EL ULTIMO MINI HISTORIAS.

122 10 3
                                    

un día común y corriente sasha y lynn estaban haciendo las compras, ponían en el carrito lo esencial y necesario, claro uno que otro capricho, pero eso no era lo importante hoy.

lynn tenía como manía leer absolutamente todo en las descripciones de los productos, lo cual era raramente útil, sabía las fechas de caducidad, sabía los contenidos, entré otras cosas que de vez en cuando eran útiles.

sasha intento entender la razón por la cual a su hija le interesaba leerlo todo, tomo una de las acuarelas que su esposa siempre usaba y empezó a leer, a los pocos segundos su cabeza empezó a doler y no podía ver bien.

sera la cara que puso, pero de repente su hija le puso se gafas y sasha pudo ver perfectamente.- se te quedaron las tuyas en casa.- dijo riéndose entre dientes, su madre se veía muy graciosa cuando trataba de leer.

la rubia le devolvió sus lentes a su hija, de su chaqueta sacó los suyos, que estaban limpiamente guardados en su estuche, se los colocó y volvió a leer

tu visión está fallando mucho masasha.- pregunto un poco interesada en la salud de su madre, últimamente no hacía tanto ejercicio y ahora ya no podía ver bien.

no cariño... solo no estoy acostumbrada a usar lentes.- dejo de vuelta la acuarela en el carrito de la compra y ambas continuaron su camino por la tienda.

me preocupas, dime si te sientes mal o cansada...- lynn realmente no quería ver a ninguna de sus madres enfermas o lastimadas.

le pego un pequeño toque en la frente a su hija.- estoy bien.- no le agradaba nada la idea de que le recordaran que estaba envejeciendo, su cuerpo diariamente se lo recordaba.- ahora vamos por los ingredientes de la cena, hoy cocinó.

______________________________________________

mami...- lynn limpiaba sus lentes tranquilamente, con un poco de música tranquila de fondo, intentaba calmar su corazón y bajar su sonrojo, era importante para lo que planeaba hacer hoy.

dime peque.- nada mejor para un día lluvioso de madre e hija que ver una serie con una música tranquila de fondo, pero algo que no le terminaba de gustar era la distancia que tomaba su hija, al otro lado del sillón, encogida de hombros, un rostro serio y parecía dar la impresión de tener una preocupación.

tu como... invitaste... a salir a mis mamás...- se colocó sus lentes y puso sus manos en sus músculos, mientras intentaba desviar la mirada.

y por que tan de repente la pregunta.- acortó la distancia con su pequeña rubia.- acaso hay alguien.- lynn todavía seguía evitando la mirada de su madre, a lo que anne no le quedó mas opción que ponerle una mano en el hombro abrazándola y jalándola hacia ella.- como es...

no no no hay nadie...- por fin devolvió la mirada a su madre.- es solo que... el es... digo solo quiero saber la historia.- mentir no se le daba bien, pero si había alguien en el cual estaba interesada la joven.

anne suspiro.- éramos amigas así que siempre las invitaba a salir, aunque con el tiempo las cosas se compensaban a complicar y las salidas ni fueron lo mismo, hasta que un día tomamos una botella con mucho alcohol y empezamos a salir como pareja.

no creo que eso funcione... o si...- realmente ella aún ni siquiera había entablado una conversación con la persona que hacía latir su corazón, tal vez sus madres solo estaban juntas por ser amigas desde la infancia y ella estaría destinada a estar sola.

no lo pienses como un plan infalible, piénsalo como una de lad miles formas que hay.- le dio un dulce beso en la frente a su pequeña.- peque algún día pronto o lejano alguien te amará y tu también amarás.

después de todo (amphibia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora