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Jungkook no había podido despertar a sus hijos de la ternura que le dio al verlos dormir... Se había dado cuenta que si dormían peor de lo que lo habían hecho en su casa.

-Cuando vivamos juntos cada uno tendrá su cuarto–Dijo Jungkook cerrando la puerta de la habitación. -¿Te los imaginas?–Jungkook miró a su marido con una sonrisa.

-Se extenderian por toda la cama, pero Gukie no está acostumbrado a dormir sólo... Eso lo pondría ansioso–Explicó Jimin yendo a la cosina. -¿Quieres comer algo mi amor?.

Jungkook sonrió emocionado y se acercó a Jimin para abrazarlo con fuerza por la cintura.

-Dime más así... Mi amor mi amor mi amor, suena tan lindo cuando lo dices–Jungkook besó el cuello de su marido. -Me acuerdo cuando lo susurrabas después de hacer el amor... También cuando te despertabas y con una sonrisa lo decías...

-Si haces las cosas bien podre decirte así todo lo que nos resta de vida–Jimin se giró y lo tomó de las mejillas. -No puedo evitar decirte que te amo...

Jungkook sonrió feliz... Todo parecía un sueño, el más hermoso sueño que alguna vez pudo tener.

Jungkook iba a besarlo pero Jimin se giró evitandolo, se alejó de él y fue a la nevera por algo de beber.

-¿Quieres tomar algo?–Preguntó Jimin suave.

Jungkook cerró la nevera y jaló a Jimin hacia su cuerpo, acercó los labios y sonrió al verlo nervioso.

-Lo que quiero beber está en tus labios...

Jimin no resistió al susurro seductor de su marido y se derritió en sus brazos, recibió con gusto el ambriento beso de su amado con la necesidad que llevaba ocultando desde que lo vio... Por más tiernos y dulces que fueran siempre estaría esa tensión sexual que los unía más hasta un punto donde ellos olvidaban todo a su alrededor.

Jungkook bajó sus manos de la cintura hasta los muslos de Jimin levantandolo del suelo, en respuesta el mayor enredó sus piernas alrededor de las caderas de su marido. Jungkook sentó a Jimin sobre el mesón y metió sus manos dentro de la camiseta de su amado sintiendo su delicada y suave piel, dejó los labios de este y pasó a su cuello donde le dejó marcas rojas por sus mordidas y sus chupados. Jimin fascinado gemia y jadeaba suave disfrutando de la pasión que solo su amado podía brindarle.

La camisa de Jimin desapareció al igual que el buzo y la camisa de Jungkook. Con sus torsos desnudos empezaron a frotar sus miembros, las uñas de Jimin se enterraban en la espalda de su marido por el placer que sentía por los apasionados besos que recibía en su cuerpo.

-¿Y tu cuarto?–Preguntó Jungkook agitado en un susurro mientras abría el pantalón de su amado.

-No tengo... En el sofá–Susurró Jimin con una sonrisa cuando Jungkook mordió su cuello y lo lamio.

-Será divertido...

Ambos rieron y se dieron un corto beso.

Jimin afirmó el agarre en las caderas de su marido y este lo agarró con fuerza desde el trasero para cargarlo hasta la sala, el mayor feliz solo metió su rostro en el cuello de su amado y absorbió el perfume que desprendía esa piel... Esa suave y delicada piel que amaba.

-Te amo mucho–Dijo Jungkook cuando lo dejó sobre el sofá.

-Yo más... Mucho más que tú–Jimin hizo desaparecer sus ojitos llenando de ternura al menor.

Jungkook apagó la lámpara y con los pocos rayos de luz que entraban por las cortinas la ropa que quedaba desapareció, sus pieles sencibles se unieron pidiendo a gritos ser complacidas.

Jimin hace tanto no sentía tanta dicha con tan solo un rose de piel... Se había dado cuenta por millonésima vez que solo Jungkook tenía el poder de hacerlo gemir cuando sus dedos se deslizaban por su anatomía.

Jungkook se sentía dichoso, no había muchas palabras para describir lo que sentia al entrar en su marido... El deleite y el sentirse en el cielo eran cosas que había extrañado por más de seis años y hasta pensó que había olvidado la dicha que se sentía al estar con su amado Jimin.

En una parte de la media noche el mayor suplicaba por más así que su amado le correspondió a su pedido. Las penetraciones eran descontroladas pero profundas y placenteras, las pieles se unían y se frotaba con facilidad por el sudor que ambos habían desprendido.

No sabían si era la noche o simplemente era por lo que estaban haciendo pero el calor era infernal... Cuando ambos llegaron a su máximo nivel de esfuerzo llegaron a su máximo nivel de placer, ya complicidos solo se recostaron con los ojos cerrados disfrutando de las agitadas respiraciones del contrario dándose cuenta que habían nacido para estar juntos, y asi quisieran separarse el destino los reuniría mil y una vez más.

×××××××××

En la mañana antes de que sonara la alarma en el celular de Jimin sonó el celular de Jungkook... Pero este solo se movió para abrazar a su marido.

-Amor el celular–Dijo Jimin somnoliento con el celular de su marido en la mano.

Jungkook solo hizo un puchero y negó.

Jimin sonrio levemente al verlo y sin ver quien era contestó la llamada.

—¿Alo?—Preguntó Jimin adormilado.

—¿Kookie?—Preguntó una voz femenina.

—¿Quién habla?—Preguntó Jimin con algo de molestia.

—¿Jimin?—El nombrado abrió los ojos al escuchar su nombre. —¿Kookie está contigo Jimin? Soy Jihyun..

—Oh hola Jihyun—Jimin suspiró y volvió a cerrar los ojos. —Y si, Kookie se quedó aquí pero no quiere contestar el celular, esta durmiendo.

—Gracias por decirme eso, me devuelves el alma al cuerpo, me quedé dormida y me desperté asustada por qué no había llegado—

—Lo mando temprano.. Lo prometo—Jimin sonrio cuando Jungkook bajó la mano por su espalda hasta sus glúteos.

—Bien, gracias, Kookie necesita estar contigo ahora más que nunca, está juicioso en sus terapias y en sus medicinas, hasta esta haciendo ejercicio nuevamente—

—Gracias a ti por cuidarlo... Y ahora te dejo que el señor Jeon esta molesto—

—OK, esta tarde llegaré a Busan, los quiero—

—Nosotros también, cuidate—

Jimin cortó la llamada y dejó el celular en la mesa, rio suave cuando su marido le mordió el cuello.

-Te despertaste hambriento–Comentó Jimin divertido.

-Ujum, quiero comer un rico pastelito–Jungkook lo mordió otra vez haciendolo reír. -¿Quién era?.

-Tu hermana, debiste avisarle que pasarias la noche conmigo...

-Amor el plan solo era verlos, pero la tentación me ganó...

Ambos se rieron y aún adormilados se miraron, se dieron un corto beso y volvieron a mirarse.

-Quiero despertar cada mañana así contigo...

-Yo...

-¡¿Papás?!–Hablaron dos niños sorprendidos.

Jimin abrió los ojos y se sentó cubriendo su cuerpo con una almohada, Jungkook los miró y sonrió al verlos recién levantados. Sus hijos y su marido eran igual de hermosos recién levantados, seguro sería una mañana divertida.

El costo del amor 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora