▪️62▪️

2.5K 345 42
                                    

— Ugh, ¿en qué carajos estaba pensando? — se autoregañó Jimin agarrándose la cabeza. Estaba en su habitación. Acababa de entrar. Había escapado de Jungkook en la otra casa porque ya no soportaba más. — ¿Cómo demonios lo voy a besar? — se tocó los labios. Todavía podía saborear en ellos los del pelinegro. Un beso corto pero intenso y cargado de emociones. 

Y ahora quería más.

— No debí haber bebido esa cerveza, mierda — se quejó. — ¡Ugh, él sabía que iba a poner así de sentimental! ¡Maldita sea! ¿Cómo pude caer? ¡Soy un idiota! — estaba enojado, pero consigo mismo. Por haber cedido tanto ante sus sentimientos. 

Alguien golpeó la puerta de su habitación en ese instante y creyó que se trataba de Jungkook, que lo había seguido y pretendía seguir hablando del tema.

— ¡Basta! — le gritó entonces. — ¡Déjame en paz! 

— Uh, ¿Jimin, estás bien?  Te vi entrar corriendo a la casa — una voz de mujer se escuchó del otro lado. Era Jisoo y el rubio enseguida se apresuró a abrirle. 

— Perdón, no quise — se disculpó. — Pensé que era…

— ¿Jungkook? Uh, supongo que la cita no salió muy bien entonces — pensó ella. — Dime, ¿dijo o hizo algo que no debería? Lo regañaré de ser así. 

Jimin se sintió tan mal al escucharla. Ella lo estaba cuidando, lo estaba protegiendo. Otra vez le volvían las ganas de llorar y lo único que le salió hacer fue abrazarla. La rodeó con sus brazos por la espalda y se aferró a ella mientras sollozaba en su pecho.

Necesitaba una mamá ahora.

— Oh, Jiminie… — Jisoo le acarició la cabeza y también lo abrazó. Le emocionaba que su pequeño tuviera este acercamiento repentino.

— No hizo nada malo. Todo estuvo bien — le contó el menor sin soltarla. — Yo lo arruiné…porque no le puedo dar lo que quiere ahora. 

— ¿Y qué hay de lo que tú quieres, eh? — Jisoo frotó su espalda tratando de hacerlo sentir mejor.

— También quiero lo mismo — admitió. — Pero es difícil ahora. 

Estoy siendo consolado por su madre. Estoy abrazando a su madre, pensó Jimin. Y no debería ser así. Porque ahora Jisoo estaba siendo su mamá también. ¿No debería ella estar del lado del pelinegro? ¿Cómo hacía para hablarle de su propio hijo? 

Pero Jimin necesitaba esto, se sentía bien. La quería para él ahora. 

— No sé qué hacer — siguió sollozando en su pecho. — Me duele no saber qué hacer. 

— Tranquilo, no llores. Todo se va a arreglar. Hace poco estás en casa. Todavía tienes tiempo para tomar una decisión final. No te presiones. 

— Pero es doloroso mientras tanto. Sabía que iba a ser difícil cuando decidí quedarme aquí pero pensé que podía aguantar. Y ahora ya no sé. 

— Oh, cariño. Lo siento tanto. ¿Te…quieres ir? — preguntó un poco preocupada por la respuesta. No quería. Apenas sí lo estaba conociendo. Apenas habían empezado a conectar. 

Jimin negó con la cabeza. — No, no quiero irme. 

— De acuerdo — Jisoo respiró aliviada. — Entonces hablaré con Jungkook, puedo decirle que también se tome las cosas con calma, si eso sirve de algo, no sé.

— No, basta, ¿por qué estás tú aquí conmigo y no con él? — la miró a los ojos. — No debería ser así ¿verdad? Kookie…es tu hijo. 

Y me siento mal robándole a su madre ahora, se dijo en su mente. 

Almas Gemelas - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora