𝗧𝗲 𝗮𝗺𝗼, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝘁𝘂́ 𝗮 𝗺𝗶́ 𝗻𝗼.... ¿𝗖𝗶𝗲𝗿𝘁𝗼?

Pᥲstᥱᥣ ყ Amιstᥲd.

Era una mañana tranquila, o bueno, eso era lo que parecía, sin embargo, no era exactamente así para Hyunjin, pues gracias a lo ocurrido el jueves anterior, su mente no había dejado de imaginar demasiadas cosas y situaciones diferentes con respecto a Innie, y, sobre todo, porque el día anterior se sintió un tanto distante a él en la escuela. A pesar de ello previamente ya habían acordado que el sábado, o sea, hoy, harían el pastel para celebrar el cumpleaños de Yongbok, por lo tanto y dejando de lado sus temores, tendría que ir hasta casa de su amigo y realizar lo ya planeado.

Se levanto con el objetivo de ir hasta la cocina para buscar algo que desayunar, como siempre aquel hogar permanecía callado y solo siendo habitado por su propia presencia, suspiro tras ver el mismo panorama de todos los días, pero al estar acostumbrado simplemente hizo lo que ya tenía previsto. Después de terminar su almuerzo se metió a bañar, posterior se arregló y una vez listo, se encamino a casa de Jeongin.

Los nervios lo carcomían; relamió sus labios un par de veces mientras se preparaba para tocar el timbre de la casa de Jeongin; respiro hondo una última vez, y lo hizo. Un par de minutos después Innie le abrió la puerta con una sonrisa en el rostro, sonrisa que le tranquilizo.

—Pasa. Creí que talvez llegarías más tarde, apenas son las diez.

—Decidí venir antes para así poder tener más tiempo de alistarnos para la fiesta.

—Está bien —cerro la puesta y luego fue tras de Hyunjin—. ¿Qué te dijeron tus papás sobre la fiesta?

—Ni si quiera me escucharon cuando les conté sobre ello —dijo con una sonrisa forzada.

Innie no pudo evitar sentirse mal por él, sobre todo porque de tanto tiempo que llevaban siendo amigos, la relación con sus padres seguía siendo tan distante, como cuando recién lo conoció.

—En verdad deben estar ocupados. En fin, ¿te parece si comenzamos? —prefirió cambiar de tema y Hyunjin asintió a su propuesta.

—¿Estás seguro de que nos saldrá bien? —dijo de forma burlona. Se sentía más confiado, después de todo, era Innie.

—No te preocupes, he estado viendo un sinfín de tutoriales y creo estar preparado.

El mayor le miro con una ceja alzada, temía confiarse de más y que al final todo terminara siendo un desastre. Sonrió tras irónicamente comparar esta situación con otra que tenía pendiente.

—¿De qué te ríes? ¿Acaso no confías en mí? —dijo el joven zorro haciendo un puchero.

—¿Eh?, no, no es nada. Mejor pongámonos manos a la obra —sugirió.

—Bueno —fue hasta la cocina y de encima de la mesa tomo dos delantales, uno se lo entrego a Hyunjin y el otro se lo coloco él.

—¿Por dónde empezamos? —cuestiono el más alto.

—Desde... —abrió uno de los cajones del mueble— ¡Aquí! —agrego a su frase antes incompleta tras sacar un pequeño cuaderno en el cual anteriormente había anotado la receta a seguir.

—¿No que muy experto?

—No es como que me fuera a gravar todo al pie de la letra, ¿o sí?

Hyunjin rodo los ojos mientras soltó un breve suspiro.

—Bien, ¿qué va primero?

—Primero debemos precalentar el horno —leyó— y una vez eso... agregar la harina, los huevos, el aceite, y un poco de ¿agua?

—No sé, no me preguntes a mí, tú investigaste la receta.

—Sí, sí, ya lo se. Bueno trae la harina aquí junto con lo demás mientras yo prendo el horno, busco un tazón y voy agregando todo.