Love Grows °Rasmus Andersen°

♪♪¹²

MI cabeza estaba apoyada en la pared mientras abrazaba mis piernas y miraba a Rasmus acostado en la cama mirando hacia arriba
¿Me tienes miedo? -susurró haciendo que deje de jugar con mis manos-
No -le dije. No era mentira. No le temía. No tenía porqué hacerlo-
Deberías -dijo haciendome fruncir el ceño- la he...matado, Lydia... He matado a Lydia
No, Rasmus, Lea quería protegernos sabiendo las consecuencias. Es por una de las cosas que la recordaremos -le susurré de vuelta. Nos volvimos a quedar callados hasta que escuché un sollozo. Me levanté del suelo, me metí a su lado en la cama y le abracé ignorando lo que decía-
La he matado... -repitió dejando de pelear y abrazándome de vuelta. Ambos lloramos en el hombro del otro pero pensé que alguno de los dos tendría que ser más fuerte que el otro para sostenerlo-
Sh... -le calmé acariciando el pelo de su nuca. Sorbí mi nariz para luego empezar a besar las lágrimas que caían por sus mejillas- ya pasó... Sh...tranquilo, estoy justo aquí... Llora, no pasa nada...
Lo siento -sollozó a lo que le abracé con más fuerza sintiendo que una parte de mí se rompía ligeramente al verle llorar-
Lo sé, cariño -susurré- no te culpo por esto, ¿sí? No es tu culpa. Vamos, vamos a acostarnos un rato e intentar calmarnos un poco, ¿sí?
Esta bien -susurró a lo que yo lentamente me fui acostando hacia atrás mientras él seguía abrazo a mi encima mía. Empecé a acariciar su espalda y besar su cabeza mientras que trataba de que se calmara. Cuando vi que se durmió justo mientras caía una lágrima por su mejilla, me quedé un rato viéndolo hasta que decidí que yo también tendría que descansar. Y, una pequeña parte de mi, pensar que esto era solo una mala pesadilla-

¿LYDIA? -le escuché llamarme para luego besar por un largo tiempo mi mejilla. Abrí los ojos lentamente para verle mirándome-
¿Cómo estás, rulitos? -le dije acercándome más a él-
Mejor -asintió tras unos segundos después- ¿Tú estás bien?
Sí tú lo estás, yo también -le dije sacándole una pequeña sonrisa para luego besar mi frente con delicadeza-
Estás muy guapa cuando duermes, ¿sabes? -susurró jugando con los mechones de mi pelo-
¿Acaso me miras dormir? -me burlé yo-
Es imposible no mirarte en cualquier momento. Es como si... Brillarás -me dijo. Sentí que mi corazón se me iba a salir-
No me hagas llorar, por favor -le dije con diversión para luego acercarme a sus labios- te quiero
Y yo a ti -susurró para luego besarme con calma e incluso diría que ternura-
Ojalá viviéramos para siempre así -sonreí haciendo que vuelva a juntar nuestros labios-
Me encantaría -asintió para volver a besarme. Diría que nos pasamos un largo rato entre beso y beso-
Deberíamos de ver cómo está Sarah. No la he visto en todo el día -le dije cuando nos separamos con la respiración algo entrecortada-
Esta bien. Vamos -me dijo levantándose. Estiré mis brazos como una niña pequeña haciendo que se ría para luego cargarme en sus brazos. Amaba estar entre sus brazos- eres como un bebé
No lo niego -reí yo para agarrar rápidamente una de sus chaquetas para dejarle empezar a caminar-

HOLA, Rapunzel -la saludé cuando llegamos a su habitación. Rasmus me dejó en el suelo para luego ayudarme a ponerme bien su chaqueta y empezar a caminar hasta sentarse en una silla libre-
¿Cómo estás? -le preguntó Rasmus-
Tengo fiebre -nos dijo ella- he empeorado
Sarah... -dije sin saber que decir- ¿Podemos hacer algo por ti?
No lo creo -negó ella-
¿Quieres que nos quedemos aquí? Sí es lo que quieres, no te dejaremos sola. Pasaremos esto juntos -le dije haciéndole sacar una sonrisa hasta que dos chicas locas llegaron amenazandonos con armas haciendo que las sigamos. Mientras nos obligaban a abrir la puerta, Rasmus fingió que le estaba dando un ataque haciendo que piense rápido-
Corred. Vamos -les grité haciendo como que ambas íbamos detrás de ellas pero cerrando la puerta antes-
¿Estáis bien? -dijo Rasmus sentándose a lo que ambas asentimos-
¿Qué ha pasado? -dijo Simone-
Se han ido -le dijo Sarah-
¿Quiénes? -preguntó ella-
Las que querían llevarse a Rasmus -le dije-
Estás curado -dijo Simone tras preguntar si estábamos bien-
¿Qué? -dijo Rasmus-
Ha funcionado -dijo su hermana- estás curado. ¡Te has curado!
Qué bonito -sonreí al ver a los dos hermanos abrazarse con una sonrisa-

RASMUS y yo nos estábamos besando entre sonrisas hasta que la puerta se abrió dejando ver a Fie, Simone y Sarah
Tenemos que irnos -dijo Simone-
Vale. ¿Adónde nos vamos? -dijo Rasmus-
Hay soldados de Apollon y tienen muchos drones -dijo Simone-
Poneos esto encima -dijo Fie dándonos una bolsa con algo plateado-
¿Dónde está Jean? -preguntó Rasmus-
No lo encontramos -le dijo Sarah para luego empezar a irnos pero teniendo que volver atrás ya que venían-
¡Simone! -dijo una voz conocida haciendo que nos giremos para ver a Martin. Me alegro de verle pero ¿dónde está Patrick?-
Martin -dijo Simone yendo hacia él. Sonreí al verlos besarse para luego seguirle hacia el sótano donde también estaba Jean-

NO entendía nada de que hablaban salvo que Jean quería matar a Rasmus y la chica que nos había seguido en Bakken estaba de nuestro lado pero eso era lo menos preocupante ahora ya que una estúpida alarma me estaba dejando sorda hasta que  pudimos empezar a seguir corriendo.
Empujé a Sarah a un lado haciendo que me disparen a mí haciendo que caiga al suelo. Rápidamente todos me miraron-
No, no, no, Lydia... -sollozó Rasmus sujetandome entre sus brazos- no te vayas, aguanta, solo un poco
No puedo, Rasmus -le dije tratando de poner la mejor cara posible- ni la muerte nos podrá separar. Te estaré cuidando desde donde sea que esté, ¿sí? Siempre juntos
Te necesito -me dijo a lo que yo sonreí mínimamente mientras veía a Sarah caer a mi lado-
Habéis sido las mejores personas que he conocido. Cuidaos -les dije- y seguid unidos pase lo que pase...
No te vayas -susurró Sarah haciendo que la miré- eres la mejor amiga que nunca tuve
Por eso te he salvado. Mereces una segunda oportunidad, Sarah -le respondí- Martin... Dile a Patrick que ha sido el mejor padre que alguien podría tener... Os quiero mucho
¡No! Lydia, aguanta, vamos -gritó Rasmus mientras cada vez las voces eran más lejanas y la oscuridad iba tirando de mi. Cerré los ojos y, sin temor ya que estaba muriendo en los brazos del chico al que amaba, esperé a la muerte-