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—¿En verdad crees que conoces todo sobre esta preciosura? —mientras hablaba, Suh se sentó en la mesa de café con una expresión afligida  —

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—¿En verdad crees que conoces todo sobre esta preciosura? —mientras hablaba, Suh se sentó en la mesa de café con una expresión afligida  —. ¡Oh amigo! Que lejos estás de la realidad.

Hyungwon murmuró bajo la cinta, pero John lo calló con otro golpe en el rostro. Hoseok quiso acercarse, pero el mayor de los tres fue más rápido y lo amenazó con el arma. 

—Tranquilo. Quédate ahí donde estás —dijo sentándose ahora a un costado de Hyungwon—. ¿Tienes idea de quién es él? 

—No...

John asintió. 

—Un ladrón. Uno muy idiota —bromeó acariciando el cabello del otro—. Hace unos meses intentamos entrar a una joyería, pero este hijo de puta se distrajo y varios de mis hombres fueron capturados. Mientras que él, con lo cobarde que es, huyó a una fábrica de muñecos. 

La mirada de Hoseok se desvió hacia la ventana, una de las cortinas estaba ligeramente corrida y logró ver las luces de las patrullas. Celebró internamente confiando en que podía conseguir más tiempo mientras la policía planeaba el rescate. 

—Quizás lo hizo porque no es un criminal como tú—murmuró volviendo la mirada a Suh.

—No. Hyungwon no me sirve para mucho —admitió frunciendo la nariz—. Siendo sinceros pensé que había muerto tomando en cuenta que no es un hombre muy listo, aunque debo admitir que me sorprendió su astucia. Cuando mis hombres lo encontraron en tu jardín me eché a reír por horas, ¿un muñeco?

Suh sacudió la cabeza poniéndose de pie. Caminó hasta estar frente a Hoseok y sonrió.

—Dígame, profesor Lee ¿Cuánto pagó por él? —habló tan casualmente como si preguntara por el precio del arroz—. Tengo algunos interesados y me gustaría hacer un buen trato. 

—Déjalo en paz —espetó sujetándolo por el cuello de la camisa—. Hyungwon no te debe nada. No lo molestes más. 

La risa de John hizo temblar a Hyungwon. Estaba preocupado, más no por él. La vida de Hoseok era su única preocupación. Sorbiendo su nariz se armó de valor y pateó la pantorrilla de Suh. 

La respuesta inmediata del hombre fue maldecir y girarse hacia él. Lo cogió por el cabello manteniéndolo inmóvil mientras golpeaba su rostro. 

—¡Eres una jodida molestia! —gritó ofreciéndole una última bofetada que lo dejó tirado en el sofá. Al girarse, el puño de Hoseok lo esperaba. El golpe lo aturdió momentáneamente, sin embargo, las luces que entraban por las cortinas casi transparentes le recordaron que no podía seguir perdiendo el tiempo—. No te entrometas, hombre. Me voy a llevar a Hyungwon, después, cuando haya hecho la venta, te enviaré tu parte. 

El rostro aterrado de Hyungwon calentó la sangre del rubio. Dio un paso hacia adelante y tragó saliva. John le había quitado el seguro al arma y le apuntaba con la misma.

Fake Doll (2won)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora