(capítulo delicado)
Esa noche no solo la recuerdo a la perfección por el concierto de Radio Coke en el Madison Square Garden. La recuerdo por el vacío que sentí al volver a casa cuando las calles se volvieron muy oscuras y el deseo insoportable que se concentraba en mi pecho y que me dejaba pensando por largos minutos apoyando mi cabeza en el metro de vuelta. La recuerdo por como las demás personas vivían sus vidas ajenas a lo que movilizaba al Madison esa noche, ajenas a la necesidad de querer ser alguien, de querer inspirar. Ajenos a todo lo que sintieron y que tan bien los sintieron.
Pero la recuerdo por llegar a casa con ese vacío pensando en que me recostaría y dormiría para volver a despertarme y volver a ir otro día más intentando pulir un camino que parecía ser el equivocado después de tanto. La recuerdo por abrir la puerta con el mismo vacío y ver a Ethan sentado en el sofá apoyando la espalda a la puerta y mirando a Lola con una mirada analizante y crítica. La recuerdo por los ojos inundados de lágrimas de mi amiga quien sollozaba con fuerza mientras se abrazaba a sí misma clavandose los dedos en su piel. La recuerdo por la frustración comprimida de Ramón asustado como si el mundo se cayera abajo.
Una parte de mi quería hacerse la ciega y seguir caminando hasta mi cuarto, pero presenciaba que ese tema también me importaba, así que con toda la pena me quede, aunque no quisiera porque sabía que era admitir algo aquí que no estaba lista para admitir. Cientos de cosas se me pasaron por la cabeza y me aterraba que una de ellas sea que habiamos perdido la casa, o que ya no podiamos pagarla, o que debiamos volver. Me aterraba pensar que debía volver a esa tumba en la que había nacido como si de un pozo bajo tierra se tratara, porque así lo sentí. Comencé a transpirar mientras cerraba la puerta detrás de mí y ninguno se giró a verme o decir algo. El silencio tétrico me helaba los huesos y me gritaba millones de cosas al mismo tiempo.
Y luego Ethan se giró a verme con los ojos a punto de soltarlo todo y pensé en mi mamá. Pensé en ella como algo voluntario, no como esos recuerdos que se colaban en mis buenos momentos, no como esos sueños por la noche donde me despertaba lagrimeando. Pensé en ella como tanto le hubiera gustado que me preocupase por ella, incluso cuando estábamos distanciados. Pensé en ella y quise entender la situación. Pensé en los millones de cosas que podrían haberle pasado, y en las miradas que se abalanzarían sobre mi si priorizaba mi carrera. Pensé hasta quedarme sin respirar y forzar a mi cuerpo a sentarme y respirar.
―¿No van a decirme nada? ¿Qué es lo que sucede?―rogué tras tanto silencio y Lola no se atrevió a levantar la mirada. Ethan balbuceo y se enredó con sus propias palabras deseando que la situación no fuera real.
Viéndolo desde ahora, desde mi perspectiva, nunca habrán formas para decir algo como eso.
―Lola está embarazada―soltó Ramón con su confusión al tiempo que Ethan soltaba aire y Lola otro sollozo.
Algo en mi cayó pesado desde una altura que desconocía pero que impactó en mi interior hasta romper cada una de mis paredes. Me quedé ahí, quieta esperando que algo venga y me lleve, que algo me diga que esto no estaba sucediendo, no a un par de jóvenes que apenas cumplian veinte y que habían viajado a Nueva York a cumplir sus sueños. Queria que me sacudieran y despertara en el futuro. Quería que me llamaran y me diera cuenta que solo era producto de mi imaginación. Queria que la historia cambiase.
―¿Fue con alguien de la universidad?―pregunté después de un largo rato y los labios de Lola temblaron. Ethan bajó la cabeza con decepción y Ramón comenzó a caminar por la cocina lentamente para calmar la tensión.
Cuando Lola encontró la compostura y su respiración se reguló apenas pudo soltar en un siseo:
―Fue por Carl Jean.
Y todo a mi alrededor se rompió. Porque sabía lo que significaba incluso con una simple referencia.
Carl Jean se me había acercado en el resto-bar cuando cantaba en Albuquerque antes de venir a Nueva York. Me había ofrecido la prostitución de una forma directa para poder pagar mis grabaciones, pero me negué por instinto, porque desde que me puso un ojo encima me sentí terriblemente aterrada. Y como no pudo arruinar mi vida por dinero, se la arruinó a Lola.
―Necesitaba el dinero para separarme de lo que me daban mis padres, necesitaba salir de todo eso... ¿Y qué mejor que un trabajo como ese? Carl me prometió clubes que serían solo bailes en y eso era todo. Consiguió buenos clubes aquí, en Brooklyn, y en Queens. Cobraba bien aunque sabes como es el trabajo...―sus palabras parecían depender de un fino hilo donde se aferraba al vacío a su alrededor para no caer, dudaba y se detenía para procesarlo―. Me dijo que solo serían bailes, y yo acepté porque si solo eran eso entonces podría trabajar un par de meses allí y ahorrar para luego renunciar. ¡Estaba todo planeado! ¡Lo tenía todo planeado!―exclamó con tanta impotencia que me apene por ella―. Y luego...
―¿Él te violó?―pregunte sin descaro provocando que todos me miraran fijamente.
Lola negó con la cabeza.
―Carl me dijo que la paga era muchísimo mayor cuando te acostabas con sus clientes, así que acepté un par―. Lola nos contó toda la historia. Mejor dicho, Lola me contó toda la historia. Cuando llegué, los chicos ya sabían.
Sus ojos no paraban de derramar cientos de lágrimas y su mano agarraba su vientre con cierto enojo y rabia hasta que sus uñas comenzaban a rasgar la superficie. No quería al bebé, no quería nada de esto. Considero la posibilidad de abortarlo, y luego la descarto, y luego lo volvió a considerar, y así pasó toda la noche advirtiendo que era una decisión muy temprana.
Pero nada de eso me importaba realmente. O bueno, quizás sí porque me senté a oscuras en el suelo de nuestra habitación y tomé la guitarra para comenzar una canción sobre las cosas que no deseamos y el dolor que nos genera y nos golpea eso que incluso ni queríamos, y sobre lo loco que eso era. Escuchando los sollozos de Lola en la sala, escribí otra sin poder dormir suponiendo que ella quisiera tenerlo y lo sola que se sentiría. Esa noche se escribieron "One Night" y "Lonely Lola" , dos de mis más exitosos solos actualmente.
Mirando hacia atrás, realmente parece como si no me importará, porque yo seguí con mi vida convirtiendo su dolor en algo propio. Tome todo lo que me había dicho y me apropié de cada uno de esos sentimientos que ni siquiera estaba cerca de sentir.
¿Si me arrepiento de dos de mis grandes éxitos? Sí, definitivamente.
Me arrepiento de haber hecho lo que hice esa noche, por más estúpido que parezca arrepentirme ahora.
Ella se durmió en mis piernas mientras le cantaba todas las canciones que tenía para cantarle, y cuando ya no podía más relajar mi cabeza sobre la cama detrás mía y me dormí también con los pantalones mojados por las lágrimas de Lola. Nunca me acerqué tanto a ella como aquella noche, como en ese momento.
No volví a tocar en la calle por otros dos días para quedarme con Lola en la casa, para contenerla. Ethan dijo que iba a pedirle más dinero a sus padres esta vez y que iba a trabajar doble turno al igual que Ramon. Pero ya nadie necesita dinero en esa casa. Necesitábamos cumplir nuestros sueños de una vez y sin más obstáculos.
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𝙀𝙡𝙡𝙞𝙚
Fiksi RemajaEllie, la joven promesa de la música de los noventa y los dos mil, ha llegado a los altos pedestales de la industria musical llegando a tocar con artistas mundialmente reconocidos. Pero todo su talento de inicios de su carrera se ve eclipsado por la...