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Eran las 7 con cincuenta y tres minutos, con paso apurado, dejaba mi sala con mis amigos extrañados y una chaqueta que no era mía entre mi brazo derecho.

Paseaba por los pasillos revisando a través de las ventanas que estuviera él. Estaba en el Primer piso, exactamente abajo de mi salón. Miré por la ventana más cercana al final del interior para no hacerme notar tanto, mientras lo identificaba con la mirada conversando con varios sujetos y sujetas.

Suspiré hondo con un aire a cansancio de seis horas trabajando en un informe para dignarme a entrar y evitar sentir mi orgullo arrastrarse. Me apresuré a llegar al frente de su puesto y dejar en la mesa la prenda negra mientras trataba de evitar su mirada a toda costa, fallando por un microsegundo, conectando miradas causándome un curioso arrepentimiento. Giré en un ángulo de ciento ochenta grados para retirarme sin esperar respuesta luego de mi diálogo ausente, justo en ese momento a un segundo de cruzar el marco de la puerta le surge hablar:

—¡Muchas gracias Minnie!

Lo miré resoplando y con un semblante molesto dejé su salón.

Nuevamente dijo ese apodo sin permiso, ¿Me estoy molestando por estupideces? Opino que estoy en todo mi derecho. Me puse a claramente sobrepensar, y me cuestioné qué haría ese estúpido como recompensa por haberle hecho ya dos favores, me bastaba con sus agradecimientos, claro que si, pero saliendo de un senior popular como él me sentía asquerosamente usado y eso no pensaba dejárselo pasar. No soy rencoroso, pero quiero venganza.

Y me molestaba lo amable y radiante que es, como si su felicidad fuera un método efectivo de manipulación para conseguir lo que quiere, le podría mostrar la peor actitud de toda mi persona y aún así colocaría su más sincera sonrisa y respondería con cariño, con las más tontas intenciones en su interior.

Estoy siendo un maldito insoportable, lo sé, pero es inevitable cuando un... ¿Cómo se llamaba? ¿Im Minho? Lee Minho, cuando un Lee Minho me pide favores descaradamente y al mismo tiempo debo andar aguantando a un Feliz allá y acá, que Chris esto y que Channie lo otro, a este punto no sé si sé más acerca de Chan o de mi propio amigo.

Cuando regresé con mis compañeros de año, junto a mi puesto se encontraba Jeongin jugando inocente con las manos de un chico que intuí se trataba de Hyunjin. No era feo, había que reconocer su belleza, me sorprendió no haberlo visto antes, y dios, esas miradas que se tiraban me causaban nuevamente náuseas de la cursilería.

No me molestaba estar en nada romántico o parecido, pero no sabía explicar el malestar y la desorientación que me causaba ver a todos con sus mitades conversando y yo tragando mis pensamientos en mi solitaria presencia.

No eran sólo mis amigos, ellos, de hecho, eran los más tranquilos tortolos de ese espacio, porque tu mirada se dirigía levemente al rincón y ya veías cómo Chanhee y Younghoon se comían la boca, o a San y Wooyoung comiéndose pero con la mirada, ¡Oh! No nos olvidemos de Ryujin y Lia en las mismas invadiendo otra esquina más.

Definitivamente mi generación no parecía ser de las más heteros.

Quitando ese hecho de mi vista, un par de minutos faltaban para comenzar la clase de química, por lo que procedí a sacar mi cuaderno tratando de hacer desaparecer esas personas de mi vista y arruinar mi humor más de lo que ya estaba.

—¿Dónde fuiste?—Preguntó curioso In, girando su cabeza hacia mí una vez Hwang había dejado el salón.

—A dejarle algo a Lee Minho.

—Se están haciendo cercanos ustedes.—Se notaba feliz ante este hecho, claramente, la radiante sonrisa de Jeongin jamás miente, me gusta su sonrisa, es casi equivalente a diez sesiones de terapia.

—Uhmm, espero que no.—Contesté sin darme cuenta el seco tono con el que hablé. Con esa dinámica de relación no estaba dispuesto a participar de ella, menos con la incomprensible y complicada actitud de ese hombre. Aunque quizá estaba siendo muy rígido.—Si continúa tomándome por lamebotas no llegará a nada.

Innie asintió y sacó sus lápices para la clase, comprendiendo mi punto.

—Bueno, Christopher, ¿Repetiste de año? No recordaba que fueras en nuestro curso, supuse que estarías por jubilarte ya.—Le comenté al nombrado luego de notar su nula intención de dejar la sala incluso después de escuchar el timbre.

Me miró con una sonrisa sarcástica y rio suave para luego despedirse.—Aish Minnie, realmente no es un día contigo si no te burlas de la edad de Channie.—Reprochó Lixie.

—Buenos días a tí también Yongbok, no me has hablado en toda la mañana.

—Tengo prioridades.

Rodé los ojos, claro, hablar con tu enamorado es más importante que los modales básicos hacia tu mejor amigo que evidentemente viste llegar al lugar hace más de diez minutos. Lo dejé pasar, no estaba para discutir.

Anti-cursilería ₊˚✧ seungknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora