojo, por lo que inmediatamente alzo la mirada.

—¡Ah! que susto me disté, por un segundo creí que eras un fantasma o algo así —exclamo Felix.

—Perdona, no era mi intención asustarte.

—Descuida, es solo que pensé que el lugar estaba solo y no te vi cuando entré.

—Sí, entiendo... —respondió con algo de timidez mientras asentía con la cabeza y desviaba la mirada evitando el contacto visual.

Felix observo por unos segundos al chico y posteriormente se dio cuenta que no era la primera vez que se encontraban.

—¡Oh! Ahora te recuerdo. Eres el chico del minisúper.

Jeongin algo sorprendido de escuchar esto, levanto inmediatamente la mirada y volteo a verlo.

—¿M- me recuerdas?

—Por supuesto, jamás olvidaría a alguien tan amable como tú —menciono esto último haciendo referencia al gesto que tuvo con él sobre cederle la caja de café aquella vez—, sin embargo, que coincidencia que estemos en la misma escuela, la verdad, no recuerdo haberte visto con el uniforme aquel día.

—Eso... debió haber sido talvez por el abrigo que traía puesto.

—Ya veo.

—También para mi es una sorpresa que nos volvamos a encontrar, y que justo sea aquí, en la biblioteca.

—Ah, tan solo he venido a buscar esto —mostro el libro en sus manos—, aunque creo que ahora tengo más dudas que respues... —hizo una breve pausa antes de terminar lo que iba a decir, parecía que algo se le venía en mente, luego de ello, continuo— Dime, ¿Cuál es el mejor postre coreano que existe?

—¿Perdón?

—Sí, ¿Cuál es el mejor postre coreano a tu parecer?

El de cabellos oscuros rebusco en su memoria, encontrándose con el recuerdo de su madre preparándole un cierto postre tradicional.

—El... ¿Tteok? —confundido contesto Jeongin.

—Hmmm... Interesante... —coloco su mano sobre su barbilla evaluando la respuesta obtenida.

El tan repentino cambio de tema le había causado algo de gracia a Jeongin, por lo cual comenzó reír, olvidando por completo su timidez.

—Disculpa que me ría —paró y retomo la compostura—, me tomo por sorpresa tú pregunta.

—Está bien, eso sonó raro hasta para mí —soltó una pequeña risilla—. Verás, yo soy originario de Australia y me mude aquí durante las vacaciones de verano. Mis abuelos, con quienes vivo ahora, tienen una panadería, debido a esto empecé a interesarme por la repostería hace unas cuantas semanas, sobre todo quisiera comenzar probando con recetas de acá, pero no puedo pedirles ayuda con esto porque suelen estar muy ocupados.

—Aaah... Ya veo. Sabes, el club de cocina puede ayudarte con eso.

—Eso mismo me dijo una amiga; entre al club, pero de momento el taller de cocina está en remodelación así que no hacemos mucho. —algo desanimado dio un suspiro—. Creo que solo sabre hacer galletas y brownies por un buen tiempo —dijo en tono sarcástico.