El un dia apareció en sus sueños diciendole que ya nunca más tendra pesadillas.
Cumplio si promesa, pero no por mucho.
Ella dibujaba al hombre de sus sueños, y su padre lo reconoció, su "padrino" también lo reconoció. Ambos se preocuparon, pero un...
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☪ Ensoñacion, actualidad
— Ya termine el senso que me solicitó Lord Morfeo. — mencionó Lucienne llegando con un gran libro en brazos.
— Bien — sonrió un poco Morfeo. — ¿Y?
— Y logre contar a 11.062 de ellos señor.
— Wow, alguien estuvo ocupada. — dijo Matthew viendo a la mujer.
— Si bueno, hay un puñado de entes nuevos — Adhara se acercó a ver el libro y sonrió.
— Eso era de esperarse — esta vez hablo la mujer castaña.
— Pero... Tres de los arcanos mayores no están.
— Sus nombres
— El primero es Gold, una pesadilla en la que confieso nunca confíe. — todos veían al ventanal, enero la que se podían ver tres puestos con cristales de diferente color, al decir el nombre de la pesadilla este cambio de forma mostrandola.
— Es una cambiaformas — hablo Morfeo con tono un tanto preocupado. — Su naturaleza no es ser confiable. — ¿Que otros?
— El Corintio — el cristal cambio a la forma del hombre.
— Eso ya lo suponía — mencionó Morfeo.
— Aun se alimenta de los soñadores a los que tenía que servir — terminó Adhara, vio con odio la imagen en cristal del hombre, sabía que ella no podía matarlo, pero no por que fuera más poderoso, no es ni la mitad de poderoso que ella, pero ese no era el destino, no tenía muy en claro ese destino, pero sabia que ella no tenía que matarlo, eso lo haría alguien más.
— Si
— El tercero
— El tercero es Fiddler's Green
— ¿Fiddler's Green? — los cristales se movieron dejando ver una clase de fuente rodeada de plantas.
— Eso se me hace muy extraño — dijo Morfeo viendo de reojo a Adhara, esta lo vio con exrañesa por lo de Green. — Después de todo el era el amo de sus propios dominios y siempre fue confiable.
— Lo se — Morfeo bajo la mirada viendo un punto fijo.
— Es culpa mía, debía estar aquí cumpliendo mis...
— No fue tu culpa Morfeo... — lo interrumpió la castaña.
— No, ¿entonces de quien? — la vio directamente a los ojos con culpa en ellos.
