Winter - Steve Harrington +18

Vivo

Me desperté en una habitación conocida, pero no era la mía.

Sabía perfectamente donde estaba.

El laboratorio.

Me levanté de la pequeña cama y fui directa a la puerta.

Estaba cerrada.

Empecé a aporrearla con todas mis fuerzas, gritando para que alguien me abriese la maldita puerta.

Nadie vino a abrir.

Me concentré en la puerta y la abrí de un solo clic.

No se escuchaba nada.

Caminé por el angosto pasillo hasta una gran puerta de metal.

Ahí estaba la sala en donde yo había crecido, "la sala de juegos", así la llamaban los científicos.

Un ruido detrás de mi me sobresaltó.

- Trece.

Era mi verdadero padre, la persona que me creó y me convirtió en esto, quien me arrebató tener una vida normal y quien me había secuestrado esta vez.

- ¿Qué quieres? ¿qué hago aquí? -le dije casi gritando al verle.

- Tranquilízate Trece, no vamos a hacerte daño, necesitamos tu ayuda. -dijo él de forma calmada.

- ¡Soy Winter! ¡No me llamo Trece! -le grité a punto del colapso.

- ¿Por que no vamos a mi despacho y te enseño lo que ha pasado en tu ausencia? -preguntó con su natural tono de calma.

Yo no dije nada.

Él caminó en dirección a su despacho y yo le seguí, no me quedaba otra.

Nos sentamos uno enfrente del otro.

- ¿Cómo has estado todo este tiempo, Trece? he visto que tienes una vida normal, fiestas, un novio.. -empezó a decir pero lo corté.

- No tengo novio, no tengo una vida normal, y todo es por tu maldita culpa. -escupí con rabia.

- Aquí desde que hubo la explosión las cosas han ido a peor, ¿te acuerdas del portal que abristeis? -preguntó.

Yo asentí.

- Intentamos cerrarlo, pero fue peor, creció y ahora hay más criaturas como las que salieron esa vez, y no son pocas, necesitamos que cierres el portal. -dijo demasiado calmado, yo ya estaba hiperventilando.

- Yo no sé como cerrar el portal, solo él lo sabe. -dije.

- Él dice que te necesita para completar su poder, que juntos podréis cerrarlo sin problema. -siguió explicando él.

- Él murió, yo le vi morir. -escupí yo con la rabia acumulándose en mis venas.

Mi verdadero padre me miró y sin decir nada se levantó y se fue de su despacho, dejándome completamente sola.

Cerró la puerta detrás de él.

Esa puerta no podía tumbarla, algo la bloqueaba.

Grité con todas mis fuerzas que me sacara de ahí.

Nada.

Mi poder salió de mi de forma descontrolada y hizo que la mesa, las sillas y todos los papeles que estaban en la habitación salieran disparados hasta el techo y se rompieran en mil pedazos con un solo grito.

La puerta se abrió de repente.

Y él entró.

- Uno.. -susurré con un nudo en la garganta al ver que seguía vivo.

- Te he echado de menos, Trece. -dijo él con su habitual sonrisa.

Estaba vivo.

Y volvíamos a estar al principio.

En el laboratorio.

Con el portal.

Y las criaturas rondando a sus aires. 

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Creo que todas ya sabíais que 001 iba a saliiiiir, ejejejejejejejeje, ¿que estaran haciendo Steve y los demaás? en el proximo capitulo os narra nuestro niño Steve, que va a ir en busca de su chica.

:))))