2.

125 2 0
                                    

Me desperté envuelta en las mantas blancas de mi cama. La ventana estaba abierta y un rayo de luz me daba en la cara. Alcancé mi samsung y pude ver la hora, las doce de la mañana.
Me vestí corriendo. Me puse uno vaqueros ajustados, y una camiseta blanca con rayas rojas. Me recogí el pelo en un moño y decidí que no valia la pena maquillarme.
Agarré una bandolera de la marca Converse, y metí dos libros de literatura.
Mi madre estaba deapierta, porque la oia trastear en la cocina, y pude advertir una voz grave de fondo, junto a unas risitas. Steveen.
Bajé corriendo, y alcancé una manzana, era sábado por la mañana y quería ir corriendo a casa de Lol, contarle todo lo que me había pasado ayer, y que aún no me creía.

-Ellen, ven, siéntate.
Miré de mala gana a mi madre, y más tarde a su novio. Este sujetaba una taza de café blanca y leía un folleto sobre coches.
-Tengo prisa he quedado con...
-¿Con tu novio?- Espetó Steveen, y le miré con desafio.
-Lol. Hemos quedado para repasar Literatura.
-Siéntate, ayer llegué tarde,  y no pude verte, ¿a qué hora llegaste Ellen?
-Pronto, nos aburrimos y a la una ya estaba en casa.
-Genial. Esta tarde iremos a comer al nuevo restaurante que han abierto en la avenida Rossas.
-Genial.- Me limité a decir, y salí corriendo a la puerta pegando pequeños mordiscos a la manzana.

La casa de Lol no estaba muy lejos, pero el frio de la mañana y el cansancio de haberme levantado hacía veinte minutos podía conmigo.
¿Qué había pasado anoche? Desde luego a ese chico le conocía muy poco, y ya nos habíamos liado. Quizá sería un lio pasajero, de los tantos que había tenido Lol, y para él no hubiese significado nada. Él mismo había dicho en el Hamba que se aprovechaba de las chicas, pero yo no era una chica normal como tantas otras iban allí para pillar cacho. Yo simplemente iba allí para estar con mis amigos y ver a Dann,  no quería nada con otro, bueno, al menos eso pensaba ayer. Pero desde luego no quería con un chico cualquiera, Alex no era uno cualquiera.

Me paré enfrente del piso de Lol y suspiré, ¿qué tal le habría ido a ella con Rufus?

Llamé y rapidamente su madre me abrió la puerta. Llevaba un pijama de seda morado, y el pelo recogido.

-Pasa Ellen, esta en su habitación, sige dormida, a ver si tú puedes despertarla.-Me dijo en un tono cansado.

Pasé y la dediqué una ligera sonrisa. Y esntré en la habitación de Lol.

Su habitación era grande y estaba pintada de un color morado oscuro. Disponía de un baño amplio y decorado con muebles blancos y alfombrillas moradas. Los muebles de la habitación tambíen eran blancos, y lo que mas envidiaba de su habitación era el enorme armario empotrado en  que tenía la ropa y los zapatos junto a fulares y sombreros.

Lol estaba tirada boca abajo en su cama de matrimonio. Estaba tapada pero le sobresalía por debajo de la colcha una pierna.

Dejé la bandolera con cuidado en el suelo y me acerqué a mi amiga. Me costaba permaner silenciosa,  pues a cada paso que daba se me escapaba una ligera risita.

-Buenos días nena, ayer estuvieste muy...- Dije poniendo voz grave de hombre.

Lol se incorporó con el pelo aún revuelto y con ojeras. Llevaba una camiseta de tirantes blanca y unas bragitas azules con lunares.

-Me encanta despertar con tu careto en toda mi cara.-Dijo de broma mientras se sentaba en la cama y se frotaba los ojos con fuerza.
-¿Qué tal ayer? Te vi muy entretenida con ese chico.
-Si, Rufus, un buen chico, está muy bueno. ¿Y tú? ¿Dónde fuiste después? No tenías coche, ¿te fuiste andando?
-No, bueno es de lo que te quería hablar.
-No, Ell, déjame adivinar, te fuiste con Josh, ¿qué pasó?

Suspiré y aparté la mirada un poco ruborizada, agarré mi móvil y le enseñé a Lol el mensaje que le había mandado anoche, pero que no había leido.

Lo séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora