12

191 41 0
                                    

HOSEOK

Tengo que jugar con calma. Lo sé. Me lo sigo diciendo a mí mismo. Pero, ¿Me hago caso? No. Porque no puedo dejar de mirarlo. Es jodidamente perfecto.

Y ese beso.

Dios mío. Ese. Beso.

No puedo sacarlo de mi mente. Quiero hacerlo una y otra vez. Y honestamente, me asusta que probablemente esté más que dispuesto a aguantar un montón de mierda de Yoongi para conseguirlo.

—Me gustan sus galletas —Aparto mi atención de Yoongi, que está pasando el rato en la otra mesa con Jungwhan e Doyoung, y sonrío a Leeso, que me habla de su madre adoptiva.

— ¿De qué tipo?

—De chocolate —dice contenta mientras colorea otro de mis dibujos.

—Qué bien. Al menos no es de avena con pasas. Quiero decir... eso no es una galleta. Eso es fruta y avena.

Se ríe y mueve la cabeza, y juro que es el sonido más dulce que he oído nunca. No me gusta lo fácil que ha sido encariñarme con esta niña, pero sé que quiero que esté bien. Capto la mirada curiosa de Yoongi desde el otro lado de la habitación y no puedo evitarlo, lanzándole un rápido guiño.

Frunce el ceño y, sin duda, refunfuña algo para sí mismo, lo que me hace reír. El viaje hasta aquí ha sido tranquilo, pero me ha dejado traerlo. Eso tiene que ser una buena señal, ¿No?

Podría haberme mandado a la mierda. Amenazarme con contarle a todos lo de nuestro beso. Haber sido un completo imbécil. Pero no lo hizo. Creo que está deseando pasar más tiempo conmigo casi tanto como yo con él.

Cuando nos despedimos de los niños y de Jihyo, ni siquiera intenta discutir que lo lleve a casa. Simplemente se sube al asiento del copiloto y nos quedamos en silencio mientras conduzco hasta su casa. Mis nervios están a flor de piel y me sudan las palmas de las manos mientras agarro el volante.

Tengo miedo de lo que vaya a decir cuando por fin rompa el silencio, pero, por la razón que sea, voy a dejar que tome la iniciativa. Necesito escuchar lo que realmente siente al respecto. Quiero escuchar todo lo que se refiere a Yoongi.

Cuando aparco el coche, no sale inmediatamente, pero tampoco me invita a subir. Lo que hace es más sorprendente que cualquier cosa que yo pudiera haber soñado. Se desabrocha el cinturón de seguridad, y entonces su mano está en mi nuca, arrastrándome hacia él, con sus labios presionando firmemente contra los míos.

Santa. Mierda.

Tardo un momento en ponerme al día, pero cuando consigo desabrocharme el cinturón de seguridad, me inclino hacia él, atacando su boca con la mía. Nuestras lenguas luchan por el dominio: la suya se adentra en mi boca y la mía se hunde en la suya, mezclándose y saboreándose mutuamente.

Sus dedos se clavan en mi nuca, y estoy seguro de está frenando sus ganas de sentarme en su regazo. No me importaría hacerlo. Su cuerpo duro apoyado en mí y su boca devorando la mía es todo lo que podría desear. Pronto me muerde el labio inferior y me presiona una mano en el pecho, empujándome hacia atrás pero dejando la palma de la mano allí, tocando mi piel a través de la camisa.

—Hoseok —respira con fuerza.

—Yoongi —le respondo jadeando, mirando sus labios carnosos, hinchados por mi ataque.

—Yo...

—No lo hagas —le suplico—. Por favor, no. No digas que esto es un error o que no eres gay o lo que sea que vayas a decir —Hago un gesto entre nuestros dos cuerpos—. No puedes negar la atracción que hay aquí.

HOSTIL [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora