Horrible es el sentimiento de saber tanto de una persona, pero actuar como si no tuvieras idea. Pensar que en unos cuantos minutos una historia que estaba en desarrollo llega a su fin... Peor es saber que nunca sabrás cuando, hasta que suceda.
Existe una sensación que se crea llegado ese momento. Tu pecho se siente vacío, la mente se inunda de porquería autodestructiva, y tu cuerpo parece querer jugar a la traición. Después de todo, aquella persona lo hizo también. Es un sentimiento vomitivo que no experimentaba hace mucho. Y parece que en una semana todo decidió llevarme por ese camino.
Horas. Dias. Semanas. Meses. Años.
El tiempo, los minutos... todo se pierde. Nada de eso tiene valor una vez termina una relación. Nada de eso importa. Nada de eso salvará lo que se acaba de estropear. Por más experiencias compartidas que haya, de nada va a servir si se cubren por una fría e inmadura despedida. El único sentimiento restante es el resentimiento. Resentimiento de haber sido hecho a un lado. Abandonado, reemplazando, herido... eso es lo que te hace un ahora desconocido, la traición....
Incluso teniendo miedo al comienzo, me atreví a confiar. Tuve esperanza de que sus actuales mentiras en el pasado eran verdad. Me aferré a la idea de que a pesar de los errores cometidos... mis errores cometidos, nuestra amistad perduraría.
"Nunca te abandonaré" me dijo.
Me atreví a creerle, pero nuevamente no fue verdad.Y con eso espero que seas feliz con ella. Espero que tirar a la mierda nuestro tiempo sea factible para ti. Pero si llega el día en el que eso fracase y llegues a liberarte de las fantasías irracionales de tu cabeza, yo no estaré. Y lo siento, yo sé que no eres rencoroso, pero yo si.
No te odio, pero odio lo que hiciste.
Ya no importas para mi. Te corté.
Después de todo soy mala amiga, ¿no?