El deber de una decisión

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Lena despertó y sintió como en casa, su cuerpo se sentía pesado y entumecido, pero de alguna manera se sentía reconfortada.

— ¿Kara? — fue lo primero que pregunto, un flashback viniendo a su mente de lo que pasó. — ¿Kara?

No paso ni dos segundos para que la alfa de cabellera rubia aparezca y se posicione al lado de la omega.

— Mi Zhao, que bueno que despertaste, pasaste buen tiempo durmiendo — comento la rubia preocupada.

Lena miro a la Kryptoniana y no espero para darle un desesperado beso.

— Estaba muy preocupada — dijo entre el choque de labios la omega.

La rubia no dudo en votar feromonas calmantes para tranquilizar a su pareja.

— No te preocupes mi Zhao, nadie nos separara — sus dedos jugaban con los largos cabellos negros — Tengo un plan.

Lena se separó lentamente y miro a los ojos de su alfa.

— ¿Un plan? — la duda se notaba en su voz.

— Si, mi Zhao — afirmó la rubia — Pero no te preocupes por eso, ahora nuestra mayor preocupación es el cachorro que crece en tu vientre.

Por un momento Lena se tensó, con todo el problema de Superman y la DEO, se había olvidado del cachorro.

— Kara, tu ....

Pero antes de acabar fue interrumpida por la rubia.

— Si queremos un cachorro fuerte necesitamos que el tiempo que te queda de embarazo lo pases tranquila — murmuro Kara pasando una mano holgazana por el vientre abultado de su omega.

Lena sintió que su corazón se calentaba y un peso se retiraba de su espalda, Kara quería a su cachorro.

— Si, tienes razón — respondió más animada. — Por cierto ¿Dónde estamos?

— La Fortaleza de la Soledad — comento la alfa orgullosa, pero al ver la mirada confundida de Lena siguió — Es algo así como un refugio para mí, por suerte Kal El no sabe de su existencia.

Lena observo el lugar, era grande y espacioso pero muy frio, sin embrago el olor de Kara se esparcía por todos lados, eso era algo que le gustaba.

— Me gusta – comentó la omega con una sonrisa.

La rubia respondió acercándose a la pelinegra y envolviéndola en sus brazos, planeaba quedarse en este lugar hasta que su omega dé a luz.

Los meses pasaron y Kara cuidaba a su omega tanto como perfeccionaba su plan.

Sabía que muy pronto su omega daría a luz, podía sentirlo gracias a que llego a vincularse con el cachorro en todo el tiempo que paso, así que estaba más atenta que antes.

— Mi Zhao ¿Estas bien? — pregunto la rubia preocupada por su omega.

— Si, son solo contracciones — respondió Lena mientras respiraba hondo.

Fue en esas contracciones que paso lo que tenía que pasar, Lena rompió fuente.

— ¡Mierda, el cachorro ya viene!

Kara ni lenta ni sosa cargo a Lena hacia el ala médica de la Fortaleza donde Kelex podría ayudarla.

— Respira mi Zhao, el dolor pronto acabará — repetía la rubia mientras la omega apretaba su mano.

Kelex hacia un trabajo impecable con los materiales que tenía, y no faltó mucho para escuchar un llanto.

— Oh mi Rao — Kara estaba anonadada, mirando como Kelex le entregaba un pequeño bultito envuelto en una mantita.

— ¿Entonces? – Lena estaba exhausta, apenas y podía mantener los ojos abiertos pero sus instintos primarios le pedían ver a su cachorro.

— Es una niña — la sonrisa de Kara no tenía comparación y con sumo cuidado se la paso a su omega.

— Es muy linda — la cachorra olía a leche y estiraba sus manitas para intentar alcanzar los desordenados mechones de Lena.

Kara supo en ese momento que esa era la familia que tenía que proteger a toda costa.

— Lara — murmuro la rubia.

Lena la miró unos segundos en incógnita.

— Se llamará Lara ZorEl

Lena miro a su cachorro y luego miro a Kara con una sonrisa.

— Es un nombre hermoso, mi alfa.

Caída la noche Lena estaba acurrucada junto a su cachorro mientras Kara miraba nostálgica al cielo.

Los pensamientos la llenaban, había conseguido una familia, su Zhao y su cachorro, debía protegerlo, pero ¿Debía pelear y arriesgarse a perder o lo más inteligente sería una retirada?

Estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no escucho a su omega llamándola.

Decidió que era hora de ir junto a su familia.

Se metió al nido y se acurruco junto a las dos personas más importantes del mundo.

— Eres mi mundo mi Zhao — dijo adormilada la rubia — Nuestro cachorro y tú, son las cadenas que me atan.

Y con esas palabras Kara se quedó dormida.

.....

Kara estaba en una cocina, sentada en un comedor o eso podía distinguir, todo le era familiar, pero al mismo tiempo desconocido.

— Kara, cariño, te he dicho mil veces que debes comerte los vegetales —

Entonces la rubia se dio cuenta que no estaba sola, delante de ella estaba quien parecía ser ¿Lena? Se veía más adulta, pero al mismo tiempo más amorosa y madura.

— Mamá no importa cuántas veces le digas a Ma que coma los vegetales ella seguirá sin hacerlo —

Otra voz resonó en la habitación, y Kara reconoció a ¿Una adolescente? Sentada al otro lado del comedor.

— Yo .... — no sabía que decir, ¿Era esto un sueño? ¿Una alucinación tal vez?

— Vez, mamá, te lo dije — dijo la adolescente con una sonrisa.

Esa sonrisa se le hacía conocida, así que apelo a su sentido del olfato, la adolescente tenía un olor semejante a ...

— Lara sabes que no debes molestar a tu madre — ¿Lena? Le dio una mirada de desaprobación que Lara respondió con esa sonrisa pícara.

El mundo de Kara empezó a dar vueltas, ¿Era este un mundo distopico?

— ¿Estas bien amor? Sabes que Lara esta en esa etapa de la vida — dijo Lena con una sonrisa

Y Kara nunca podría haber estado más embobada, nunca había visto a Lena ser tan atenta y cariñosa, pero justo cuando iba a responder se dio cuenta de algo.

¡Había tecnología kriptoniana por todas partes! ¿Acaso? No, ella se prometió no volver tras la muerte de su padre, pero era imposible negar lo que sus ojos estaban viendo, ¡Estaban en Argo City!

Fue en ese momento que despertó.

Sudada y con la respiración a mil, Kara ZorEl por fin tenía una respuesta a que debía hacer.

Las cadenas que me atan a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora