|02|Encuentros
Cuando su figura pequeña se mostró en la entrada del edificio; mirada y murmullos se enfocaron en él. ¿Cómo alguien tan pequeño podía ser uno de los mejores nadadores de todas universidades?
Odiaba su aparecía delicada y estatura pequeña, aunque lo último más que su enfermedad era su genética. Sus padres no eran altos –midiendo menos de un metros sesenta cinco; siendo su madre la más alta de los tres– detrás de ellos toda una rama de Paguros de baja estatura. A pesar de ese inconveniente, su familia era una de las más ricas de todo Portorosso e incluso de todo el norte de Italia gracias a la compañía de maquinaria de agricultura y destilado que fundaron sus antepasados. Compañía que él tenía que heredar en un futuro y ha ocasionado miles de discusiones con sus padres cuando eligió la carrera de astrofísica, la única condición que tenían para que entrara a esa carrera "innecesaria" era que se casara con la hija de los Marcovaldo; una familia dedicada a la fabricación de los motores de barcos.
Dejó salir un suspiro cansado mientras escuchaba en silencio los múltiples rumores hacia su persona y su familia, llegando al punto de incluir su "rivalidad" con Scorfano. Se mordió el labio inferior al escuchar los rumores de Alberto, que eran muchos más crueles que los suyos. Su apellido estaba maldito gracias a su familia y los acontecimientos que rodeaban su vida. En especial por lo que hizo su padre.
Odiaba a todo el mundo; tanta falsedad disfrazada de alegría y porras.
Todo su enojo desapareció al ver a los únicos dos estudiantes que valían la pena. Una sonrisa pequeña apareció en sus labios delgados a ver a sus únicos amigos de la facultad esperándolo al lado de las escaleras. Ambos jóvenes pertenecientes al occidente –aunque ambos tenían raíces asiáticas–, lo esperaban para apoyarlo en la competencia como siempre. Hiro Hamada uno de los mejores de su clase, tanto que estaba en apunto de graduarse siendo el más joven de su curso en la carrera de robótica, lo miraba con media sonrisa sosteniendo en su mano una pequeña bandera azul con el escudo del oeste; cual resaltaba la hormiga azul. Por otro lado estaba un joven robusto con una expresión amigable y tímida en el rostro; Russell Fredricksen de la carrera de aeronáutica, le sonreía emocionado sosteniendo un cartel con su nombre en él.
No pudo evitar reír un poco, los ánimos que le daban le hacían olvidarse de los pesares.
–¿Dime que estás listo para patearle el trasero a Scorfano? –lo animó el más alto de los tres al mismo tiempo que le daba un leve codazo a Hamada para que animaran a su amigo.
–Más te vale concursar esta ocasión, Paguro.
–Todo está en orden –sonrió levemente para después suspirar cansado–, no dejaría que Alberto volviera a restregarme en la cara que es el mejor de todo Portorosso –exclamó con fastidio al recordar como por tener la presión alta, Alberto lo estuvo jodiendo todo el día.
No negaría que Alberto era el mejor nadador que conocía; él mismo le enseño a nadar cuando eran niños y querían participar en la carrera del puerto de Portorosso –la cual jamás han ganado, pero se divertían ambos–. La natación era lo único que lo ayudaba a tranquilizarse y sentirse en su zona segura fuera de su taquicardia cual solo él y su tío poseían.
Russell tomo su mochila para ayudarlo en lo que se iría a los vestidores, el menor se lo agradeció y ambos americanos le sonrieron, pero no todo era alegría. Luca no era el único que tenía a su disposición a dos occidentales. Antes que se fuera a los vestidores, escucharon un estruendo en las puertas principales junto al ruidoso sonido de un grito mexicano. Inconscientemente miraron de reojo a Hamada; quien gruño al ver la silueta de su ex novio adentrándose junto con su mejor amigo abrazados de los hombros. Ambos cantando a todo pulmón cielito lindo.
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Aquel chico de las hortensias || Luberto ||PAUSADA
FanfictionEran finales de 2018; donde las lluvias envolvían toda la ciudad costera de Portorosso. Por toda la ciudad los hombres buscan aquella mujer de cuerpo escultural y pureza. Todos buscaban a la modelo que poso para el famoso pintor anónimo Mostro mari...