Winter - Steve Harrington +18

+18

Steve me había dejado algo de ropa para dormir, unos pantalones y una camiseta que me iban demasiado grandes.

Llevaba más de diez minutos en el baño.

No quería salir, el tatuaje se me veía y a parte de eso, estaba demasiado nerviosa.

Tenía que salir ya o sería peor.

Puse mi muñeca contra mi pecho, ocultando el pequeño tatuaje y salí con su ropa puesta.

- Estás guapísima hasta con mi ropa, aunque parezcas un saco. -se rio Steve al verme.

- Todo me queda bien. -hice una especie de reverencia y me acerqué a él, que estaba tumbado en la cama.

Me tumbé a su lado y él se giró hacia mi, haciendo que nuestros rostros quedasen a centímetros.

- Siento haberte besado antes, yo es que te vi el primer día y no pude quitarte de mi cabeza.. -empezó a hablar pero no terminó.

Mis labios chocaron con los suyos y no tardó ni un solo segundo en reaccionar y agarrar mi cintura, pegándome más a él.

- Winter, no voy a ser capaz de parar si seguimos con esto, me nublas las cabeza. -susurró contra mis labios.

- Nadie te ha dicho que pares, Steve. -le susurré de vuelta y eso fue el detonante.

Sus manos me impulsaron hacia él, subiéndome a horcajadas sobre su entrepierna, haciendo que notara un gran bulto debajo de mi.

Joder.

Hizo que mi camiseta volara y soltó un fuerte gruñido al ver que no llevaba sujetador debajo de su camiseta.

Sus manos cubrieron mis pechos y jugaron con mis pezones, haciéndome gemir.

- Eres preciosa, Winter. -dijo mirándome desde abajo a lo que yo me puse roja al instante.

Se llevó uno de mis pezones a la boca y yo gemí fuerte en respuesta.

Dios mío.

Me giró quedando él arriba esta vez y sus manos viajaron al elástico de mis pantalones, bajándolos por completo y quedando solamente en tanga delante de él.

No tardó en quitarse su ropa, todo, y su gran amigo salió de sus boxers, haciendo que mi boca se secara al instante.

Era muy grande.

Joder.

Él quitó por fin mi tanga y lo tiró por algún lado de la habitación, arrodillándose ante mi y acercando su boca a mi centro.

- Steve.. -gemí al sentir su respiración cerca de mi clítoris.

Él me sonrió un segundo y enterro su boca en mi, lamiendo, chupando y mordiendo.

Yo me retorcía de placer.

Uno de sus dedos entró sin aviso en mi y solté un gritito haciendo que Steve se riera contra mi, haciendome cosquillas.

Metía y sacaba el dedo al mismo ritmo que iba su lengua, y me estana volviendo loca.

- Déjame ver como lo haces nena, córrete para mi. -susurró contra mi centro y exploté ahí mismo, corriéndome en su boca.

Steve lamió todo de mi y volvió a subir a mi altura, con una gran sonrisa y los ojos oscuros de placer.

- ¿Quieres que pare? -habló dejando algún beso en mi cuello.

- No, por favor.. -conseguí hablar.

Él abrió la mesita de noche y sacó un condón, que se colocó en pocos segundos, colocándose en mi entrada.

Empujó contra mi y mi cuerpo tembló.

Entró en mi de forma lenta gimiéndo contra mi boca mientras lo hacía.

Se movía de forma rápida contra mi, a un ritmo constante y duro.

Nuestros cuerpos chocaban haciendo un ruido sordo que me volvía loca por completa.

- Steve.. me queda poco.. -gemí.

- Hazlo nena. -gimió él.

Y me dejé llevar, esta vez por completo contra él.

Noté como él se tensaba y se corría conmigo, apoyando todo su cuerpo encima del mío.

- Eres increíble. -susurró y beso mi frente, saliendo de mi, quitándose el condón y tumbándose a mi lado.

Yo me abracé a su cuerpo, en su pecho, pasando mi mano de forma suave arriba y abajo.

- Winter, ¿Qué significa el tatuaje de tu muñeca? -preguntó de repente, tenía mi mano entre las suyas, mirando mi número escrito ahí.

Mierda.

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Y SE LIÓ GORDAAAAAAA

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