▪️6▪️

2.9K 455 102
                                    

Preparó todo para trabajar en la sala. Los libros, los apuntes, la computadora. Soo-ah estaba con sus amiguitos y sus padres trabajando. Jimin sabía que estar a solas con un Kim en casa podía ser peligroso pero iba a tratar de mantener el encuentro lo más amistoso posible. 

Quizás si lograba agradarle a Taehyung, su hermano Jungkook tendría piedad con él por haber arruinado la chaqueta. Sí, ese parecía un buen plan por el momento. Así que Jimin dejó los miedos de lado y preparó un montón de snacks y bebidas calientes para la tarde de estudio con su compañero. Quería que todo estuviera perfecto. 

Sin embargo, Taehyung llegó a su casa como una hora más tarde de lo que habían acordado. Jimin por un momento había tenido la ilusión de que el castaño no se presentaría pero sí, lo hizo y ahora iba a tener que tratarlo como un rey. 

— Siéntate, ponte cómodo — lo invitó a pasar. — Puedes tomar lo que quieras, pedir lo que quieras para comer.   

— Gracias — respondió Taehyung observando la vivienda. — Perdón por la tardanza, tenía otras cosas importantes que hacer.

— Claro, sí…cosas…¿como qué? — pregunto nervioso sin pensar. 

— Como cosas personales — respondió serio Taehyung. — ¿Te importa? 

Jimin negó rápidamente con la cabeza. El otro río. 

— Pero sí te que asustas fácil, niño. Relájate. No pasa nada. Estaba en casa de Binnie perdiendo el tiempo y me olvidé que tenía que venir aquí — confesó sin pudor alguno el joven. — Lo siento. 

— No, no importa. Yo también estaba aquí perdiendo el tiempo. ¿Quieres tomar algo? 

— ¿Tus padres no están, cierto? 

— No, vendrán más tarde. 

— Genial, ¿entonces tienes alcohol? 

— Uh, pues…sí, debe haber cervezas que bebe mi papá en la heladera — pensó Jimin. No había esperado que el chico le pidiera alcohol. Qué tonto se sintitó, era obvio que iba a querer algo así. — Toma las que quieras — le ofreció sin problema alguno. 

— Gracias, Mimi — Taehyung feliz se tomó el atrevimiento de ir hasta la heladera a buscar lo que quería. 

— ¿Mimi? — preguntó confundido.

— Ah, es mi apodo para ti. ¿Te gusta? Creo que te va bien. Es tierno como tú — le sonrió. 

— Ah, claro — rió Jimin. Que le llamara como quería, él no iba a poner objeción alguna. 

Satisfecho con su cervecita en mano, Taehyung se sentó junto con el chico nuevo en la sala de su casa y empezaron a trabajar. Jimin descubrió que era cierto que el castaño no tenía idea de lo que había qué hacer o cómo llevar a cabo un proyecto en general siquiera pero sí le sorprendió que colaboraba bastante y le ponía voluntad a la tarea. Era extraño. Jimin todavía no podía terminar de descifrar a este joven.

En un momento de descanso decidió sacar tema de conversación para tratar de ser más lindo con él. 

— Oye, Taehyung, yo, uh, quería agradecerte por haberme defendido de esos chicos malos en el baño el primer día de clases. Realmente fue muy lindo que me ayudaras sin conocerme — le habló tranquilo y seguro. 

— Claro, cuando quieras, donde sea que estés en problema, me llamas y ahí estaré. Ya tienes mi número — respondió el chico. 

— Uh, ¿en serio? — se asombró Jimin. — Pero…si apenas me conoces…

— ¿Y qué? No me gustan los abusivos y que la gente débil sufra — dijo Taehyung. —  Perdón, no quiero decir que seas débil pero sí te ves demasiado frágil — explicó mejor luego. 

Almas Gemelas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora