El un dia apareció en sus sueños diciendole que ya nunca más tendra pesadillas.
Cumplio si promesa, pero no por mucho.
Ella dibujaba al hombre de sus sueños, y su padre lo reconoció, su "padrino" también lo reconoció. Ambos se preocuparon, pero un...
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1916, Inglaterra
Los días pasaron, el domingo se convirtió en lunes, el lunes en martes, y el martes en miércoles.
— ¡Adhara llegamos! — el mismo hombre castaño grito al entrar por la puerta dejando su maletín y maleta a lado de la puerta.
— ¿Crees que Adhara se sienta bien? — le dijo otro hombre de ojos azules dejando su maletín y maleta a lado de las del otro hombre.
— No lo se, pero nada huele a quemado o se ve destruido. — vio su alrededor.
— ¿Y donde esta Adhara? — le preguntó un poco incrédulo.
— Carajo — empezó a correr a las escaleras de la gran mansión, el otro hombre lo siguió al mismo ritmo, al llegar a la puerta de la habitación de Adhara intentaron abrirla, pero estaba cerrada con llave.
— ¡Adhara!, ¡abre! — gritando ambos tocando la puerta como locos.
1889, Ensoñación
— Tengo miedo — hablo la chica castaña.
— ¿Tienes miedo?, ¿De que? — preguntó un hombre pelinegro de tez pálida, este la veía mientras ella alimentaba a un hipogrifo.
— De lastimar a alguien — dejó más comida en el suelo, vio a la criatura mitológica comer rápidamente.
— ¿Porque lastimarias a alguien? — se inco a la misma altura que la chica.
— Me han estado pasando cosas últimamente, no es nada bueno en mi perspectiva. — se detuvo unos segundos, sus ojos se cristalizaron. — Lastime a mi padre, a mi propio padre — vio al hombre a lado de ella.
— Seguramente no fue tu culpa.
— Si, si lo fue — se levantó siendo seguida por el hombre. — Yo, yo lo lastime — su labio inferior empezó a temblar. — ¿Y si lo hubiera matado? — sus lágrimas salieron en más cantidad.
— No lo hubieras hecho — se acercó a ella, tomó su cara con sus manos, el sabía que ella se sentía culpable, la conoce desde hace ya casi 3 años, la conocía bien.
— Pero, ¿y si, si? — lo vio a los ojos, pudo sentir como el hombre pasaba su pulgares por su rostro para limpiar las lágrimas.
— No hubiera sido tu culpa.
— ¿Como estás tan seguro? — le preguntó un tanto confundida.
— Porque te conozco, por la forma en la que hablas de tu padre cualquier persona sabría que jamás le harías daño, jamás. — quitó las manos de su cara y tomó las manos de la contraria, ella sonrió con cariño hacia el hombre.
— Te quiero Morfeo — le sonrió más, el le regresó la sonrisa, pero más pequeña.
— Lo se — hablo con un tono un tanto divertido, Adhara sonrió divertida al escuchar la respuesta del hombre.
Desde que Adhara tenía 18 ella y Morfeo se volvieron amigos, pero con el paso del tiempo Adhara empezó a sentir cosas por el, sabia que estaba mal, ya que como su padre decia el es "solo un sueño", pero no le creía, cada pequeña sonrisa que Morfeo le daba era más que real, ella creía que el si existía.
En cambio Morfeo sabia que estaba mal senir eso, ella era una humana, y sabia perfectamente lo que pasaría si un eterno y un humano se juntaron, sería catástrofico, no sólo para ellos, si no que también para muchos otros.
Ambos estaban total y completamente atascados en eso,
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