Capítulo Siete:

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La primera noche que Radio Coke tocó en Madison Square Garden me senté en la vereda de enfrente cuando terminamos de tocar en la calle. El tecladista, el dúo de hip hop y yo nos despedimos luego de repartir las ganancias en partes iguales, aunque no descarto que el tecladista mintió sobre el monto total. De todas formas era el monto más grande que había ganado desde que comenzó a tocar en la calle siete meses atrás.

Esa noche corría viento pero no me importó. Había un enorme cartel en movimiento de la parte exterior del pabellón deportivo que anunciaba las fechas del tour de la banda. Simplemente me senté allí esa noche y observé a los cientos de fans que llegaron ubicados por entrar. Todos se atascaron en la entrada tras largas filas y los guardias de seguridad debieron intervenir para que no hubiera heridos. Parecía que utilizarían entrar para no morir en la agonía del exterior, como si allí dentro estuviera la salvación. Era tan poético como catastrófico. Todo el mundo quería entrar allí como si se estuvieran muriendo, como si fuera el único hospital en medio de una epidemia. La calle estaba repleta y el tránsito se había estancado.

Recuerdo que hasta los reporteros no pudieron creer lo que estaba sucediendo. Los cientos de personas luchaban por entrar sacando su lado más salvaje al canto espantoso de "Here I Stay" que se volvió un himno cultural año tras año. Mientras todos cantaban esperando a que abrieran las puertas del lugar, la piel se me erizó por completo dentro de tan solo pensar como sería allí.

Cuando abrieron las puertas del Madison fue incluso peor. Las personas se abarrotaban en la puerta e incluso hasta quienes no tenían entradas también pasaron. Me sorprende que hasta el día de hoy no haya habido heridos esa noche, porque fue de las más salvajes que presencie en mi vida. Poco a poco las calles se tranquilizaron a medida que los fans ingresaran en el pabellón. Si bien Manhattan apareció su ruido cotidiano, mejoraba cuando la hora del show se acercaba y el alrededor del pabellón se vaciaba. Y como si estuviera allí me imaginé cómo estaría preparado para un concierto de esa magnitud.

No recuerdo a qué hora comenzó el show, pero me di cuenta porque el suelo tembló y gritos eufóricos atravesaban las paredes del inmenso Madison Square Garden. Una guitarra chillo y todo el público enloqueció. Sé que Radio Coke abrió el show cantando "Music 4 Life" y luego de eso cerré los ojos escuchando sus voces a lo lejos.

No se que tenían en realidad que los hacían tan atractivos profesionalmente. En ese momento hasta Madonna admitió tener un crush con Tavo, el vocalista. Todo el mundo se sintió atraído por él. Su cabello siempre fue algo característico que tomó forma con los años, al igual que su rostro fino y tajante de rasgos bien marcados por su delgadez. Era tan delgado como cualquier otro artista en los dos mil, a veces se encorvaba por costumbre pero si lo veías fuera de contexto podría pensar que era un escritor o un fotógrafo. Tenía ese estilo.

El asunto, por más gracioso que parezca, es que a nadie le atraía Tavo por su físico. Era algo en común, algo en lo que todo el mundo se había puesto de acuerdo tácitamente. Su físico era un plus a lo que realmente atraía de él. Y es que siempre se destaca por su actitud, siempre entrometido en relaciones sociales y creando lazos por más tímido que parece, lo cual no es cierto. Esa actitud de chico tímido solo era la coraza que la industria te pone encima para que vendas más. Hubo varios momentos en los que Tavo superaba esa coraza, en las entrevistas donde se volvía el centro por su sonrisa acompañada de chistes y comentarios curiosos y astutos, en las contestaciones a la prensa donde de alguna forma encontré la respuesta correcta para dejarlos como idiotas sin ser grosero,

Nunca perdía su entusiasmo ni su sensibilidad, ni siquiera cuando estaba fuera de control navegando por una zona riesgosa de sus subidas y bajadas en medio de todo su desastre.

Tavo siempre supo de qué estaba hecho, pero su forma de vivir la vida se centraba en fluir por ella. No había contratos para él, no había reglas, no había límites, no había zonas peligrosas por las cuales no debía pasar. Era una estrella de rock hippie a finales de los 90'. Era un hombre en la historia, lo cual significó algo muy diferente de lo que significó para mí pisar la industria, y eso fue algo que él jamás entendió. nunca No tenía idea de lo que era, porque creía que él merecía los mismos tratos que las mujeres. Ese siempre fue un tema complicado de tratar. Algo que a diferencia de Tavo, Teza sabía muy bien.

Teza por su parte había formado la banda con un propósito que siempre se guardó tras varias capas de anécdotas. Nunca llegó al final y por lo tanto nunca supo el origen. Pero había algo que demostraban todas esas capas y que atraen al público y eso es la ternura que genera esa disposición que tenía con él otro. Teza había sido criado en un pueblo sumamente cristiano que le habían otorgado valores increíbles, pero él no se optó por parte de la comunidad, y de todas formas una parte de él siempre volvía allí. Teza nunca dejó de ser servicial con todo el mundo, recordaba cada nombre de las personas con las que trabajaron y que lo ayudaron de vuelta. Pero eso lo volvía un esclavo del servicio constante. Y él lo sabía. Siempre presente, siempre observando, ayudando, con entusiasmo, solidaridad y confianza. Teza siempre estaba. Era quien detenía los shows cuando alguien del público se descompensaba de la emoción, tenía ataques, etcétera. Era el verdadero"papá del grupo" . De ahí proviene el título de la canción del tercer álbum que más gracia me causa; "Gracias papá" . Realmente no está escrita para un padre, es simplemente Charlie agradeciendo a Teza por ser insoportable con toda su solidaridad, pero que es muy necesaria en un mundo como este.

Charlie, el baterista, era todo lo contrario a su instrumento. Los artistas tenían acostumbrados al público a un estereotipo de bateristas de bandas de rock en el siglo XX. Eran mujeriegos, sexys, extrovertidos, galanes, rudos. Charlie no era nada de eso, y ese había sido siempre su principal obstáculo, no ser como el resto. Charlie era aquel que se mantuvo a la izquierda de Tavo en las entrevistas, que era tímido y se sonrojaba con facilidad. No creo haber conocido a alguien tan increíble como Char, porque realmente tenía un espíritu diferente. Teza podría ser solidario, pero Charlie se sumerge en tus sentimientos como si resultasen propios de él. No había discusiones si Charlie estaba presente, pero había ritmo. Es tan parecido a su instrumento como diferente a él. Marca el ritmo pero con una sutileza increíble.

Charlie era el ingrediente final que contestaba a la pregunta de ¿Qué es lo que hace a los chicos de Radio Coke tan atractivos? ¿Sinceramente? Los chicos de Radio Coke no eran visualmente atractivos, pero no podían separar la imagen de cada uno con sus personalidades, porque así eran. Carismáticos, hermanos y unidos. Hasta que empecé a preguntarme qué es lo que no hacían juntos. Pero quizás ese era el problema, estaban demasiado unidos.

Todo el mundo les advierte de este asunto. "¿No crees que toda esta unión los lastimara algún día?" "¿Acaso piensas que Radio Coke será para siempre?"

―Radio Coke es para siempre porque los artistas son eternos―contestaba Tavo.

―Radio Coke no somos nosotros, es... el público ¿sabes?―era la respuesta de Teza.

―Sé que las cosas no son para siempre, pero... Siempre hay alguna posibilidad de que algo en el mundo sí lo sea―respondió risueño Charlie como un niño pequeño.

Para mi Radio Coke es la música. Es sempiterno. Ya nadie usa palabras como esas, en realidad nunca use esa palabra, pero es el significado de algo que se prolonga en el tiempo. No hablo de eternidad porque no tiene principio ni fin. Pero Radio Coke es sempiterno, realmente. Hubo un inicio, pero jamás tendrá final, por más idílico que suene, por más bandas que hayan, por más Tavo, Teza y Charlie que existan. Radio Coke marcó un antes y un después no solo en la industria sino también en la música, en un género que era encerrado en un estereotipo y que ellos atravesaron tanto como los límites del tiempo que puede vivir una banda en nuestras memorias. Y a eso se lo llama un icono. Radio Coke fue, es y será un icono.

𝙀𝙡𝙡𝙞𝙚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora