Huir siempre es una opción.

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Natasha tenía un fuerte dolor de cabeza, lo último que recordaba es sentir las fuertes feromonas alfa e ir a buscar a la señorita Luthor.

— Ah, mi cabeza — por alguna razón sentía que le pesaban las piernas.

— ¿Ya despertaste? — una voz femenina a su lado hizo que se alertara; una inusual omega se encontraba recostada al lado suyo. — Iba a irme, pero quería verte despertar.

Instantáneamente quiso escapar, pero la omega empezó a soltar feromonas a lo loco y la pobre alfa pelirroja volvió a caer atontada.

— Nunca pensé utilizar las técnicas de Kara, pero supongo que no tengo opción.

La omega por otro parte se encontraba ligeramente irritada, había encontrado un juguete perfecto, pero por alguna razón este quería huir.

Natasha quería irse, no sabía dónde estaba y no sabía con quién estaba, estaba desnuda y tenía ganas de llorar de impotencia.

— Por favor... — era humillante, rogar, normalmente un alfa solo tendría que usar su voz de mando o sus feromonas para obtener lo que quisiera, sin embargo, Natasha no es un alfa, es solo un casi alfa.

Wanda poco o nada le importaba, estaba más interesada en si se quedaba con ese interesante juguete o no.

Estaba a punto de decidir cuando su teléfono empezó a sonar.

— ¿Sí? — no estaba de humor para hablar con Carol, pero tampoco quería lidiar con su malhumor luego — Estoy ocupada ahora mismo, ¿es urgente? agh, voy enseguida.

— Tú y yo no hemos acabado — fue lo último que dijo la bruja antes salir de la habitación y dejar a Natasha sola y confundida.

Durante el celo utilizo un portal para transportar a Natasha hacia un complejo donde dudaba y podría escapar.

Wanda voló por la ciudad hacia el departamento de Carol, no entendía por qué era lo necesitaba por esperaba que fuera urgente.

— ¡Carol! Soy yo, abre la puerta — al otro lado en un pequeño y modesto departamento una rubia alfa sonreía galante.

— Omega, ¿por qué tardaste tanto? — Wanda no pudo evitar sentir cierto rechazo hacia la manera en que la llamaba, "omega", ella no era su omega a pesar de la constante insistencia por dejar una marca, no era su omega.

— Ya sabes, cosas del trabajo — puso su mejor sonrisa y mientras entraba al departamento ajeno fingió que esta situación no la enfermaba.

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Kara sentía que estaba en el paraíso, su Zhao, su hembra, su todo, por fin está a su lado criando a sus cachorros; príncipes y princesas que gobernaran este mundo.

— Mi Zhao — embelesada juguetea con los negros cabellos de la omega que parecía absorta en su propio mundo, tal vez asimilando todo — Eres mía, a partir de ahora yo te cuidare y protegeré.

Sus instintos más primitivos estaban al máximo, su alfa interior teniendo la sola misión de proteger a su hembra y sus futuros cachorros.

Pero mientras más se sobetea con la omega más siente ese fastidioso olor proveniente de la Luthor.

— No lo entiendo — murmura Supergirl

No sabe mucho de terrícolas, pero en Kriptón cuando una hembra se acopla su olor se fusionaba con el de su pareja; el olor de Lena por otra parte no parecía fusionado.

— ¡Omega!

Lena suspira frustrada, y responde.

— No soy "omega" — se escuchaba la amargura en su voz como si fuera una verdadera tortura — Soy Lena, Lena Luthor.

— Mi Zhao, mi "Lena", eres perfecta — por otra parte, la voz de Kara denotaba solo alegría pura — Puedes referirte a mi como alfa o Kara ZorEl

La omega no respondió nada y Kara se impaciento un poco.

— Como sea, saldré, más te vale estar aquí cuando vuelva — su voz se ensombreció y sus pupilas se dilataron haciendo que la omega se escogiera de miedo.

Lena asintió temerosa y Kara no dudo en partir, saliendo por el mismo ventanal que por donde entró por primera vez.

[*]

Lex caminaba de un lado a otro, estaba preocupado hacía ya un tiempo que no sabía nada de su hermana menor. Había considerado hacer un par de llamadas, pero no quería invadir la privacidad de su hermana, no después de aquel trágico accidente

— Tal vez... — murmuro el beta indeciso en si llamar a su amigo de rojo y azul o no.

Fue justo en eso cuando su teléfono empezó a sonar.

Las cadenas que me atan a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora