8.

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Salí enfada del piso dejando a mi madre y a Steveen con la palabra en la boca cuando me vieron pasar por el pasillo y cerrar bruscamente la puerta.

Sinceramente no sabía que narices le había picado ahora a Alex, vale si, bien sabía que él me quería y lo que hacía era por mi bien, pero no me había dejado decidir, porque lo que quería era estar a su lado con todos los riesgos que eso conllevase. También era cierto que no dejaba de darle vueltas al tema y que mi madre aún no sabia nada, o prácticamente nada. Y eso me daba miedo, tanto que ella estuviese engañada como el permanecer allí y terminar... muerta. O lo que es peor, ver morir a Alex o a mi madre, ¿realmente esto esta pasando? Es surrealista.

Me alejo lo más que puedo de la casa de Steveen y paso tras paso me encuentro enfrente de un parque.

El parque es amplio con mucho verde y árboles, así que decido ir y sentarme debajo de uno para intentar tranquilizarme.

Al rato noto como el móvil empieza a vibrar en mi bolsillo trasero y decido cogerlo sin ver quien es.

-¿Si?
-¿Ellen?- Suena la voz preocupada de mamá.

Ahogo un suspiro y dejo continuar la conversación, aunque ahora tenga unas ganas increíbles de tirar el móvil al lado que tengo enfrente de mí.

-¿Qué quieres?- Me limito a responder fríamente.
-¿Que ha pasado cariño? ¿Cómo estas?
-¡Mal!- Grito y observo las miradas de algunas personas.- Lo que ha pasado es que deberías mover el culo de esa casa lo antes posible.
-No te entiendo Ellen, me estas asustando hija.

Clavo mis dedos en la húmeda tierra y dejo pasar unos segundos para retomar algo de calma.

-Habla con Steveen. Y haz como yo, sal corriendo. Eso o puedes simplemente esperar a morir.- Hago una mueca.- o no, quien sabe.

Cuelgo la llamada y ahora a quien llamo es a mi padre.

-Ellen cielo.- Dice animado mi padre.
-¿Puedes venir a buscarme a casa de mamá, digo, de Steveen?- Le pregunto sin evitar que las lágrimas corran por mis mejillas.
-Enseguida princesita.

Salgo del parque corriendo y en unos pocos minutos estoy enfrente de esa casa. Ojalá nunca tuviese que volver a verla.

Abro con mi llave y salgo disparada arriba rogando no encontrame con nadie.

Me encierro en mi habitación y doy gracias a todo por no haber deshecho la maleta. Cojo otra bolsa de viaje algo mas pequeña y empiezo a meter mas ropa del armario y otras cosas como maquillaje y colonias.

Al tiempo que empiezo a meter mis cosas en la otra maleta mi puerta se abre, para cerrarse con picaporte segundos mas tarde. No me da tiempo a reaccionar cuando veo a Alex apoyado en la puerta mirándome con pena.

-¡Vete!
-Ellen por favor escuchame...
-¡No! ¡No quiero! ¡Vete!

Hago caso omiso de su presencia y me limito a guardar nuevamente mis cosas.

-Genial.- Dice esbozando una tímida sonrisa.- Ellen, te quiero, te amo, eres para mi la persona mas importante del mundo.- Dejo de guardar las cosas y me le quedo mirando.- Si a ti te ocurriese algo, jamás, nunca me lo perdonaría. ¿Te crees que no me duele decirte que te vayas? ¿Te crees...
-¿Y por qué ahora? ¿Por qué después de casi cuatro meses? Es mi decisión alejarme de ti. Ser egoísta por una vez y pensar solo en mí. Me da igual lo que me pase si eso implica jamás perderte, idiota.- Digo dejando que vuelvan las lágrimas.

Alex se acerca y me abraza y yo me apoyo en su pecho sollozando.

-No me he dado cuenta hasta ahora. De lo mucho que te quiero, y es por eso que quiero que te vayas.

Me aparto bruscamente de él y le empiezo a mirar con desafío.

-No lo vuelvas a decir. Adiós.
-Te quiero, mi vida.
-¡No lo hagas mas difícil!

Le empujo y abro la puerta con las dos maletas a ambos lados de mi cuerpo. Bajo las escaleras ruidosamente y me encuentro a mi madre al lado de la puerta con un rostro de preocupación.

-¿Has llamado a tu padre?
-¡Si!
-La custodia dice...
-¡La custodia me come a mi todo...!
-¡Ellen!- Grita Steveen detrás de mi.

Dejo las maletas en el suelo y me acerco a él poniendo un dedo en su pecho.

-Tú... Si tanto quisieras a mi madre ya le habrías contado la verdad...
-¿Qué dices Ellen?- Interviene mi madre con los ojos vidriosos.
-¡Joder mamá! Alex es un puto asesino, y conociendo el panorama no sé lo que será Steveen, ¿un asesino? ¿un narco? ¡Qué mas da!- Hago una pausa para enjuagarme con la manga las lágrimas de mi cara.- Yo me voy antes de que me maten los hombres que les buscan. Si eres lista, mamá, harías lo mismo.

Veo como Steveen se queda rígido a mi lado y abre excesivamente los ojos. Mi madre esta como una estatua y parece no tener señal de ningún sentimiento.

Oigo el claxon de un coche y con las maletas ya encima salgo por la puerta dejando a mi madre a merced del destino, a Steveen lo mas dolido que he podido, y al amor de mi vida. Que sinceramente, no sé que será de él.

Y así fue.

Así fue como pasé el momento mas difícil de mi vida. Y sabía que esto solo era el principio. Lo sabía y lo sé.

Lo séDonde viven las historias. Descúbrelo ahora