ANYTHING FOR LOVE | The Sandman

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1916, Inglaterra.

Una chica de pelo café un poco ondulado estaba sentada en el sofá de su casa, con un camisón azul oscuro, eran las 6:49 de la mañana, y ella estaba más que despierta, tenía una libreta en su regazo y un lápiz en su mano derecha, la movia de un lado a otro haciendo trazos en una hoja en blanco, estaba dibujando algo o más bien alguien.

Por otro lado, un hombre de pelo café estaba bajando las escaleras de la gran mansión, el hombre vestía un traje de época color negro, al pasar por la sala pudo ver a la joven allí, parecía no moverse, así que este pensó que estaba dormida, pero al acercarse un poco pudo ver que se movía su brazo un poco, supo al instante que estaba dibujando, plantó una sonrisa en su cara y se puso del lado del respaldo del sofá, su sonrisa desapareció rápidamente.

— Buenos días pa — hablo la chica sin dejar de hacer lo que hacía.

— Buenos días hija — hablo en un tono un tanto serio.

— ¿Estas bien?, ¿o estas así porque no has comido desde ayer?. — dejó de dibujar para ver a su padre con una sonrisa.

— Debe ser por hambre — cambio su cara y tono de voz. — Voy a preparar el desayuno — se iba a dirigir a la cocina pero su hija lo detuvo.

— Ya está listo, solo falta el café, pero es muy complicado hacer que te guste algún café, así que hastelo tu — dejo la libreta y el lápiz en la mesita que estaba en medio de la sala, paso a lado de su padre y fue a al cocina, su padre al verla pasar sonrio divertido.

— Y, ¿como dormiste anoche? — ya sabía la respuesta pero no era de más preguntar

— Más que bien — la chica sonrió encantada, sirviendo un poco de agua de melón en su copa.

— ¿Que soñaste esta vez? — le preguntó sirviendo su café en su taza, para luego sentarse en la mesa que estaba en la cocina, normalmente en el desayuno desayunaba en la cocina, había una hermosa vista de la mañana, y en la cocina entraba mucha luz, aunque la mansión en si tenía tonos oscuros, pero la luz se veía hermosa entrando por las ventanas.

— Morfeo me había regalado una gatita, era de color azul oscuro y sus ojos morado, estaba pensando en que después del desayuno iba a pintarla.

— ¿Una gatita?, ¿Como sabe que te gustan los gatos? — tomó un pan para empezar a comer.

— A todo el mundo le gustan los gatos pa — sonrio cortando los panquecas.

— Bueno, eso es sierto. — le dio la razón.

— ¿A que hora te irás? — le preguntó cambiando de tema.

— A las 5:30 de la tarde, regresó el martes, máximo el miércoles.

— Bien — respondió un poco triste la chica.

— Oye, esta es la última vez en el mes, es por trabajo ya lo sabes amor. —dejó de hacer lo que hacía y se levantó de su asiento para acercarse a su hija y darle un abrazo.

— Lo se, pero, algo me a estado pasando últimamente papá — aceptó el abrazo.

— ¿Que ha estado pasando? — la castaña se arrepintió de lo que había dicho al instante.

— Nada — se separó y se paró de su lugar.

— Hija, ¿que ha estado pasando? — rodeó el asiento y se acercó a la castaña.

— Nada papá — intento salir de la cocina, peor su padre se puso frente a ella antes de que saliera.

— Adhara — le hablo con delicadeza. El pensaba que podía haberle pasado a su hija, y eso le procuapaba, aun no estaba lista para saber toda la verdad.

— Padre, porfavor — intento pasar por su lado derecho pero su padre se volvió a interponer — Padre — se empezó a enojar — quítate.

— Adhara, te puedo ayudar cariño. — intento acercarse a ella.

— ¡Dije que te quites! — grito en su dirección, lo que hizo que su padre terminara alejándose un poco cayéndo al suelo fuera de la cocina. Adhara vio lo que había hecho, lo vio con culpa y con los ojos cristalizados. — Lo lamentó papá — corrió pasado a su lado, subió las escaleras y cerró la puerta fuertemente.

☪ ɢʀᴀᴄɪᴀs ᴘᴏʀ ʟᴇᴇʀ 

☪ ᴠᴏᴛᴀ, ᴄᴏᴍᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛᴇ.

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