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En cada determinado tiempo solía tener organizaciones que involucrasen a sus familias respectivamente, sin embargo eso fue hace años en las que aún eran parte de sus días, tanto los Park cómo los Jeon habían sido buenos amigos y por ello jamás hubo problemas respecto a su relación con Jimin, si bien es cierto ya ningún familiar cercano estaba vivo, tenían primos, sobrinos y tíos lejanos, con quiénes tenía nula comunicación, por tanto no los consideraba.

Hoy volvería a tener una reunión fuera de lo laboral con unos "amigos", era extraño si usaba la lógica ya que prácticamente se estaba acostando con el esposo de su amigo. Por supuesto no siente culpa Pero si le da una sensación desagradable al pensar detenidamente en su situación, aún no encuentra el momento exacto en el cual pudo llegar a empezar a tener sentimientos anormales por el doncel de su amigo y socio empresarial.

Siempre dicen que el tiempo es irrelevante en temas de enamoramiento. Pero para Jeon Jungkook es totalmente lo contrario, mientras más tiempo estaba con Taehyung, más sentía la necesidad de estar a su lado y tenerlo entre sus brazos, al contrario de lo que imaginó, no se ha aburrido ni algo parecido como para dejarlo y es lo que más desesperado lo tiene. Ambos están casados y no debería sentir todas esas cosas que siente cuando está con Taehyung.

Hoy sería una noche más en las que tendrían que finjir ser solo casi amigos, una noche más guardando lo que en el fondo de su ser está a punto de explotar. Aunque está consciente que todo debía acabar pronto.

Dobrepensar todo ello le carcomía internamente, así que decidió hacerle caso a su esposo, que ahora mismo le seguía platicando sobre una cena con Mi Yoongi y su esposo.

—Es por eso, así que Jungkook deberíamos tener un almuerzo o capaz una cena con tu amigo ese y Taehyung— Jimin propuso algo risueño, deseaba conocer mas a esa pareja, mientras cenaban.

—Me parece bien, se lo comentaré a Yoongi y te aviso— afirmó el empresario yéndose a su habitación, no quería escuchar nada más.

Jimin suspiró melancólico, su esposo apenas y le dirigía la palabra.

Al siguiente día, Yoongi se encontraba en en la empresa de Jungkook, la razón, una reunión de suma importancia, de esos que le ponen la piel de gallina a Yoongi.
Aún así todo marchaba bien, no había razones para argumentar lo contrario.

—Yoongi, mi esposo desea conocerte, bueno a tu esposo también pero de manera amical, no solo como alguien que trabaje para el— contó fumando,

—Me parece bien, mientras más pronto mejor— aceptó gustoso, entablar una relación de amistad, era un pase seguro a tener apoyo de parte de la pareja Jeon —te parece está noche?, Estoy seguro que Taehyung aceptará— afirmó muy seguro, tanto a él como a su doncel les sumaba está cena.

—De acuerdo, llamaré a Jimin para que prepare todo, será en mi casa, ya sabes dónde vivo— avisó yéndose de la oficina de Min, esa cena no era la más cómoda para el, aún así necesitaba mantener tranquilo a Jimin, no quería una escena como en anteriores ocasiones, antes no lo toleraba ahora que tiene a alguien más metido en su cama y en su cabeza, lo haría menos.

Para Jungkook era difícil comprender ese gusto posesivo que empezó a sentir, no era algo que le agrade pero sabe que en menos de lo que espera todo terminará y podrá seguir con su esposo como si nada.

Las relaciones fuera del matrimonio siempre son pasajeras, momentos efímeros de felicidad. Un suspiro de paz que implica dejar o continuar con la compañera de vida que se ha elegido. No obstante con Taehyung empezó a desear algo fuera de lo normal, cómo poder tenerlo siempre entre sus brazos, verlo dormir, sonreír y besarlo. En una ocasión se preguntó si el doncel llevaba una vida sexual activa con Yoongi, lo que hizo molestarlo pues sólo esa idea lo llenó de coraje y capaz hasta envidia, porque el quería ser el único en poder tocar y tener a Taehyung.

TACONES ROJOS (KOOKTAE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora