☑️Un enlace condenado por el abismo del desprecio.
YoonGi continuaba instigándome y yo, como una persona con un ardiente deseo sexual, me rendía ante sus encantos. La pasión ardía intensamente, pero mi cuerpo no podía, por sí solo, moverse para despertar junto a otro alguien.
Las mañanas eran desoladoras debido a la mera necesidad de abandonar el hogar y dejar a mi adorable cachorro en el prestigioso instituto de arte. Su madre se mantenía distante de la manada y agradecía que su olor no nos acompañara. Sin embargo, de manera inesperada...todo cambió de repente.
Nuestra conexión había sido fortalecida tras nuestro épico encuentro. Las noches siguientes a nuestro apasionado caos, YoonGi me aguardaba en nuestra lujosa morada con prendas íntimas.
Me dejé sorprender la primera vez por la osadía de mi precioso cachorro, quien sutilmente me confesó que su instinto animal e irracional lo llevaba a actuar de esta manera. Emocionado por su valentía, me aventuré a investigar en Internet y me encontré con una multitud de resultados que hablaban de sus comportamientos, fruto de los hilos rojos entrelazados por el destino.
Las sugerencias arribaron a la conclusión de que la mente consciente de YoonGi se sumergía en un estado de ensueño, donde sus sentimientos de apego tomaban el control de su ser y lo guiaban hacia el lugar donde su cuerpo anhelaba estar. Por ende, una vez que la puerta de nuestro refugio se cerraba, él caía sobre mí y me colmaba de besos hasta que sus labios se encontraban con los míos, fundiéndonos en un deseo ardiente.
Además, mi amada se encontraba en un ardoroso estado y no cesaba en su búsqueda por cada rincón de la mansión. Su loba movía elegante la cola, de un lado a otro, tratando de seducir a mi feroz animal. Se tumbaba, exponiendo su vientre, cual divina sirena anhelando dulces caricias, mientras se preparaba para cargar con nuestras futuras y adorables crías.
Me resultaba incómodo tenerla cerca de YoonGi, ya que su fragancia eclipsaba la suya, lo cual me mareaba cuando los tenía delante de mis narices. Mi lobo se sentía insatisfecho y mi miembro no hacía más que penetrar y salir de su estrecho orificio, mientras imaginaba, con los ojos bien cerrados, que se trataba de ese pequeño lobo que aguardaba ansioso en el piso de arriba, a la espera de mis apasionados mimos. Antes de expeler dentro de ella, me marché en velocísimos pasos. Sus rasgos faciales se deformaron y —en cuestión de instantes— sus aterradores cánticos dejaron de resonar entre sus finos labios. Moví mi mano enérgicamente sobre mi ser, esperando mi propia liberación, y una vez que todo había concluido, ascendí a mi estancia.
Mi esposa, sumida en el descontento por mi comportamiento, me siguió, subiendo las escaleras.
La situación parecía irremediable, el tiempo ya no permitía negar la innegable conexión que experimentaba hacia mi querido hijo. Mientras deleitaba a YoonGi con mis atenciones, la puerta se abrió abruptamente y, el delicado toque de YoonGi se desvaneció de mi piel.
Aquella velada en la que me encontraba repleto de dicha y plenitud llegó a su fin de manera abrupta cuando mi amada esposa abandonó furiosa, junto a nuestro hijo, el cobijo de nuestro hogar. Desde aquel fatídico encuentro, no he cesado de experimentar una profunda infelicidad, convirtiéndome en un alfa desolado y patético, sumido en el abismo del desdén.
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YoonGi experimentó su ardiente celo varias noches después del desafortunado encuentro. Mis nervios se agitaron descontroladamente y no encontré consuelo hasta que mis hombres me aseguraron que ningún alfa audaz se había atrevido a irrumpir en el santuario donde residía mi precioso cachorro.
Hasta este punto, mi esposa no había realizado ninguna gestión formal. De acuerdo con la información proporcionada por mi madre, ella continuaba manteniendo la esperanza de que yo, como todo un caballero distinguido, me presentara ante su puerta, suplicándole su perdón. Este mismo secreto me dio la seguridad de que la madre de mi querido cachorro no había compartido con nadie la verdadera razón de nuestra separación. El misterio que manteníamos oculto entre estas cuatro paredes permanecía intacto, entre los oscuros pensamientos, de mi hermosa compañera.
Por las tardes, cuando mis obligaciones laborales me lo permitían, aguardaba a YoonGi a escasos metros de la majestuosa entrada principal de su morada. Sin embargo, su madre, con una devoción inquebrantable, velaba por él como si se hubiera convertido en el más valioso tesoro de toda la nación coreana, protegiendo su espalda con una determinación envidiable.
A pesar de las circunstancias, mi espíritu no flaqueaba.
Aunque las veladas nocturnas llegaron a su fin una vez que la elegante camioneta negra de mis escoltas se estacionó frente a mi residencia. Dos de mis hombres, vestidos con trajes de diseñador, salieron del vehículo y se dirigieron hacia la puerta trasera de la camioneta. Mi sonrisa se desvaneció cuando mi esposa descendió del automóvil sin ningún acompañante.
De mal humor, le inquirí sobre las razones repentinas de su visita.
— Tengo una reunión de suma importancia, querida —informé con una actitud desfavorable.
Fue entonces que su respuesta poco amable logró arrancarme una sonrisa.
— YoonGi se ha enfermado —mi mirada no se apartó de sus ojos azules—. He hablado con los médicos y después de realizar algunos estudios, le han diagnosticado depresión. Su lobo no puede soportar estar separado de su pareja destinada.
— Habla con TaeHyung —respondí con furia.
— TaeHyung ha dejado la ciudad —respondió apresuradamente—. Su madre nos ha informado que después de su ruptura con YoonGi, desapareció junto a un pelirrojo sonriente.
Nuestros labios permanecieron sellados por la incomodidad compartida. Hasta que ella prorrumpió en llanto.
— Deja de ocultarlo, JeonGguk. Tú eres la pareja destinada de YoonGi y él...—tragó con dificultad—... te necesita.
Sin pronunciar una sola palabra, me dirigí velozmente hacia mi automóvil en busca de mi dicha. Mi esposa lloraba desconsolada mientras yo me regocijaba de felicidad. Finalmente, había llegado el momento de hacer que YoonGi experimentara el hombre que su instinto animal ansiaba.
Perdóname, mujer.
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Inocente, pobre sohn ↝kookgi |☑️| [+21].
Fanfiction↝FINALIZADA |EN EDICIÓN|. ↝Contenido adulto, vulgar y narración poco profesional. ↝S.ADEPTO: Edición no.1 Descubre la impactante historia de un abogado sin escrúpulos que se enfrenta a un gran dilema tras su divorcio al descubrir el misterioso hilo...