Decisiones de vida ...

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Lena no tardo en hacer un nido con la ropa traída, inquieta y nerviosa pasaba todo el día retorciéndose por el comienzo de su celo; sabía que debía llamar a Lex, pero no estaba con ganas de escuchar su "Te lo dije" en especial porque pensó que en su estado actual se libraría del celo.

Movía ligeramente sus caderas mientras una de sus manos de deslizaba por sus muslos cuando volvió a sentir ese poderoso aroma. Intentó coger el arma que tenía preparada, pero fue en vano.

— Mi Zhao, mira en el estado en el que te encuentras — los rizos rubios y el fuerte aroma indicaron a Lena de la presencia del alfa. — Tan mojada y lista para mí.

Y aunque Lena quería dar una contestación mordaz lo único que pudo dar fue un suave gemido, su calor se había presentado se improvisto.

Imponente y majestuosa la joven alienígena se acercó volando hacia el nido improvisado que hizo la pelinegra, está aún nublada se retorcía en busca de satisfacción.

Kara solo podía pensar en anudar y criar a la linda omega, instintivamente cogió a Lena de los hombros y en un segundo atrapa a la omega debajo de ella encima de la pila de ropa que la omega había usado para el nido.

Lena empieza mira indecisa a los ojos de la Kriptoniana, por una parte, quería escapar y por otra quería quedarse; es cuando se escurre de entre los brazos de Kara y empieza a acicalarse a ella y al nido, es la primera vez que la alfa rubia la encuentra receptiva; con una sonrisa arrogante Kara empieza a liberar feromonas para que la omega se encuentre vuelva más receptiva.

Lena un poco indecisa envuelve sus brazos alrededor del cuello de la alfa y aún con duda tira al alfa hacia abajo para poner su rostro en su glándula de olor; frota su centro resbaladizo en el muslo de Kara, pidiéndole indirectamente que haga más, no puede evitarlo, este debe ser el calor más duro que ha atravesado.

Kara sonríe con suficiencia, sabía que la omega caería, después de todo es su Zhao. Ávidamente se inclina, saboreando los labios de la omega en un beso húmedo. El alfa deja que el olor invada sus fosas nasales, saboreando las especias y la dulzura en el aire, piensa que podría volverse adicta a esto; y por primera vez piensa que no le importa mientras sea su Zhao.

— Bésame más fuerte — escucha murmurar al omega y Kara no debería sentirse orgullosa pero no puede evitarlo. No cuando Lena jadea entre sus besos, no con Lena que tiene esa mirada llorosa de placer que hace que Kara quiera llorar de felicidad por primera vez.

Más, Kara la besa más profundo, desliza su lengua sobre los labios de Lena para saborearla y memorizar su sabor.

Más aún, siente su lengua bailar alrededor de la boca de Lena, el placer viaja por todas sus extremidades haciendo que su falo se erecte completamente.

Más, baja su cuerpo lentamente, y Lena se arquea cual gatito para encontrarse con su propio cuerpo cálido como una pieza de rompecabezas finalmente completa. La Kriptoniana mantiene su boca sobre la de Lena, y deja que su mano deje toques revoloteantes por todo el cuerpo de la omega.

El alfa libera sus más de sus propias feromonas, dejando que Lena se inunde en su deseo e intención de llenarla. Y, oh, ver a Lena frotándose en el muslo de Kara es tan escandaloso, tan estimulante.

Hay impaciencia de nuevo, con la forma en que los gritos de Lena se vuelven agudos y el sudor brillando en su maravilloso cuerpo. Hace que Kara pierda paciencia alguna.

Agarra a Lena por las nalgas y la recuesta el cómodo nido que hizo esta; fastidiada intenta bajar su pantalón solo para terminar frustrándose más por sus intentos fallidos.

Lena fastidiada también por la falta de contacto, empezó a lanzar leves gruñidos incitando a Kara quien al final rompió sus pantalones.

El falo libre y majestuosos, de un tamaño más que considerable y de vista agradable, Lena no dudo en cogerlo y magrearlo un par de veces, preparándolo.

— Omega, mía — con un fuerte gruñido, la omega volvió a recostarse en el nido impaciente, Kara ni lenta ni sosa alineó su polla en la entrada de la omega y la penetro — Mia.

Entre un fuerte vaivén de caderas, la omega soltaba fuertes gemidos de placer, Kara escondió su rostro en el hueco del cuello donde se encontraba sus glándulas de olor.

Empezó a lamer con ahínco esa zona mientras aumentaba el movimiento de las caderas, el alfa sintió que las paredes de la omega la apretaban más así que supuso que el momento estaba cerca, iba a criar a su omega.

En un rápido movimiento hincó los dientes en la unión de la clavícula y el cuello. Arranco un pedazo de carne el cual engullo y fue justo ahí cuando su nudo creció y ambas quedaron deliciosamente unidas.

Kara sonrió cuál gato de Alicia, ahora estaban unidas en más de un sentido, y mientras lamia la herida del cuello de Lena se imagina como serían sus cachorros con Lena.

Pobre e inocente alfa, no sabía que Lena solo buscaría huir de la burbuja que estaba creando.

Las cadenas que me atan a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora