Me haces daño y luego te arrepientes.
Aclaraciones:
- La imagen de la portada no me pertenece.
- Los personajes no son de mi autoría.
- Este fic no estará relacionado con lo que sucede en el libro.
- Tendrá un total de 14 partes (sinópsis - 13 capít...
Estaba seguro, ese día iría a la casa de la familia principal y hablaría con Porchay.
Se vistió lo mejor que pudo. Por alguna razón que no quería aceptar se estaba arreglando más de lo usual.
Antes de salir se miró una vez más al espejo y fue directo a su auto último modelo. Esta vez manejaría él, no necesitaba compañía hacia donde iba.
Durante el camino sonó su teléfono, interrumpiendo el discurso que estaba pensando decirle a ese chico que había cautivado su corazón. Observó la pantalla y pudo leer el nombre P'Kinn, rápidamente tomó el celular y atendió dicha llamada.
"Kim, ¿Puedes venir a la casa ahora? Debemos resolver nuestro inconveniente con los franceses".
Mentalmente insultó su suerte.
"De acuerdo, en 5 minutos estaré allí" respondió sin mucho entusiasmo.
Luego de recibir un bien de parte de su hermano, simplemente colgó y continúo manejando, solo que ahora tenía algo de frustración y enojo.
Llegó al hogar donde se había criado. Bajó de su auto y sin mirar a nadie se dirigió a la oficina de su hermano.
"Aquí estoy" dijo mientras entraba a dicha oficina.
"Bien. Los franceses están planeando atacarnos mañana, debemos solucionar esto hoy" le informó con seriedad.
"¿Porsche está al tanto de esto?" Preguntó levantando una ceja.
"Lo estoy" dijo el nombrado apareciendo repentinamente.
"¿Tienes un plan en mente?"
Sabía que el opinión del de piel morena era importante ahora que era la cabeza de la segunda familia.
"Armaremos una reunión, hoy mismo les diremos que queremos negociar con ellos y que no deseamos perder tan grandes clientes" explicó el mayor de los Kittisawasd.
"Bien, entonces irán ambos y yo me encargaré de emboscarlos con los guardaespaldas" comprendió al instante el plan.
"Nos entendemos bien" dijo el líder de la segunda familia.
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Una vez más se encontraba entrometido en ese mundo al cual que había pensado que no volvería, la mafia.
Su mirada era penetrante, fría y sin sentimientos…como siempre.
El sonido de las balas retumbaba en sus oídos y el sudor recorría gran parte de su cuerpo. Podía escuchar las súplicas de varios franceses, pero era inmune a ellas.
Sin corazón le disparaba a esos desconocidos sujetos. Cada tanto tenía una lucha cuerpo a cuerpo con algunos de ellos, pero nada que no pudiera controlar.
Su hermano y la respectiva pareja del mismo se encontraban en una situación similar a la de él, luchando contra esos extranjeros que osaron invadir su tranquilidad.
Cubiertos de sangre y sudor finalmente acabaron con ellos. El problema con los franceses podía darse por terminando.
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Nuevamente estaba en esa casa a la que evitaba ir.
Kinn y Porsche sabían que no estaba allí por la misión, pues está ya había acabado, pero no se entrometieron en ello.
Kim observó el ascensor, pensando en si debía ir o no a ver a ese hermoso adolescente de actualmente 18 años.
"Si tanto quieres, ve a hablar con él" dijo una reconocida voz a sus espaldas.
Volteó para encontrarse con su hermano mayor, Tankhun.
"Por favor, soy tu hermano mayor, básicamente te crié, se lo que sientes aunque no lo demuestres" se justificó orgulloso de sí mismo.
Lo observó y simplemente asintió, tomando el valor de entrar en el ascensor y presionar el botón con el número de piso en el que se encontraba él…Porchay.