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Confirmó el pedido de las semillas de pimiento, tomates y chile. Desvió la mirada a la ventana que había abierto desde hace media hora cuando se sentó en la sala para hacer los pedidos. Su mejor amigo le había pasado el enlace de la página para comprar los muñecos de compañía. No estaba del todo seguro en comprar uno, probablemente eran costosos y no podía darse el lujo de gastar mucho dinero cuando tenía su huerto en remodelación.
—No cobran por ver ¿o si?
Encogió los hombros y movió el cursor en la pantalla.
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Hoseok abrió los ojos descomunalmente. La página de inicio le había robado todas las palabras y eso que apenas estaba entrando. Sacudió la cabeza, tomó una profunda respiración y miró atentamente las fotografías de los muñecos. En general, todos eran impresionantes y empezaba a creer que eso muñecos eran verdaderamente necesarios en la vida.
—Demonios —siseó al revisar el precio de una bonita muñeca pelinegra de piel blanca y ojos aceitunados. —Eso es mucho dinero.
Desistió de comprar uno pero aun así se quedó unos minutos más en la página por mera curiosidad.
—Con lo que vale uno de esos muñeco puedo reparar mi vieja camioneta —rió pasando las imágenes.
Un anuncio bloqueó la vista del muñeco pelirrojo que estaba casi convenciéndolo por su bonito look de granjero. Eran una de las ofertas que la compañía daba cada media hora y de duración de diez minutos.
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