Un amor a la antigua (Camren Doble G!P)

Capítulo VI

Despierto cuando apenas el sol esta está en mi memoria, aun esta algo oscuro pero conociendo a mi padre me hade pedir que cambie los fardos de lugar y luego que llene los nuevos con parte de la cosecha del día de ayer.

Lavo mi rostro y coloco mis vestiduras, mis pantalones gastados y una camisa que remango casi al límite de mis codos pero aun las siento un poco incomoda así que las llevo un poco más arriba después del codo.

Coloco mis botas y mi sombrero aunque el sol ni siquiera se ha asomado. Mi padre, mi madre y mi hermana estarán de camino a la iglesia en unas horas y yo puedo hacer este trabajo y poder dar un paseo.

Mi madre se ha rendido en varios aspectos con respecto a mí, pero todo se debe a que he estado asistiendo a la iglesia los sábados. ¡Si ella supiera!

Algunas cosas son solo aptas para ser sentidas y no habladas. Sinceramente no creo que mi madre tendrá un mejor panorama sobre el hecho de lo que suelo hacer e incluso dudo en carácter bastante alto que ella por lo menos se le pase por su cabeza que alguien más también ha de asistir a esa hora el mismo día que yo.

Pero como dije antes, es mejor guardar algunos sucesos solo para uno mismo y dejar que la raíz del mundo siga su rumbo.

Ya estoy pisando la tierra y busco el trigo desgranado, quizás con esta cosecha pueda obtener uno de los caballos, creo que sería bastante agradable tener uno, mi padre tiene uno y me ha prometido adquirir uno para mí. Aun lo estoy esperando pero con seguridad me ha dicho que este mes.

Busco algunos de los sacos y entro al granero en donde tenemos todo la cosecha, comienzo a llenarlos, se supone que tienen que tener cantidades exactas de libras pero ya a medida de los años hemos descubierto cuantas cantaras hacen llegar a la cantidad de cada costal.

Me enfoco en mi trabajo hasta que escucho un sutil llamado, una de las puertas está abierta y cuando suelto la cantara y me asomo veo a mi padre agitando su mano. Alzo mi sombrero y quito un poco del sudor, miro a mí alrededor y puedo ver que desde que inicie hasta ahora ya llevo diez sacos, esto me da una ventaja en el día para descansar.

Son en total 30 así que solo me han de faltar 20, si logro desayunar rápidamente puede que en la próxima hora y media consiga tener los otros diez, según mis cálculos puede que en tres horas lo consiga.

Dejo todo y cierro el granero para ir a donde mi familia.

-Buenos días hija- saluda mi padre luego de que pasara a lavarme un poco mi rostro y mis manos.

-Buenos días padre, buenos días madre- les salude, ella se giró y me dedico una sonrisa –Sofí- deje un beso en su frente y la subí a mi regazo para darle otros besos antes de pasarla a su sillita.

-¿Cuánto has logrado hasta ahora?- me pregunta mi padre cuando veo el trozo de pan colocarse en frente de mí.

-10 sacos, padre- el asiente con una sonrisa.

-Has solo 20 y luego puedes descansar- no le contesto sino que simplemente asiento a lo que él dice y continúo comiendo mientras ayudo un poco a Sofí a que alcance su comida.

-¿Cómo te ha ido en la iglesia?- mastico un poco más lento mi comida mientras alzo mi mirada hacia mi madre que está sorbiendo un poco de la sopa. Asiento y trago entendiendo que no puedo tardar mucho en responderle.

-Me agrada- los veo dedicarme una sonrisa y asiento –Es más agradable poder asistir a esas horas- mi padre palmea mi hombro.

-Para todo hay solución ¿No es así Sinú?- mi madre asiente y pasa su mano por mi mejilla llevando su plato para juntarlo a lavar. Me levanto cuando he terminado y me despido de ellos deseándole que tengan un buen día, ellos me aseguran que lo harán y luego me marcho al granero a continuar haciendo mi trabajo.