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Los meses juntos fueron hermosos. Aunque solo fueron dos, cada minuto con la compañía del otro fue perfecto.

La casa de Tsukasa estaba completamente en silencio, la televisión del salón estaba apagada, el grifo perfectamente cerrado, el viento tranquilo... La calma fue interrumpida por la mujer de tercera edad, quien había olvidado su cartera en la cómoda de su habitación. Su cuarto estaba al final del pasillo, por lo que debía pasar frente a todas las estancias para llegar a ella.

No era tonta. Sabía lo que haría la pareja de enamorados en su ausencia.

Caminó lentamente, intentando hacer el menor ruido posible, y sin poder resistirse se detuvo frente a la puerta de su nieto, la cual estaba entreabierta.

Al asomarse no esperaba ver a los dos dormidos apoyados en la pared. La cabeza de la chica reposaba sobre los anchos hombros de Tsukasa. Sus respiraciones eran serenas. Habían pasado tiempo en familia juntos, y la chica había estado bostezando cada minuto, al parecer no había dormido bien esa noche. Sonrió y retomó su camino.

Fueron treinta minutos después cuando ambos levantaron. ______ había querido mostrarle al pelilargo videos que le había parecido graciosos, y como sus ojos comenzaron a entrecerrarse decidieron dormir un poco.

Tsukasa dio un pequeño beso en la frente a _______, quien abría los ojos lentamente.

—¿Has dormido bien? —ella asintió mientras se sentaba y estiraba sus brazos hacía arriba.

—¿Se han ido? —preguntó refiriéndose a Mirai y a los abuelos de Tsukasa.

—Sí, han ido a ver un musical. —informó mientras jugaba con un mechón de la chica.

—Entonces...—giró levemente su rostro hacia él —, ¿me das un besito?

—Ya te he dado uno. —enredó en su dedo el mechón.

—En la frente no, en los labios. —hizo un puchero y cruzó los brazos a modo de enfado.

—¿Por qué no me das tú un beso? —se incorporó y acercó su cara a la de la chica, quien se sonrojo.

—Que atrevido, señorito.

—Tú lo eres más.—ella sonrió. Cortó la pequeña distancia que los separaba y le dio un suave beso en los labios. Instintivamente sus brazos rodearon el cuello del chico y él posó su gran mano en su cintura.

Desde su primer beso, aprovechaban cada momento a solas. Aunque ninguno de ellos se mantendría en la memoria como la primera vez que sus labios tocaron. Fue él quien dio el primer paso, tras una cita perfecta caminaron con sus manos unidas bajo la luna. Caminaban al lado de un rio cuyo reflejo estaba inundado de las luces de la ciudad. Ambos sonreían de felicidad y se percataron de que no había nadie más. El chico sorprendió a la chica con sus palabras: "Tengo muchas ganas de besarte". Su rostro ya estaba a apenas unos milímetros del de la chica, y _______ susurró un inaudible "Yo también", la que fue la respuesta para que él cumpliera el deseo.

—¿Quieres ir a merendar? — estiró el brazo para alcanzar su móvil el cual estaba en la mesilla de noche. Tsukasa seguía abrazando su cintura mientras ella buscaba por redes sociales — Hay una nueva cafería al lado de la estación.

Lo primero de lo que se fijó fue de lo bien decorada que estaba; parecía un lugar mágico, ambientado en un mundo de fantasía. Las personas iban más a hacerse fotos que a disfrutar de la comida y la bebida.

—Claro.

Fueron al baño para arreglarse el cabello. Al haber estado tumbados lo tenían enredado y despeinado. La fémina tras peinar el suyo ayudó a Tsukasa, adoraba el pelo del chico, a veces cuando se aburría, se dedicaba a hacerle peinados.

PROHIBIDO AMARTE [TSUKASA SHISHIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora