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|03|Mensajes

Las risas para nada sutiles acompañados por aquellos roses sin ser inocentes gobernaban entre la soledad del lugar. Solo quedaban ellos dos, sin nadie que los interrumpiera. Donde el menor se encontraba sentado en el borde de la piscina olímpica, sosteniendo entre sus manos las mejillas pecosas de su amante; quien sonreía entre cada beso que subían de nivel. Apoyándose en los costados de Paguro, ambos disfrutaban de su momento después de la competencia; la cual siempre ganaba Scorfano. No había rencores ni quejas, gano de manera justa y con escasa diferencia del uno al otro.

Aunque...no lo tomaron bien los compañeros de Luca ante su nueva derrota contra Scorfano. Alegando que pudo haberle ganado, pero se retrocedió en la según vuelta. Luca sabía que le esperaba una gran paliza cuando volviera a su universidad. No obstante en ese momento nada le importaba más que probar los labios de su mejor amigo, que siempre tenían ese peculiar sabor de caramelos de té. Querían disfrutar esas dos horas libres que tenían antes de volver a sus facultades.

Lentamente Luca fue rompiendo el beso, mordiendo suavemente el labio inferior de su acompañante. Alberto no pudo evitar reír antes de alejarse y sumergirse en el agua un momento, ya sin sus odiosos lentes ni el gorro.

Al salir de nuevo a la superficie, peinando su cabello hacia atrás le sonrió a su compañero, siendo al instante correspondido por una sutil risa de él.

–¿Quieres que te pague ahora o...–le susurró de forma picara.

Alberto soltó una leve carcajada y sin pensarlo salió del agua para sentarse a su lado. Con una sonrisa relajada negó antes de dejarse caer para atrás y recostarse en el suelo mojado.

–Prefiero disfrutarlo en otra ocasión –exclamó con indiferencia en lo que cerraba su mirada y relajaba su cuerpo antes de las clases.

Luca lo miro de reojo y sin pensarlo se acostó a su lado, observando con calma las facciones de su mejor amigo. Aun con la mirada cerrada Scorfano sonrió burlón y se movió para quedar cara a cara.

–Casi logras ganarme esta vez; tenías la adelantara en la segunda vuelta, ¿Qué pasó? –inquirió en un tono preocupado.

–Solo tuve un bajón, me dolió el pecho, no tuve de otra que disminuir la velocidad...nada importante –gruñó desviando su mirada con fastidio.

Mordiéndose su labio inferior; no toco más el tema. Volvió a recostarse boca arriba y miro el techo de la piscina, sintiendo aquella paz que solo sentía con su mejor amigo.

–Pareciera que lloverá esta tarde –lo miro de reojo–, ¿quieres que te lleve a tu facultad antes que te recojan?

Luca lo miro con el radillo de su mirada café. Lo pensó un poco y al final negó.

–No...lo mejor es que me recojas en el jardín para ir a la torre, si llegan a verme contigo después de la competencia de hoy, creerán que te deje ganar.

–Pero no lo hiciste.

–Pero ¿quién va creerme? –exclamó arqueando la ceja antes de cerrar su mirada y suspirar exhausto.

Hey, lo hiciste genial, amigo –golpeo levemente su hombro–, has mejorado demasiado. Eres al único a quien sí puedo llamar competencia.

Sonrió al escuchar su risa sutil.

–Si quieres, lo consideramos un empate, en verdad me hubieras ganado sin ese ataque; yo te doy la mamada y tú me das de comer –dijo como si nada. Realmente no le molestaba considerarlo un empate, aunque Alberto es quien seguirá a las finales ante esa victoria.

–No, gracias –musitó con una pequeña sonrisa–, si quiero una mamada tengo que ganármela como se debe.

–Bueno, no me sorprendería tu victoria. Eres alguien quien no se rinde tan fácil y me ayudas a mejorar en cada carrera.

Aquel chico de las hortensias || Luberto ||PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora