Despertar con el cuerpo enredado al del muñeco empezaba a ser una de sus razones favoritas para ir a la universidad con la mejor sonrisa que pudiera pintar. Sinceramente, dormir con Hyungwon pegado a él no era tan incómodo como se escuchaba. El juguete estaba hecho de un material bastante cálido, semejante a la piel humana, y tan suave que Hoseok tomó como nuevo hobby acariciar los brazos y muslos del muñeco cuando se recostaba sobre él para ver su programa favorito de casos de asesinos seriales.
—No justifico al criminal, ¿pero quién deja entrar a su casa a un joven sabiendo apenas su nombre? —sacudió la cabeza estirando el brazo para coger un puño de palomitas —. El tipo ni siquiera le dio una razón coherente para estar en ese barrio. ¡Qué estúpido!
Mordió su labio inferior girando su cabeza escondiéndose en el pecho de Hoseok.
Ahí iba otra razón para no contarle la verdad, ¿qué pensaría Hoseok cuando le dijera que entró a su casa huyendo de la policía?
—Por eso siempre te digo que tengas cuidado de no abrirle la puerta a extraños —exclamó levantando el rostro de Hyungwon con una mano. Captó la mirada distraída del juguete cosa que llamó su atención. —¿No estás viendo el programa?
Hyungwon asintió mirándolo a los ojos.
—No todos son asesinos seriales —murmuró todavía sin apartar sus ojos.
Lo vio fruncir el ceño y tardar varios segundo en asentir. —No, pero si podemos evitar ese tipo de crimenes...es mejor.
—¿y si yo soy un psicópata?
Hoseok rió a carcajadas bastante divertido con la "broma" de Hyungwon. Muchas veces había pensado que su muñeco era extraño así como su comportamiento pero luego recordaba que lo había conseguido en una oferta. No podía esperar algo mejor de una rebaja.
—Soy parte de un grupo de ladrones que fallaron en robar una joyería. Mi único trabajo era vigilar que la policía no se acercara al edificio pero me distraje y arruine todo. —Con cada palabra que salía de su boca el semblante de Hoseok cambiaba. Su ceño se frunció ligeramente y ya no reía. —No sé lo que pasó con ellos pero yo salí corriendo a esconderme en la fábrica de muñecos.
El silencio permaneció por al menos cinco minutos. Ambos se miraban sin pestañar y Hyungwon comenzaba a creer que Hoseok tramaba el plan perfecto para capturarlo y entregarlo a las autoridades por intento de robo y allanamiento de morada.
Tragó saliva abandonando el regazo de Hoseok hasta que la mano de éste lo detuvo y nuevamente, lo vio sonreír.
—Tienes una imaginación increíble —dijo jalándolo hacia él. Los fuertes brazos lo arroparon con ternura creando un corto circuito en él. —Ya fueron muchos episodios de criminales por hoy. No quiero que mañana empieces a creerte un terrorista nazi.
El muñeco estaba en shock.
—¿Qué dices?
—Muñequito, veremos otra cosa —besó la sien del menor dándole una tranquila sonrisa. —¿te gusta la comedia?
Aturdido, confundido y sin palabras terminó por asentir. Su primer plan para contar la verdad había fallado, quizás no era el momento adecuado o la elección de palabras fue la incorrecta, sin embargo, lo volvería intentar.
En unas semanas.