Capítulo 8

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La lejanía es lo único que puedo observar cuando mi rostro es girado, nuestros caballos ya van a paso lento y calmado por uno de los largos caminos. Hemos estado en silencio por un largo rato pero aun así, el silencio no es algo incómodo.

Siento su mirada sobre mí y dejo que mi sonrisa sea lo primero que ella note aunque en mi cabeza han pasado muchos pensamientos ¿A dónde vamos? ¿Con quién? ¿Estaremos solas o acompañadas? Lauren no me ha querido decir algo y siento que ella me ha ocultado eso, no quiero tampoco forzarla, pero asumo que ella sabe lo que nos conviene.

-Ven- apunta hacia un costado luego de ver un letrero pequeño y la sigo por un camino de tierra lleno de bastante monte seco.

La noche ha caído y seguirla es lo único que quiero hacer, no sé a dónde vamos pero a lo lejos puedo ver una pequeña casita. No puedo ver el rostro de Lauren porque va delante de mí, aun así puedo saber que algo trama.

-Llegamos- ella se baja de su caballo y yo del mío un poco dudosa –Vamos- extiende su mano hacia la mía para que la tome y lo hago, nuestros dedos se entrelazan mientras con nuestras manos libres llevamos a nuestros caballos hasta la pequeña cerca, los atamos y subimos los tres escalones hasta de que Lauren abre la puerta.

Nuestras manos se aprietan cuando vemos todo lo que hay dentro que se puede decir que es básicamente nada. Miro a Lauren y tengo una sonrisa en mi rostro porque lo único que hay es una pequeña mesa con tres sillas, una pequeña cama y quizás una pequeña estufa.

La veo encogerse de hombros y luego sonríe en mi dirección.

-No es mucho, pero es nuestro- mis ojos se abren y no puedo dejar de mirarla.

-¡¿Cómo que nuestro?!- le pregunto un poco ida, ella asiente y me toma de las mejillas para un beso suave.

-Algunas cosas se pueden mover diferentes, mi hermosa Camzi- deja beso en mis mejillas –Vamos a traer las cosas y a llevar a los caballos al pequeño granero que tiene esta casa. Asiento sin poder entender mucho pero hago lo mismo que ella.

Bajo el saco de las semillas y el del trigo además del de mi ropa, ella baja los suyos y sonríe cuando hacemos los cuatro viajes para llevar todo dentro de la pequeña casa.

-Traje verduras y semillas- alzo mi ceja con una sonrisa y yo asiento.

-Yo traje trigo y las semillas- ella me da una sonrisa amplia –Lo único que nos falta es la carne- asiento pero veo sus labios curvarse.

-Si tengo- yo ladeo mi cabeza sin entender y miro sus sacos –Aquí- se toma la parte en donde tiene que estar su miembro y yo abro mis ojos grandemente para ella luego soltar una risotada.

-¡Hey!- le golpeo el hombro pero ella solo me alza y yo enrollo mis piernas en su cintura y camina conmigo como si estuviera bailando, yo me tomo de su cuello y dejo besos en sus mejillas antes de que ella me baje –Vamos.

Cuando entramos al granero era sin duda bastante pequeño, pero podemos sobrevivir aquí. Los caballos son amarrados a cada extremo y salimos. Miro todo alrededor.

-Lauren- la llamo, ella esta con su sombrero en sus manos antes de que nos sentemos en el suelo cerca del granero y recostáramos nuestras espaldas en la madera.

-Hice un trato hace un año- la miro y luego a lo demás –Bueno tal vez no fue tan así- se ríe por lo que dice y luego abre sus labios –Hice una apuesta ¿Recuerdas ese sábado que no pude asistir a la iglesia?- asiento recordando que me fui mirando al suelo con tristeza –Un hombre me intercepto, estaba ebrio y me hizo entrar a una taberna, me había negado pero luego no pude contra ella y acepte- tomo mi mano y la apretó –El aposto este lugar y yo aposte mi caballo- ella me mira –Y ya para ese entonces sabía lo que quería y me parecía una apuesta maravillosa- me encogió de hombros.

-¿Entonces apostaste a tu yegua?- ella asintió con una sonrisa –Y asumo que ganaste- asiente nuevamente.

-La apuesta fue en un juego de cartas- alce mi ceja –Y soy muy buena jugando cartas- su mirada pretensiosa era algo digno de admirar –La situación es que no es sola la casa, es todo el lugar- se levantó y extendió sus brazos.

-¡¿Qué?!- me levante de golpe y mire alrededor.

-Aquí podemos sembrar tu trigo y yo mis verduras y encontraremos una forma para poder salir adelante- me quedo boquiabierta admirando todo y luego asiento un poco perdida hacia ella que está estirando sus brazos para que yo pueda saltar en ellos.

Y lo hago.

Me lanzo en sus brazos y me aprieta hacia ella, todo se siente tan irreal que incluso no puedo creer que esté pasando. Acerco sus labios a los míos y nos enfrascamos en sentir su lengua jugar con la mía. Es tan suave, ella muerde mis labios y me suelta.

-Vamos a ordenar un poco y podemos dormir, mañana será un día largo- miro alrededor y asiento.

-Pero estoy contigo y ya lo demás, no tiene que importar- la tomo por la cintura y vamos caminando con su brazo por mis hombros a lo que ahora es nuestra propia familia en nuestra propia casa. No puedo ser más feliz.


*Disculpen los errores*

*Corto y muy dulce*

Un amor a la antigua (Camren Doble G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora