Capitulo XIV

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-¿Aaron?

-A si me llaman.- dijo él con una enorme y preciosa sonrisa.

-¡Oh dios mío!- me levanté enseguida del suelo y me lancé a sus brazos- ¡No lo puedo creer!

Él me devolvió el abrazo levantándome del suelo, en lo que yo aproveché para enrollar las piernas a su cintura y el colocó sus manos en la parte baja de mis muslos. Escondí la cabeza en su cuello y inspiré hondo, como si no acabara de creer que estuviera allí. Él separó su cabeza de la mía y su gesto se frunció cuando su mirada quedó clavada en la mía.

-¿Y esos ojitos?- me dijo en un tono tierno, teñido de preocupación- Sabes que las princesas no lloran- dijo secando con su dedo índice una lágrima solitaria que caía por mi mejilla.

-No es nada- intente sonreír, pero lo único que salió de mi fue una mueca forzada.

-Te he echado mucho de menos, ¿porqué no avisaste de que venias? Te hubiera ido a recoger al aeropuerto, y ¿porqué Juls no me ha dicho nada?

Aaron era el hermano mayor de Juls, para ser exactos, dos años más mayor. Él era como un hermano para mi. Siempre fue muy protector conmigo y por supuesto más aun con Juls. Recuerdo que ella siempre se quejaba de estar harta de que le dijera que podía y que no podía hacer o con quien salir y que ropa llevar. Hasta hacía dos años. Dos años desde que se había ido estudiar a Londres. Dos años que no le veía, y que se me habían hecho eternos. Aaron era algo, bastante de echo, su tez era blanquecina, que combinaba a la perfección con sus azules ojos, y su pelo, antes moreno, había adquirido un rubio prácticamente blanco que resaltaba más aún su ojos y tez blanca.

-¿Que haces aquí? ¿No tendrías que estar en la universidad?- le pregunté algo extrañada, ya que acababa de empezar el semestre.

-Emm si, hablando de eso...

-No me dirás que la has dejado ¿No?- el negó a mi interrupción -menos ma...-esta vez fue el el que no me dejó acabar a mi porque me interrumpió dejándome muda.

-Me han expulsado- su majo viajo a su nuca para rascarla, un símbolo claro de su incomodidad hacia aquel tema. Me quede parada frente a él, mirándolo de arriba a bajo, muda.

-¿Como?

-Que me han expulsado- dijo como si fuera una niña de 3 años que no entendía lo que decía.

-No no, si te he entendido, pero... ¡A TI QUE COÑO SE TE PASA POR ESA PUTA CABEZA TEÑIDA! Que después hablaremos de tu pelo pollo, pero volviendo al tema... ¡TU ERES SUBNORMAL O TE LO HACES! ¡QUE NO TE PUEDEN EXPULSAR! ¡ES TU FUTURO MALDITA SEA!

-Relax fiera, como se nota que convivir entre hombres te ha endurecido el carácter- dijo mofándose de mi reacción, pero mi mente no pudo evitar viajar a Matt. Algo dentro de mi pecho se encogió al darme cuenta de lo vulnerable que era delante de Matt, como mi fuerza y mi valentía se evaporaban en cuestión de segundos con su simple presencia, me di cuenta de lo mucho que me influía, y me quise desvanecer allí mismo. Quise ser otra persona, incluso, no ser nada nunca más. Sin darme cuenta una lagrima traicionera cayó por mi mejilla. Aaron se dío cuenta y con el pulgar me secó la lagrima para después acunar mi cara con sus ojos llenos de preocupación.

-He dicho algo malo?- Preguntó él, yo tan solo pude negar con la cabeza, porque tuve la sensación de que si habría la boca para hablar me iba a derrumbar.

-¿Entonces? Dime pequeña, ¿que pasa?

-Solo te echaba mucho de menos.- mi voz salió en un susurro ronco.

-Elizabeth Yackman, sabes que se perfectamente cuando me mientes, y se cuando estas bien y cuando no lo estas. Así que vamos a tu casa y  cuando lleguemos ya más tranquila vas a contarme absolutamente todo sin dejarte ningún detalle ¿entendido?- yo asentí, una pequeña sonrisa asomó en mis labios.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2022 ⏰

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enamorada del mejor amigo de mi hermano (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora