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Me gustaría tener un mayor límite de paciencia a la hora de entablar una conversación, no puedo transmitir verbalmente cómo me colma la paz mental el hablar con alguien enamorado y que cada tres palabras saque a colación a su supuesto ser amado, y es aún más estresante no poder detenerlo por pena o incluso porque el contrario no se percata de lo que hace, el amor te maneja no sólo el corazón, el cerebro también.

Me desvié de Felix quién conversaba conmigo, su amiga Sieun se le acercó y lo tomé como una oportunidad para obtener mi soledad deseada camino a casa. crucé la salida del recinto luego de despedirme y el viento fresco golpeó mi flequillo con reflejos rubios, a las cuatro de la tarde el frío aumentaba por estas fechas, el invierno estaba llegando.

Me coloqué los audífonos y puse a mi artista favorito, con Baekhyun endulzando mis oídos emprendí el rumbo a mi hogar, gente de mi edad y con similar uniforme caminaban a mi ritmo en direcciones distintas, acompañados en su mayoría, grupos de amigos paseando o en el parque enfrente del instituto, o las tan detestadas por mí parejas, que al parecer estaban pegados sin capacidad alguna de separación como mostraban en el momento siempre de manos entrelazadas, brazos cruzados o cabezas en el hombro.

Muchas de esas parejas terminan a los meses o inclusive semanas, estoy en conocimiento de aquello gracias a mi alma chismosa. Pero una de las cosas que odio es la necesidad por encontrar pareja, es un deseo agotador y en vano, no vale la pena esperarlo, mientras más lo desees más se tardará, es claro como el agua. Y eso trae conflictos, los jóvenes de mi edad comienzan a confundir estar enamorado con necesitar cariño y atención, y muchas veces creen enamorarse de una persona cuando en realidad sólo disfrutan de la atención del susodicho, no de su persona como tal. Y esa es una prueba de lo peligroso que es el amor.

Las personas toman como un cielo placentero y eterno el amor, cuando en realidad es capaz de convertirse en la tétrica y peligrosa toxina de muchos.

Es por eso que prefiero mantenerme alejado, y felizmente no ha habido ningún individuo que me haya causado duda alguna de mi humilde postura. Tampoco le he destruido las esperanzas a cercanos, si quieren perder el tiempo en eso, está bien, será una felicidad para ellos, momentánea pero lo será por lo menos.

El segundo coro de Love Again estaba comenzando cuando sentí a alguien correr un mechón de mi cabello cercano a mi oreja derecha. Me quité los audífonos y el chico de siempre interrumpía mi mar de pensamientos.

—¿Qué haces tan solo?—Preguntó en cuanto me vió quitar uno de los audífonos para escucharlo mejor.

—Me gusta estar solo.—Le contesté mirando los árboles, caían hojas de ellos y con el viento se independizaban en su propio camino. Minho no siguió hablando hasta un buen rato, me asintió comprendiendo y me acompañó en silencio.

Creo que nunca había sentido un silencio tan cómodo con alguien como lo he sentido con Minho. No tuvimos tema de conversación por un rato, sólo caminabamos juntos contemplando el alrededor, ninguno parecía querer alterar la tranquilidad del otro, lo cual me parecía un bonito gesto por parte de él, por primera vez parecía disfrutar plenamente de su presencia. A un par de cuadras de mi casa, una pregunta se apoderó de mi cabeza cual parásito.

—¿Por qué te estás yendo conmigo?—Lo miré con intriga, aún fingiendo la indiferencia de siempre. Mi mochila pesaba y agradecía estar cada vez más cerca de llegar.

—Quería acompañarte a tu casa, aunque parece que queda en el mismo camino que la mía.— Me respondió para luego reír suavemente.—¿Está bien?

—¿No es muy tarde para preguntar?—Le pregunté, riendo de la misma manera. Apunté a una casa de dos pisos para indicarle.—Es esa blanca, está cerca.

Anti-cursilería ₊˚✧ seungknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora