Sangre por venir.

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Lena se acurrucaba en su nido, estaba contrariada ¿que debía hacer? Supergirl le proveía de lo esencial para un omega, la rubia la cuidaba, alimentaba y protegía. Era perfecto, excepto por el "pequeño" detalle.

Ella no lo pido, no era justo. Entonces ¿porque pagar por algo que no fue su culpa?

— ¡OMEGA! — Supergirl había vuelto y parecía más que molesta — ¡OMEGA!

Levitando se acercó a Lena que no hacía más que someterse ante las feromonas del alfa.

— ¿COMO PUDISTE? — con sus grandes manos agarró del cuello a Lena para poder tener acceso a su vientre.

La omega al sentir a su futuro cachorro en peligro se retorcía intentando defenderlo.

—¡ESTE ENGENDRO NO ES MIO! ¡TE LO EXTRIPARE ASI SEA NECESARIO!

— No, alfa— Lena a las justas podía hablar — ¡Puedo explicarlo!

Kara no sabía que hacer, tenía a su omega implorándole piedad, que le diera la necesidad de explicarse, pero sus instintos le gritaban que arranque a ese bastardo del vientre de su Zhao.

Al final no pudo hacerlo, ver a su Zhao con los ojos llorosos y suplicándole, fue demasiado para ella.

— Explícate — soltó a Lena con cuidado e intento inhalar las feromonas de la omega para calmarse.

— Yo- entre en celo por estrés — Lena aun lloriqueaba — Estaba en la oficina - y- y - un alfa me olió, ¡Te juro que yo me resistí!

Apenas Kara escucho las palabras de su Zhao, empezó a sentir una ira incontrolable.

— ¿Quién? — sus dientes rechinaban y sus nudillos se emblanquecían.

Lena gimoteo, no tenía ganas de esto, por alguna razón solo quería acurrucarse junto a su alfa, le echaba la culpa a su estado de maternidad.

Kara pareció entender la necesidad de Lena pues a regañadientes se posiciono en el nido para que Lena se acurruque a su lado.

— Gracias — murmuro Lena

Lena por primera vez pensó que le gustaba estar donde estaba. Mientras que Kara pensaba la oportunidad de formar su propia familia, después de todo ¿haría mal en adoptar ese pequeño engendro?

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Natasha tenía sed, no sabía dónde estaba y por alguna razón le dolía el cuello.

— Mierda — intentó tocarse el lugar donde le dolía y su sorpresa fue grande al ver sangre brotar de ahí — Hija de puta.

La había mordido, la omega la había mordida.

Al ser un alfa recesiva, no tenía los genes dominantes de un alfa normal. Y la habían mordido, lo que significaba que ahora tenía un lazo unidireccional con la omega esa.

Por alguna razón empezó a sentirse angustiada, probablemente por la falta de su pareja omega.

— Mierda y más mierda — empezó a gimotear mientras se empezó a acurrucar en el asfalto. Su alfa interna quería a la omega, pero ella se resistía siquiera a buscar su olor.

Conforme paso el tiempo más doloroso fue la marca en su cuello, sentía que le ardía y su alfa interna lloriqueaba por la presencia de la omega; fue en esas que la sintió.

— Pero mira, si es la pequeña alfa — comento la omega.

Natasha no tenía fuerzas ni para levantarse, pero como pudo alzó su mirada hacia la omega.

— No me digas así — gruñó

— Pero lo eres, eres mi pequeña alfa — con lentitud empezó a acercarse al alfa que intentó levantarse fracasando en el intento.

— No soy tuya— gruñó

La omega gruñó en respuesta, había tenido un día cargado con Carol, lo último que quería era estresarse más aquí.

— No quiero pelear así que no peleemos ¿okay? – dijo lo más tranquila posible.

— ¡Me tienes aquí contra mi voluntad! ¡Es obvio que vamos a pelear! — fue así que el alfa por fin tuvo fuerzas para levantarse.

Wanda hizo caso omiso a las palabras de la alfa y se acercó a esta con intenciones de someter a dicha pelirroja.

Utilizo una de sus manos con magia para someter a Natasha contra la pared y con la otra la sujetó de la cintura.

— Mi hermana vendrá por mi — murmuro sintiéndose ligeramente aliviada por la cercanía de la omega.

— Que lo intente —gruñó — Mira esa marca, ahora eres mía.

Se acercó con intenciones de lamer la marca enrojecida y Natasha complacida mostró su cuello en sumisión.

Inconscientemente Natasha empezó a ronronear por las lamidas de Wanda.

Natasha sintió que se desvanecía cuando la omega le dio una suave mordida justo por encima de la marca.

— Eres mía — murmuro Wanda mientras liberaba fuertes feromonas

Las cadenas que me atan a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora